Cierro mis ojos con fuerza haciéndome ovillo junto al inodoro y escucho como abren las puertas de los otros cubículos.
—Se habrá ido—la voz de Lion me hace retroceder con miedo hasta que mi espalda da con la pared—no creo que sea tan idiota como para quedarse al entrenamiento luego de lo que le hicimos el viernes.
—Tenemos que asegurarnos—bufa Roberto pateando otra puerta—no quiero ver a esa sanguijuela por lo que me queda de vida.
—¿Y por qué la estamos buscando?
Hubo un momento de silencio antes de que hablara, su respuesta me erizó la piel.
—Porque es un estorbo y es divertido verla llorar—ríe un poco antes de volver a partear otra puerta-.
Está en el cubículo de al lado.
—Deberíamos ir al campo, faltan cinco minutos para el entrenamiento.
—No creo que mi padre se enoje si llegamos tarde—alcé un poco mi cabeza, sacando mi rostro de entre mis rodillas para ver los pies frente a mi cubículo—no si sabe lo que estamos haciendo—patea la puerta, pero no se abre, me sobresalto soltando un sollozo que trato de ahogar contra la palma de mi mano—estás ahí ¿verdad?—me abrazo temblando—oh, vamos, solo queremos hablar contigo—comenta con fingida amabilidad y vuelve a patear la puerta logrando al fin abrirla-.
Abro los ojos sentándome de golpe en la cama, mi respiración agitada hace que mi pecho duela y tengo que poner mi mano sobre el para tratar de controlarme.
Cierro los ojos recostando la frente de mis rodillas y me quedo así unos minutos hasta que al fin consigo tranquilizarme.
Giro mi cabeza para ver la hora en el reloj de la mesa de noche.
4:30 am.
¿Por qué las pesadillas nunca me despiertan a una hora razonable?
Empujo la sabana, dejándola en el suelo, y me pongo de pie con mi cabeza palpitando de dolor. Voy hacia mi baño, arrastrando mis pies, y me dejo caer en la tapa del váter estirando mi brazo para poner a llenar la tina con agua caliente.
Sin quitarme la camiseta, y aún en bragas, me meto en la tina doblando las rodillas hasta mi pecho y hundiendo mi rostro hasta la boca.
Mi cabeza deja de martillar un poco, y el trasnocho lo agradece.
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She
Teen FictionCierro mis ojos con fuerza haciéndome ovillo junto al inodoro y escucho como abren las puertas de los otros cubículos. -Se habrá ido-la voz de Lion me hace retroceder con miedo hasta que mi espalda da con la pared-no creo que sea tan idiota como par...