— ¡Claro que no! — Se excusó Hyungwon mientras que con sus manos trataba de cubrir sus muslos, además de dar unos cuantos jalones a la camisa para cubrirse más.
— ¿Qué otra cosa te pusiste? — Hoseok levantó la ceja, claramente sin creerle.
— Mi pelaje me cubre. — Se cruzó de brazos, pues la mirada del mayor aún se la pasaba subiendo desde sus pies hasta sus piernas desnudas.— ¿Puedes dejar de verme?
— Me molesta que tengas tan poca ropa.
— No necesito más, puedo agarrar la tuya. — Se encogió en hombros antes de dar media vuelta y dirigirse a la cocina.
Hyungwon ya se sentía con toda la confianza para tomar las cosas del refrigerador, caminar con completa libertad e incluso se sentía cómodo estando con tan poca vestimenta, sin importarle incluso estar sin ropa interior, por otra parte, Hoseok se maldecía internamente sin comprender cómo o cuándo el menor se hizo tan importante para el, trataba de convencerse a sí mismo que era simple preocupación, como si te preocuparas por un amigo.
Pero los amigos no te quitan el sueño.
El pelinegro por fin podía recostarse con tranquilidad y descansar, sin preocupaciones, sin presiones, sin miedos, era como tener un pequeño niño, pues escondía su mirada sobre el cuello ajeno, tratando de aspirar el aroma de su dueño, Hyungwon parecía relajado también, estando entre sus brazos y con los ojos cerrados, entonces se pudo escuchar una especie de ronroneo por parte del menor, se siente seguro, sabe que no tiene peligro cerca y que el mayor siempre le cuidará.
Simplemente ya no importaba cuánto tiempo se fuera a quedar, o que fuera a pasar en un futuro ya que todo era incierto.
Lo sentía tan cerca, e incluso en un momento le fue difícil respirar, ya que Hyungwon ya tenía medio cuerpo encima de él, colocando su pierna y brazo derecho para rodearle, su complexión era realmente delgada por lo que no pesaba demasiado, pero todo se complicó cuando le sentía moverse, su respiración chocaba con la piel de su cuello y parte de su oreja, además de percibir un dulce aroma proveniente del minino, iba a ser una larga noche, debía apartarle pero al contrario, lo acercaba un poco más cada vez que podía.
— Despierta, algo te pasa. — Escuchaba una voz no tan fuerte que transmitía miedo, la cual lo iba despertando.
— ¿Qué pasó? — Habló aún adormilado.
Estaba batallando para poder abrir sus párpados los cuales se negaban a ceder, hasta que difícilmente su mirada se pudo posicionar sobre Hyungwon, que ya se encontraba sentado cerca de la orilla de la cama, señalándole.
— ¡Tienes una hinchazón! — Señalaba a las sabanas que cubrían su cuerpo.
Entonces Hoseok se levantó de golpe, no asustado, si no más bien apenado al darse cuenta de que se trataba de una erección matutina en su entrepierna.
Fue a toda prisa al baño, no recordaba cuando fue la ultima vez que se bañó con el agua tan fría pero ese día lo iba a necesitar, solo así podría bajarla.
— ¿Estás bien? — Tocó un par de veces la puerta del baño.
Entonces el mayor dio un sobresalto, comenzando a temblar un poco por la frialdad del agua cayendo sobre su piel.
— Si, todo bien.
Mentía. Le estaba siendo difícil bajar su erección, por lo que le tomó más de veinte minutos, si no se calmaba pronto podría morir de hipotermia en cualquier momento ahí en la ducha.
