Capítulo IV

172 96 3
                                    

Prima lejana


La estancia de la familia Veron se encontraba silenciosa aquella mañana, sólo la acompasada respiración de un joven con ojos color jade permanecía sentado sobre un mullido sofa tomando un chocolate caliente mientras esperaba aquello que su hermana con tanta insistencia deseaba mostrarle. Le sorprendio al principio la extraña petición, puesto que en los dos días anteriores que su temerosa invitada Uranía llevaba despierta Annet y Felicty parecían concentradas en ella, cuidandola como si de una muñeca se tratase.

Mientras él parece haberse desvanecido. No le molestaba en lo absoluto de hecho ver tan feliz a Annet con aquella mujer le resultaba gratificante y le dejaba espacio para resolver . Al principio la creyo como una amenaza y aunque seguía dudoso de ella, debía admitir que su forma de actuar y hablar la hacían verse tan indefensa que sintió lastima de lo que le sucediese. A pesar de que Uranía le mostrase miedo al principio, en aquellos dos díaa y con Annet como mediadora, tanto él como Uranía podían estar frente a frente sin sentirse incomodos. Y no sólo tuvo ese problema con él, al parecer Uranía le temía a todo hombre que se le acercase caso contrario con las mujeres pero ¿por qué?

Otra interrogante añadida a la lista de las que ya tenía planteadas sobre ella. Por lo poco que se digno a decir su invitada; efectivamente si había caído del cielo, envuelta por una bola de fuego.

" —Joven Veron, quizás sea cierto. Recuerde esté mundo agrupa muchos misterios que nisiquiera los antiguos sabios han revelado. Como la brecha mágica ¿la recuerda? De allí provengo Joven. Quizás la señorita Uranía le sucedió algo parecido.

Habló con seriedad Felicity, al tiempo que Jacob suspiró.

—La verdad Felicity, para mi es confuso. No se nada sobre esas cosas.

La elfa se colocó de pie con entusiasmo y le guiño el ojo derecho a Jacob.

— Joven Veron, estoy segura de desentrañar esta situación. Confie en mi, sólo deme tiempo los antiguos de mi raza conocen más de ello, y tal vez nos brinden una orientación."

Aquel castaño peino con sus dedos su cabello hacía atrás y bufó resignado. Por los momentos esperar se hacía su única opción.

—¡Jacob! —Su pequeña hermana llamó su atención, aquel día Annet vestía un vestido de volantes color celeste, sus cabellos rizados y su mirada brillante se le hizó lo más hermoso que hallá visto, sin embargo la menor de los Veron sujetaba una mano blanquecina la cual haló un poco dando paso a una visión igualmente encantadora.

Ante él, su invitada misteriosa vestía un largo vestido perteneciente a su madre y el cual a pesar de la esbelta figura de la rubia la hacía lucir hermosa, dejando en silencio al mayor de los Veron.

Por su parte, Uranía sonreía nerviosa por mostrarse ante la mirada de aquel ser llamado Jacob, y del cual a pesar de no tenerle tanta confianza lograba inquietar su curiosidad. Ella quería descubrir aquel sentimiento que se ocultaba tras la mirada jade de Jacob cuando Annet habló de su madre, no lo comprendía del todo pero era algo que entristecía al Veron y causaba en ella cierta empatía, pues al igual que él, ella estaba a millones de distancia de sus creadores.

Fue por ello, que decidió llevarse bien con la familia Veron, quienes al parecer pertenecían al pequeño grupo de seres humanos que no habían sido manchados por la maldad. No estaba segura si volvería con sus hermanas, pero haría lo posible por estar cerca de los Veron y la nondad que los carácterizaba

—Hermano, dí algo ¿no crees que se ve muy linda Uranía? Felicity y yo la hemos arreglado.

Uranía sintió un extraño calor en sus mejillas, ante la fija mirada de Jacob.

—Luce encantadora. —Ambos se dedicaron una mirada cohibida, que Jacob desvió hacía Annet. — Has hecho un excelente trabajo enana.

—Lo sé. —Chilló la pequeña con alegría mientras daba un salto y luego recomponía su vestido. —¡Lo ves hermano! Ahora podemos presentarla como... — Extendió los brazos haciendo una pausa drámatica —Uranía Veron, nuestra prima lejana. Es perfecto ¿no?

—¿!Qué!?

Gritaron sobre saltados al unisonó Felicity y Jacob, quien por poco derrama su taza de chocolate.

—¿Uh? Habías dicho que había que protegerla ¿no? Que mejor forma que hacerla pasar por nuestra familiar.

Se explicó la pequeña Veron con gesto arrogante.

—Señorita Annet, la joven Uranía no guarda ningún parecido a ustedes.

Musitó Felicity siendo apoyada por un extrañado Jacob.

—Es cierto Annet.

—Por eso dije "prima lejana." —La astuta Veron hizó las comillas con sus dedos. Mientras la rubia sólo observaba la escena sin comprender eso de "prima lejana" y curiosa ante el guiño que realizó la pequeña Annet.—Se lo creeran, ya verán.

Jacob se tomó de las sienes ante el invento de su pequeña hermana. Sin duda Annet era igual de insistente como lo fue su madre.

—Annet... Verás... — Un fuerte golpeteó se hizó escuchar de improvisto cortando las palabras del mayor de los Veron, aquel golpeteó se repitió constantemente con mayor fuerza. Todos en la sala se vieron extrañados y Felicity observó a Jacob quién asintió. Ambos fueron directamente al lugar, siendo la castaña elfa la que abriese la puerta.

—Buenas... Noches —Su gesto se descompuso ante la mirada oscura que se cirnió sobre ella, causandole un estremecimiento. —Mi señor Dross.

La elfa realizó una reverencia apenada. Mientras aquel hombre de vestimentas oscuras y mirada penetrante sonreía ladino.

—Elfa, llama a tú amo. —Felicity bajo la mirada resistiendose a darle una bofetada a aquel arrogante. Desde un rincón y fuera del alcance de aquel hombre Uranía y Annet observaban la escena. La pequeña Veron mantenía un gesto pensativo mientras Uranía, no entendió el porque pero sintió miedo y repudió de aquel hombre. —Date prisa.

—No es necesario... Mi señor aqui me tiene.

Jacob se impusó con elegancia y firmeza ante el desagradable visitante. No debía negar que le causaba angustía el tener a Castiel Dross y sus lacayos al frente de su casa, pero mostrar miedo sería peor. Frunció el seño cuando se fijó en la sonrisa de superioridad que mostraba la mano derecha del monarca Roch.

— Perfecto. —Sin esperar invitación aquel ingreso a la morada de los Veron, con aires de grandeza, dejando a sus hombres afuera. El silencio se mantuvó un largo rato mientras aquel observaba el lugar con detenimiento.

—¿Puedo saber el por qué de su repentina visita?

Soltó Jacob con seriedad, necesitaba despedir a aquel hombre rápido y más aún por la seguridad de Annet, Felicity y Uranía. Sin embargo, el temido Dross no respondió muy por el contrario terminó por entrar a la estancia ante la mirada aterrada de Jacob y Felicity quienes temián que Uranía fuese vista.

Para su sopresa y tranquilidad Annet y Uranía se habían desvanecido de la sala.

UraníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora