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Las piernas no responden a mi llamado, siento que todo gira a mi alrededor y no sé qué sentir. Pienso en el favor que mis padres aceptaron, pienso en Rui y pienso en como huir.

— Creo que tengo que ir al banco a pagar, todo lo tendrán de vuelta pronto.

—Gracias Cristiano. —La voz de mi padre se escucha muy débil, mamá vuelve a poner la máscara de oxígeno y aprieta el botón para llamar a los doctores.

Siento pena por esto, pero habían otras opciones, lo más fácil fue venderme, me siento como un animal, como un objeto. Cristiano estira su brazo hacía mí, paso de él y simplemente tomo mi bolsa y salgo de esa habitación, el aire me falta y en segundos su brazo está en mis hombros, lo que provoca que me estremezca y sobresalte.

— Vamos al banco, cariño.

— ¿Qué hay de esa chica? ¿Qué le diré a Rui? Las preguntas las hago de forma interna, quiero hablar, pero ningún sonido se emite.

¿Cómo le voy a decir a Rui que me voy a casar? ¿Cómo van a tomar esto las hermanas de Cristiano y su novia de contrato?

Esto es una red de mentiras que acabará mal tarde o temprano.

Subimos a su vehículo, me sinto intimidada y trato de no hacer algún movimiento estúpido como azotar la puerta al cerrarla. Coloco de inmediato el cinturón de seguridad y siento como se abraza a mi cuerpo. Mis manos reposan en mis piernas y solo quiero estar en casa con Rui.
En menos de dos minutos, él se encuentra a mi lado, todo de él me intimida, las gafas en su rostro hacen que se vea más serio de lo que es -incluso apático-.

—Todo estará bien. —Coloca su mano sobre mi rodilla al mismo tiempo que le da un pequeño apretón.

Pone en marcha el deportivo, me hundo en mi propio asiento y desvío la mirada a la ventana. Este ha sido uno de los peores días de mi vida.

— ¿Siempre eres tan callada?

No respondo, suelto un suspiro y cierro momentáneamente mis párpados.

— Quiero hacerte feliz, te he querido desde la primera vez que te ví. Sé que no me quieres y que te sientes como un objeto, pero el amor que siento por ti es tan grande. Quiero ser el primer hombre en tu vida y sé que poco a poco me vas a querer.

La forma en cómo habla me aterra, es cierto que nos conocemos desde que tengo memoria, pero nunca lo ví como algo más o como un amigo. Éramos tan diferentes. El salía con chicas, gastaba dinero y yo era la chica que pasa tiempo en casa con música y sin hombres. Si supiera que el primer hombre en mi vida fue Rui, el concepto de mí sería otro.

— Se que no crees mis palabras, pero siempre he estado al pendiente de ti. Ninguna chica es como tú, es cierto que he salido con muchas, pero ninguna se parece a ti. No buscas dinero ni fama, eres sencilla a tu modo. Confía en mí, esto saldrá bien.

Vuelve a presionar mi pierna y una lágrima se desliza por mi mejilla. Llegamos al banco y coloco mis gafas negras, bastante tengo con mis pocas horas de sueño como para que la gente me vea así o empiecen con comentarios tontos por estar con Cristiano.
Prefiero esperar a fuera de aquella oficina mientras él revisa sus propios asuntos, mamá me manda un mensaje diciendo que ha hablado con los jueces y nos llaman pasado mañana a juicio para resolver esto de una vez por todas. Solo espero que de esa manera, mi vida pueda relajarse un poco y si tengo que trabajar como una esclava para pagar el préstamo y no casarme, lo iba a hacer.

— Te llevaré a mi hotel, te quedarás esa noche ahí, tengo que hacer un par de cosas y por la mañana paso por ti.

Asiento, quiero dormir y si se puede, no despertar, en menos de lo que me imagino, ya estoy en la suite presidencial, quitando mi ropa y metiéndome a la cama. Quiero terminar con todo y eso que no ha empezado.

Vendida || Cristiano RonaldoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora