»Dulce velo de ensueño se posó en nuestras miradas al ver a la hija de las estrellas...
La dulce Uranía.«
Cuentan las leyendas de un antiguo reino sumido en una mágica fantasía que cada 150 años, cuando las hojas ceden ante la llegada del otoño, los...
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Los pasos apresurados de los soldados creaban ecos constantes por todas las calles de grava mientras los ciudadanos aterrados se resguardaban en sus casas sumidos en la incertidumbre de lo que traería consigo el anuncio del Rey. No obstante uno a uno eran sacados de sus hogares y custodiados por los soldados, sólo los niños eran dejados en sus casas junto a un soldado y un familiar. Por otro lado los obligados a asistir sentían la angustia rodearles como la niebla espesa que recorría al reino y sus alrededores.
El día había sucumbido y las garras nocturnas traían consigo el velo de la más radiante noche iluminada por la belleza de una luna y su hermana de matiz rojizo que sólo era visble una vez cada tres meses. Ambas lunas se enaltecían en la bóveda celeste en la llamada "la siniestra noche" donde los pobladores de Scarleth eran "invitados" (por no decir obligados) a asistir al "Coliseo de Hades" lugar en el cual según Faustus Roch sería acallada la voz de todo aquel que se interpusiera en su camino, aquellos que serían ahorcados y engullidos por las llamas de una inmensa hoguera.
Estas acciones cruentas y carecientes de cordura promovían el reinado de angustia y terror de Faustus, siendo eventos constantes que ocultaban un trasfondo aún más pertubador, porque aquel monarca no sólo pretendía sembrar pánico con aquellas ejecuciones, estas de forma discreta iban dirigidas a alimentar la energía de un ser cuya estela oscura y caótica llevaba consigo el designio de la muerte estampado en su pecho.
Aún para Faustus era palpable el recuerdo de aquellos ojos claros y esa sonrisa falsamente amable del ser que le tendió la mano y que pretendia ofrecerle el mundo a cambio de su alma y la sangre de sus enemigos, un precio insignificante a comparación de todo el poder que implicaba. Aquel ser dimensional y demoniaco que luego de la ruptura en el cielo llegó una noche ante la moribunda estampa de Faustus quien fue derrotado y abandonado durante un fracasado levantamiento contra el rey honorable Finn Roch.
Y asi fue como con una gota de su propia sangre Faustus Roch inicio el reino de perdición de Scarleth, el demonio le otorgó la fuerza a él y sus hombres para tomar el castillo y asesinar a Finn Roch, su hermano y el que fuese el rey de Scarleth en aquel momento. Al principio resultó ser gratificante en especial por el sometimiento con el cual doblegaba a los habitantes del reino. Se apoderaba de sus bienes, dinero y de ellos mismos. Podía tomar a la mujer que quisiera y torturar a quien se le antojara porque simplemente él era el rey y nadie lo cuestionaba.
Hizó del reino su visión personal; en especial por dar inicio a la cacería de las criaturas que rondaban los terrenos de Scarleth. Faustus los repudiaba alegando que irrumpían la perfección del reino pues eran seres impuros e inferiores, convivir con criaturas como elfos, hadas, angeles, brujas, sirenas entre otros era desagradable pues estos significaban un constante desequilibrio para el control que el demonio conocido como Nevra le había dado.