23. Arreglando las cosas

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Un año después

Ha pasado un año desde esa noticia. Peeta se ha portado muy indiferente. En todo este año no hemos tenido sexo, ¿saben qué es eso? Este hombre hará que me muera.

Tengo que ponerle fin a este problema.

Los llantos de mi bebé hacen que me ponga de pie, Peeta se fue a la panadería desde muy temprano.

Llegue a su habitación y la tome en brazos.

-Ya bebé -dije arruyandola-. ¿Qué tienes, princesa?

-Papá -comienza a balbucear mientras se talla los ojitos.

-Mi amor, papá esta trabajando, ¿quieres que vayamos? -le pregunto con una sonrisa.

Willow asiente frenéticamente y aplaude con sus manitas.

La baño y le puse un vestidito rosa y zapatitos blancos. Yo también me baño y me pongo unos jeans y una blusa naranja.

Llegamos a la panadería y Willow en cuánto ve a Peeta corre hacia él y lo abraza. Yo le regalo una sonrisa tierna y él sólo me sonríe.

-Hola -le dije sonriendo.

-Hola -dijo secamente pero con una pequeña sonrisa.

-Peeta, necesitamos hablar -digo acercándome.

-¿Qué pasa, Katniss? -pregunta.

-Platicamos en la noche -señalo a mi princesa que esta jugando con la masa.

La hace y la deshace.

-Claro -me dio una sonrisa.

***

Cuando llegamos a la casa.

-Buenas noches -mi niña se talla los ojitos.

Se acerca a mi, me jala de la mano para ponerme a su altura y dejar un beso en mi mejilla.

Mi corazón se calienta ante esa acción.

Luego, repite el mismo acto, pero con su padre.

Willow subió rápidamente a su cuarto.

Tenía mucho sueño mi princesa.

Cierro los ojos y suspiro.

Es hora de hablar.

-Katniss, ¿sucede algo? -Peeta dice fríamente, se sienta en el sillón y pone sus brazos detrás de la cabeza.

-Peeta, ¿por qué estas así? -me siento a su lado.

-¿Así, cómo? -frunce el ceño.

-Pues ya casi no te me acercas, ya no me abrazas, no me tocas, no me acaricias, falta poco para dejes de besarme -susurro-. ¿Por qué?

-Katniss, pensé que querias tu espacio -suspira. Tomo una de mis manos y comenzó a dar un leve masaje-, despues de esa noticia, pensé que ya no querías nada, quizá que te habías dado,por vencida, no lo sé -lo mire a los ojos, tome sus mejillas y junte nuestros labios en un apasionado beso.

En este beso salen todos los sentimientos que desde hace un año no salían. Rápidamente me toma de las piernas y nos sube a nuestra habitacion, sin que nuestros labios se separen.

Cierra la puerta de la habitación, con mucho cuidado, y me deja en la cama.

Lentamente me quita la blusa que traía y yo le quito su playera seductoramente. Me quita el pantalón y yo a él. Quedamos solo en ropa interior. Me llena de besos todo el cuerpo, lo que provoca que me estremezca.

-¿Segura? -dijo mientras besaba mi cuello y yo soltaba leves gemidos.

Le di un dulce beso en los labios y le susurré al oido: -Peeta, quiero ser tuya -adiós ropa interior, ésta noche Peeta será mio y yo de él.

Los juegos del hambre: Yo lo amo, él me ama, ¿cuál es el problema? (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora