—¿Cómo van las cosas? — La voz de Cristiano se hace presente en la oficina de papá. Me quedo rígida y saluda a mis padres con un efusivo abrazo.
—El avance es mínimo, nuestros ex clientes exigen su dinero y con vender parte de nuestro patrimonio no sirve de nada.
Me mira por unos segundos, necesito que deje de hacerlo, su presencia me molesta e intimida.
—Si hay algo que pueda hacer. No duden en llamarme.
—Eso sería abusar de ti, Cristiano, agradecemos que seas tan generoso con nosotros.
Mamá le da un pequeño apretón en el hombro derecho, después de segundos, me dedica una sonrisa que no se cómo describir. Idiota.
Sin más, sale de ese lugar, no sin antes despedirse de los presentes con un apretón de manos. Se acerca a mí y lo miro dudosa, invade mi espacio vital y termina por dejar dos besos en mis mejillas. No digo nada y vuelvo a mis deberes, estoy cansada de seguir con este juicio y pienso a que pronto llegue el fin.—¿Crees que Cristiano quiera hacernos un préstamo?
Papá mira seriamente a mi madre, de inmediato, me quedo mirándolos esperando una respuesta.
— No lo sé Edgar, es bastante dinero y todo tiene un costo.
Ambos sueltan un suspiro, mamá limpia una lágrima que resbala por su mejilla, apesar de todo, lo único que puedo hacer en esos momentos es ir y abrazarla. Sin negar, corresponde de inmediato y termina por romperse, miro hacia arriba por segundos, evitando que el sentimiento también me inunde. Papá nos mira y se acerca para unirnos en un fuerte abrazo.
Familia.
—¿Cómo van las cosas?
Rui me habla como cada noche, puede decirse que oficialmente me he mudado a Madrid.
—Siento que mis padres ya no saben qué hacer con su vida, me siento tan mal. Cristiano, ha venido hoy a saludar a mis padres y les ha ofrecido ayuda, vi a mi padre dudoso sobre aceptar o no.
Escucho que hace un pequeño ruido, se que le molesta la cercanía pero yo no puedo hacer algo.
— Puede que eso les ayude a comenzar a pagar a sus clientes.
—Lo sé, pero todo tiene un costo.
— La decisión que tomen tus padres, debe ser lo mejor para ustedes, confío en que todo va a salir bien y recuperarán el gran imperio que tienen.
—Es lo que más anhelo en el mundo, estoy harta de tener que leer papeles y recibos de adeudo.
— Te amo Andreia, todo acabará pronto.
— Te amo, Rui.
Corto la llamada, miro esta casa y me siento extraña, ¿Cuáles son las intensiones de Cristiano? Toda esta ayuda me asusta, en la vida, siempre hay intereses.