5 meses atras (del presente)
Sábado. Me miraba en el espejo de cuerpo entero y trataba de buscar el ángulo perfecto para notar mejor mi pequeño bulto, un poco de hinchazón, o realmente algo que me hiciera sentir embarazada... además de las nauseas matutinas, claro. Las odiaba. Estaba en semana 10 y quería con todas mis fuerzas salir del primer trimestre, aunque no solo por las nauseas y gases, pero porque el primer trimestre suele ser peligroso y se debe tener cuidado para que no ocurra un aborto espontáneo. Estaba aterrada con la idea, y que decir con Matt. Estaba hasta leyendo un libro sobre el embarazo, ni siquiera me dejaba tomar café...
"Matt no exageres, la doctora me dijo que podía tomar una taza si lo hacía moderadamente"
"Nena, es mejor no arriesgar"
No le discutí, porque como dije, quería tener el mayor cuidado posible.
Lo veía, era muy pequeño, pero ahí estaba. Sonreí y lentamente llevé mis manos al estomago. Empecé a acariciar y soñar con el futuro que me esperaba. Nadie puede entender la felicidad que siento, porque para mí, ya yo era mamá. Hay un pequeño o pequeña ahí adentro. Esperando por mí, por mi calor, por mi amor. Esperado por una familia.
-Te amo con todo mi corazón, y no voy a dejar que nada malo te pase.- mordí mi labio, levanté mi mirada al espejo y una idea vino a mi mente.
Busqué la polaroid de Matt entre sus cosas. Matt se encontraba comprando unas deliciosas hamburguesas en un lugar a un par de cuadras de donde vivimos, gracias a mis antojos e insistencias, así que no podía pedirle ayuda. Una vez que la encontré, recordé todo lo que Matt hizo para encenderla y cuando lo logré, volví a levantar la camisa y la sostuve con la mano izquierda, logrando que se viera un muy pequeño bulto, y mis cacheteros. Miré por el visor para ver si estaba captando bien la imagen, pero era bastante difícil con una sola mano. Luego de 3 intentos, a la cuarta logré tomar bien la foto. Solté un suspiro y boté las fotos que habían salido mal.
El sonido de la puerta principal abrirse y cerrarse me devolvió al presente.
-Lea, estoy en casa- escuché a Matt gritar.
Devolví la cámara a su lugar y me dirigí a la cocina, en donde Matt estaba sacando platos y vasos para almorzar. Entré con una pequeña sonrisa maliciosa debido al pequeño regalo que le tenía a Matt. Matt me miró por unos segundos y frunció el ceño.
-¿Qué estas tramando en esa cabecita?- me dijo tiernamente.
-Te tengo un regalo.
-¿Un regalo?- a diferencia de mí, Matt no se emocionaba por las sorpresas. Al rededor de los años había aprendido que no era personal, solo que es demasiado curioso.
Caminé hacia él, con las manos hacia atrás, ocultando la foto. Cuando estuve lo suficiente cerca, lo miré con una sonrisa de inocente y antes de que me insistiera en que le dijera que era, levanté la foto rápidamente y la dejé a la altura de mi nariz. Matt quitó su mirada de mis ojos y la posó en la foto.
-Lee...
-No se nota mucho, pero está creciendo.
-La verdad es que... no lo había entendido, creí que era solo una foto sexy.
Matt rió al ver mi expresión y le pegué en el brazo. Y aunque traté, no pude evitar soltar una pequeña risa. Matt me acercó para abrazarme y besar mi cabeza.
-Feliz aniversario, nena.
Levanté mi mirada a él y le di un beso.
-Feliz aniversario, debería de ganar un premio especial por soportarte ya 7 años...- dije bromeando y arrugando mi nariz.
-Ja ja- dijo sonriendo y rodando los ojos.
-Te amo, como nadie puede hacerlo.
-Te amo, nena, demasiado- dijo para luego darme un beso. Se alejó un poco de mí y volvió a darme otro, y luego otro. Reí.
-Yo también te traje algo.
-Sí- dije aplaudiendo, expresando mi amor por las sorpresas.
Matt tomó una bolsa café y me la tendió. Cuando la abrí fue como ver el paraíso. Todo los antojos que he tenido, todo lo que amo comer estaba ahí. Y esto es una de las cosas que amo de Matt, es muy observador y detallista. ¿Los regalos? Al rededor de los años descubrimos que no somos ese estilo de pareja, y desde entonces, siempre nos damos pequeños detalles. Es lo que disfrutamos dar y recibir.
-Y porque se que no lo has notado, hay helado de torta chilena.
Abrí los ojos y busqué el helado para sacarlo.
-Me quieres matar- dije viendo mi helado favorito. Caminé hacia el refrigerador y lo puse en el congelador para que no se derritiera.
-No, quiero hacerte feliz a ti y a pequeñín.
Sonreí viéndolo. Ese es el apodo al que habíamos llegado a estar de acuerdo en decirle a nuestro bebé. Idea de Matt.
"-¿Qué crees que sea?- me preguntó Matt. Estábamos en la cama, luego de un agotador día en el trabajo para cada uno, sin embargo, no podíamos apartar las manos de cada uno y preferíamos quedarnos hablando que ir a dormir.
-No lo sé, tengo el presentimiento de que es un niño.
-¿Verdad? Yo también lo tengo- sonrió viéndome- niño o niña, lo o la amaré mucho.- Sonreí.
-Me pone muy feliz ver que piensas así- dije abrazándolo por el torso y escondiendo mi cara en su cuello. Matt me abrazó por la cintura y me acariciaba el estomago.
-Lo llamaremos pequeñín, por mientras- dijo decidido luego de un momento de silencio.
-Está bien- dije acurrucándome a un más a él y sintiendo como mis párpados pesaban cada vez más, hasta que me dormí."
-Pequeñín estará muy agradecido, y yo también lo estaré si él decide no portarse mal y hacerme vomitar.
Matt rió
-¿Te sientes mejor después de esta mañana?
-Sí, odio vomitar- dije haciendo un pequeño puchero.
-Lo sé amor. ¿Quieres comer ya?
-Sí, que rico, tengo mucha hambre.
-Tus cambios de humor me sorprenden.
Me encogí de hombros y ayudé llevar todo al sofá para poder ver una película. Comimos y continuamos viendo películas todas la tarde hasta que logré quedarme dormida. Volví abrir los ojos cuando un movimiento me despertó. Matt me estaba corriendo con cuidado y noté como su teléfono sonaba. Bostecé y me acomodé para tratar de seguir durmiendo, pero decidí esperar a que Matt respondiera.
-¿Hola?... Sí, soy yo.... ¿Perdón?... No, debe de haber un error...
Levanté mi mirada al escuchar el tono asustado y enojado de Matt. Tenía el ceño fruncido y solo negaba con la cabeza.
-Ehh sí, sigo aquí- dijo y seguía sin mirarme. Noté como empezaba a temblar un poco y me levanté asustada, con la intensión de tranquilizarlo y ver que pasaba.
-Sí, cla-aro- tartamudeó- voy para allá- colgó.
-¿Que ha pasado? ¿estás bien? Estas temblando amor...
Matt quitó su mirada del teléfono y me miró. Inmediatamente sube que algo malo había ocurrido.
-Mamá está en el hospital.
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Here's to us. (Editando)
RomanceLea Miller y Matthew Adams se dan cuenta que su relación de 7 años no estaba funcionando desde tiempo atrás. Se aproxima una tormenta y quedan obligados a permanecer en casa después de una pelea. Al rededor de la noche recuerdan como inició y transc...