En toda la noche Hoseok no tuvo ninguna noticia del menor, no apareció ni siquiera para dormir con el, no cenaron juntos, no le preguntó algo que no entendía, no sé la pasó viendo televisión, en fin, no estaba en el apartamento.
Hoseok había aprendido a mentirse a sí mismo durante mucho tiempo, siempre que alguien se alejaba de él, mantenía la misma postura en todos los casos, el se aferraba a la idea de que nadie era dependiente en su vida y que podía seguir normal.
Esta vez, no se podía engañar tan fácilmente.
Se la pasaba constantemente pensando en el paradero del chico, incluso imaginando las peores escenas, estaba preocupado, apenas pudo pegar ojo durante toda la noche, hasta que se dio cuenta que ya era hora de despertarse.
Solo así, se dio cuenta que le hacía falta el menor. Le hacía falta tener su delgado cuerpo a un lado, abrazarle y sentirse cálido, además de sentirse tranquilo al saber que él estaba cuidando de Hyungwon.
Solo así podría estar tranquilo.
Solo así podría dormir bien.Pero ya no tenía tiempo para estar pensando en eso, se levantó de mala gana de su cama para tomar una ducha, no podía concentrarse, incluso olvidó dónde había dejado las toallas para secarse. Claramente no podría trabajar así, se maldijo internamente.
Después de perder más de treinta minutos buscando cosas, terminó de vestirse, ya no tendría tiempo de desayunar por lo que solo tomó su maleta para ya salir de ahí, sentía tanta carga y preocupación que había olvidado por completo que ya tenía tiempo que le había llegado el mensaje de aquella chica que había contactado.Tal vez si nunca la hubiese contactado nada de esto habría pasado, e incluso pensó en cancelar la cita, pero le sería imposible explicar el porqué la canceló.
"Lo qué pasa es que mi gato se escapó"
"Mi huésped huyó"
"No sé dónde está mi gato-amigo"De cualquier forma sonaría ilógico y raro, iba a esperar a saber algo de él.
Estaba tan distraído en sus pensamientos que al llegar a su trabajo ni siquiera se dio cuenta que Kihyun ya se encontraba ahí.
— Hoseok, luces muy mal, ¿qué pasó? —Se acercó a él, evidentemente preocupado por su apariencia.— Te ves pálido, ¿Dormiste bien?
— Si, todo bien. —Murmuró sin muchos ánimos.
— ¿Quieres que compre algo? ¿Un café, galletas, emparedado?
— Estoy bien. — Volteó su silla hacia el computador que yacía en su escritorio, mostrándose irritado.
— Bien, como sea. — Kihyun se fue por su lado.
Hoseok trató de mantenerse lo mejor que pudo, aunque más de una vez los dibujos le fallaban, se movían sus reglas e incluso rompió una escuadra, sentía que en cualquier momento caería dormido sobre sus láminas de dibujo.
Hasta que Kihyun se acercó a él, con un café en mano.— Toma esto, te ves fatal. — Frunció el ceño y sin decir más, lo dejó sobre el escritorio.
A Hoseok le cayó como anillo al dedo, pues levantó sus ánimos lo suficiente como para poder hacer un poco mejor sus planos.
Sin duda fue uno de los días más cansados en su trabajo y no solo por el hecho de tener varios planos que hacer. Agradeció el momento en que les dieron salida.Entonces revisó la dirección que la chica le había enviado, al parecer ella también salía de su trabajo pues era de unas oficinas no muy lejos de dónde se encontraba el.
En tan solo unos cuantos minutos ya se encontraba fuera del lugar mencionado, con un pequeño ramo de flores, no tan llamativo pero no iba a llegar con las manos vacías.
