20. Enfermo🐾 [1]

3.4K 501 272
                                        

— ¿Estás... seguro? — La voz de Hoseok se encontraba en una lucha interminable por no quebrarse, acompañado de jadeos.

— Claro que si. — Habló Hyungwon sin una pizca de duda, irreconocible.

Las manos del mayor temblaban, siempre se había sentido con seguridad, siempre pensó que la gente que dudaba era la raza débil, pero en ese momento tal pensamiento había desaparecido, creando una nueva frase, todos nos podemos sentir inseguros en cualquier momento y ese era el suyo, su momento de dudar.

— Es mi primera vez, ¿lo sabes? — Comentó con la esperanza de que su nerviosismo disminuyera.

— También la mía. — Sonrió débilmente, esperando mostrarse tranquilo.

— ¿Por qué yo? ¿Por qué conmigo? — Susurraba, tomando de su mano entrelazando sus dedos, lo único que necesitaba en ese momento era transmitir algo, necesitaba su seguridad.

Hoseok se sentía tan minúsculo incluso midiendo ciento setenta y cinco centímetros y teniendo unos músculos de locura, intimidantes, prominentes, desafiantes, que te invitan a pensar lo más inapropiado.

— Porque te amo. — Sus lágrimas brotaron, pero por primera vez no fue de tristeza, era la sorprendente felicidad que por fin había alcanzado.

Se habían convertido en uno mismo, por fin había sucedido.



Ok, nada de eso ocurrió.
Comencemos otra vez.





Ahí se encontraban ambos, cruzando sus miradas una y otra vez, mientras Hoseok hacía el desayuno a las 2:30 pm, se habían levantado demasiado tarde gracias a lo tarde que se durmieron, para suerte del mayor, era domingo por lo que no tuvo ninguna obligación a la cual asistir, su día libre.

— Amo... — Tosió, no, no era así como deseaba comenzar la conversación.— Digo, Hoseok, ¿podemos hablar?

— Preferiría no hacerlo. — Continuó volteando los panqueques, si, otra vez iban a desayunar lo mismo, pero en el pequeño recetario ya se le habían acabado las ideas.

— Necesito pedir perdón por lo que sucedió, no entiendo qué me pasó, dije las cosas sin pensar. — Trató de sostener la mirada, pero Hoseok se mantenía tan serio que intimidaba.

— Te drogaron Hyungwon, tú te dejaste y lo peor fue, que defendiste a ese maldito, incluso dijiste que me odiabas. — Comenzaba a percibirse un olor a quemado, el enojo había provocado que olvidase voltear el panqueque.

— No hables así de Jooheon, el fue el que me insistió volver, si no fuera por él tal vez ni siquiera hubiese vuelto. — Escupió, ambos enojados pero ninguno elevaba su tono de voz, se escuchaban claramente en los 5x4 metros cuadrados de la cocina.

— Que lindo, además de mal influencia es mediador, que agradable. — Ironía y sarcasmo describían perfectamente su tono de voz.

— Nada de eso hubiese pasado si te hubieras quedado conmigo, ahora dime, ¿tú qué hiciste cuando vagabas por la fiesta? — Fue su momento de subir su rostro, desafiándolo.— Y debes ser sincero, sabes que ya me cansan tus mentiras.

Cat |2Won|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora