En un abrir y cerrar de ojos, la semana está por terminar y yo me encuentro en el estadio observando a Rui. Nuestra relación va de maravilla y creo que lo menciono mucho, pero es la verdad. No soy capaz de contarle lo de la semana pasada, aunque realmente me hace sentir mal. El mundial cada vez está presente y aunque Rui no la está pasando de lo mejor en Portugal, debemos resistir al final de temporada y pensar en un nuevo futuro. Por desgracia, el Sporting es eliminado de la máxima competición, pero mi problema sigue presente.
—Estamos a un mes del mundial. Estoy ansioso por comenzar esta aventura.
—Esperemos que hagan mucho por el país, como lo hicieron en la Euro, estaré en cada partido y sé que serás de los mejores porteros del campeonato.
El tiempo en realidad se pasa volando, sin pensarlo, estábamos a final de temporada y cada vez esa etapa nueva estaba más cerca de llegar, la felicidad sale por mis poros, mi sonrisa se ensancha y Rui me mira como si estuviera loca.
— ¿Se puede saber en qué tanto piensas?
—Pronto empezará una nueva etapa en nuestras vidas y no puedo pedir más.
Aunque las cosas no mejoran con el trabajo, me las he arreglado para sobrevivir, tengo que aguantar un poco más y cuando lleguemos al nuevo destino de Rui, tendré que buscar un empleo que ayude a mi aporte en nuestra futura casa.
— Amor, creo que tu celular está sonando.
Mis pensamientos dejan de seguir por mi mente, cuando su voz y la melodía del teléfono hacen que aterrice de nuevo a la realidad. Asiento mirando la pantalla, es de la oficina de mi padre y extrañada, tomo la llamada mientras me alejo un poco y Rui se entretiene con su propio móvil.
— ¿Todo bien? —Pregunto extrañada ante esa llamada, mis padres aún siguen preguntándose qué sucedió en la casa de los Aveiro.
—Tenemos problemas serios con la empresa. Alguien ha intentado desfalcar la sucursal en Madrid.
— ¿Qué? Pero... ¿Cómo?
—Al parecer, había una persona infiltrada con otro nombre, ha sido un gran problema que aún no se resuelve y si no lo hacemos lo más pronto posible, perderemos todo.
Me quedo en silencio ante las palabras de mi padre, aunque no estaba ahí, me dolía por todo lo que construyeron en demasiados años y que en un momento todo se termine.
—Andreia, necesito que regreses, todos seremos interrogados y llevaremos esto a juicio.
Siento como si un bote de agua fría cayera en mi cuerpo, termino aceptado, con un pequeño nudo en la garganta que quiere amenazar con salir y una sensación extraña en el pecho.
Regreso junto a Rui, que me mira de una forma extraña, los ojos rojos, veo muchos sentimientos en él, no entiendo nada.
— ¿Cómo mierda fuiste capaz, Andreia?
— ¿De qué hablas Rui?
— ¿Creíste que nunca me iba a enterar? ¿Cómo mierda me escondes que te estuviste viendo en casa de Cristiano?
—Rui, las cosas no son como parecen, déjame contar.
—¿Qué me quieres contar? ¿Qué te besaste con él sabiendo que tiene novia? Andreia, no soy un estúpido, esta maldita foto está circulando por todo internet.
Me tira el celular, lo recojo de inmediato y la foto de la que me habla me llena de impresión. Estaba segura que sus hermanas o ella eran las causantes de esto. Quería morirme porque no quería perderlo.
—Rui, no era capaz de contarte todo lo que pasó, mis padres, el problema en la empresa, Rui, no quiero perderte.
Las lágrimas salen, siento todo el dolor que llena mi cuerpo por sus palabras, me lastiman y sé que tengo la culpa por no contarle nada.
—Eso es lo que quieren tus padres para ti, alguien mejor que yo. Es mejor que te vayas de mi casa. Se acabó.
No me deja explicar nada, cuando estoy arrodillada, aferrándome a sus piernas y suplicando que no me deje.
—Rui, por favor no, perdón, perdón, perdón, él fui quien me ha besado, todo fue tan rápido que cuando menos lo esperé, su novia me estaba golpeando, yo no quería que eso pasara y si no te conté fue porque yo no me sentía a gusto, Rui, no te vayas de mi vida.
—Andreia, he visto el jodido video, te quedaste sin hacer nada, lo seguiste, no necesito escuchar más.
Se aleja de forma brusca de mí, dejándome hecha un mar de lágrimas, la puerta principal se cierra y sé que debo salir lo antes posible de ese lugar. Recojo lo más rápido que puedo mis cosas, no quiero incomodar más con mi presencia. Antes de abandonar el lugar y controlando las rebeldes lagrimas que aún salen, me tomo el tiempo de escribir una carta.
Querido Rui.
Lamento no tener la confianza suficiente para contarte las cosas, estos últimos meses no han sido tan fáciles para mí y eso lo sabes. Eres de gran apoyo en mi vida y me duele que esto termine así.
Eres el primer hombre en mi vida, el hombre con el que quiero pasar el resto de mis días y no me imagino una vida sin ti, he ido en contra de todos por mantener este amor y me duele saber que por terceras personas, esto termine así.
Estoy completamente convencida de que te amo con toda mi vida o incluso más de lo que puedes imaginar. Cristiano no significa nada en mi vida, fue un mal entendido y algo que jamás debió suceder, nuestras familias son grandes amigas, pero no soy bien recibida por sus hermanas, así que siento que esa es la causa de todo este problema. Mi intención nunca ha sido jugar contigo y romper tus sentimientos.
El dolor que siento en estos momentos es más grande que cualquier otro.
Espero que algún día puedas perdonarme y retomar esta hermosa relación.
Quien te ama, Andreia.
Dejo la carta en la pequeña mesa de la entrada, dando un último vistazo, me despido del lugar donde he vivido los mejores días de mi vida para regresar a la vida del hotel. No es la mejor noche que he pasado, mi corazón duele, los problemas crecen y me encuentro sola.
—Lamento que esa foto haya salido, recién me entero que estabas saliendo con Rui desde hace mucho tiempo.
Es lo que se lee en la pantalla de mi celular, ahí estaba mi problema, haciendo que mis demás problemas continúen creciendo.
—También me he enterado lo de la sucursal de Madrid, espero que eso se pueda resolver pronto.
Ignoro por completo sus disculpas. Tratando de dormir, me preparo mentalmente para el día que está por comenzar.