S E N T I MI E N T O S.

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¿No les pasa que se sienten cansados de todo? Que por más que intentan ser buenos con todos, ser bueno en todo, ¿Nunca sale bien?

¿No les entran unas infinitas ganas de gritar y liberarse de hasta el más pequeño sentimiento de agonía? ¿No les pasa que ya no saben qué es sentir?

Bueno, así suele suceder, un día solo te levantas y cuando creías que iba a ser una hermosa mañana con un sol estupendo, resulta que hay una sombría nube rodeando tu cielo, nubes llenas de agua que están a punto de explotar, nubes que con un pequeño choque con el viento dejarían salir todo lo que llevan dentro, haciendo que se desate una tormenta.

Puede que mientras tú lo veas como lo que dañó tu día perfecto, otro lo esté viendo como la excusa perfecta para quedarse en casa, y que mientras todos sean felices por el sonido de la lluvia, tú ya no soportes el goteo incandescente que no termina.

Y lo mejor viene después de la lluvia, cuando quedan charcos y restos de todo por todas partes, cuando quieres salir y solo ves lo que la lluvia dejó. Ves a los niños jugando y saltando en el agua, y extrañas cuando veías las cosas positivas. Ves a todas esas personas con una sonrisa en su rostro mientras tú solo piensas en una sola razón para sonreír en el día.

Pero cuando vuelves a casa, al calor del hogar, te das cuenta que por muy mal que haya empezado todo, siempre hay una razón para querer intentarlo de nuevo, te queda lo único que tienes: la esperanza. Sigues soñando con que mañana sea mejor, que vas a poder usar esa blusa cómoda sin mangas en vez de un abrigo para protegerte del frío, que usarás el cabello suelto en lugar de una coleta.

Ha pasado un mes, la lluvia no para, es peor cada día, te convences a ti misma que mejorará pero en el fondo sabes que no es así, la esperanza se acaba cada día más y eso te asusta, no te gusta pensar en cómo pasarás la noche, te desagrada pensar que los días son fríos, y sin quererlo, no te gusta pensar.

Te levantas de tu cama, te bañas, te alistas, y sales a caminar. Está lloviendo, ya no te importa, decides que tú elegirás lo que es bueno para ti, te moldeas a lo que pasa, te adaptas a la temperatura y te compras un par de guantes suaves.

Descubres que el frío no es tan malo como pensabas, que es el clima perfecto para una taza de café, miras por las vitrinas de las tiendas y notas que la lluvia está empezando a cesar. Entras a cine, eliges el combo más grande, disfrutas de la mejor película de comedia. Sales del centro comercial y te das cuenta que ya no hay lluvia, que nunca la hubo, que todo estuvo en tu mente, una pequeña sonrisa comienza a aparecer en tu rostro lentamente, seguida de una lágrima en cada mejilla. Te escuchas a ti misma, escuchas una carcajada saliendo de tu boca, estás riendo mientras lloras de felicidad.

Y es ahí cuando te dices a ti misma:

Felicidades, te has descubierto.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2018 ⏰

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