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Boy in a bubble

Craig Tucker era un chico roto.

Su hermana era muy pequeña para entender, la quería lejos de sus problemas.
Su padre llegaba borracho a casa, a veces gritándole que le abriera la puerta, era cada vez mas agresivo, estaba consumido en el alcohol.
Su madre los cuidaba lo mejor que podía, la comida no faltaba jamás en la mesa, pero durante la noche, Craig podía escuchar sus sollozos, taladrando en su interior.

Por eso Craig decidió vivir en una burbuja

Idear planes en la casa de cada uno de sus amigos los fines de semana para evitar estar en la suya, quedarse castigado después de clases para llegar tarde a casa, aprender a fumar para hacerse una reputación, todo lo mantenía lejos de casa y estaba demasiado ocupado para notar que tan jodida estaba la situación una vez que llegaba a su cama.

"Tienes que ser fuerte Craig, no estaré mucho en casa, tu papá ya no estará con nosotros un tiempo, debes cuidar a tu hermana, es... Hora de crecer"

Fue así como Craig tuvo que encargarse de su hermana también, aprendió a cocinar, tuvo que ir a reuniones de la escuela, recogía sus boletas, iba por ella a casa de sus amigas, y sin darse cuenta su burbuja se expandió.

Craig ya no podía ver a través de ella, pues para él, no existía nada fuera de eso.

Levantarse, hacer desayuno, despedirse de mamá, bañarse, levantar a Tricia, comerse una manzana, cargar la mochila de su hermana, salir de casa, entrar temprano a la escuela, empujar alumnos al pasar, entrar a su clase, tomar notas, salir al descanso, fumar un cigarro, hacer planes para el fin de semana, volver a clase, tomar nota, ir por su hermana, volver a casa, hacer la comida, jugar con Stripes, pedir la tarea, dormir.

Cada día era lo mismo, pero lo mantenía muy ocupado, estaba muy entretenido en una realidad donde el divorcio, el abandono, la soledad y la tristeza no tenían tiempo de aparecer.

"Craig, llamó el consejero de tu escuela" su madre le había llamado por teléfono a la hora de su descanso, el del pompón amarillo había salido corriendo a los baños para poder contestar "Dice que tu expediente tiene un reporte diario, y que además varios profesores confirman que has estado fumando detrás de la escuela" El de la chaqueta azul, no tuvo idea de porqué, pero escuchar a su madre tomar una pausa y suspirar hizo que su pecho comenzará a doler. "No se qué hacer contigo. Yo, yo les doy todo lo que puedo, me parto el lomo trabajando y tu... Estoy muy decepcionada de ti"

La voz hueca de su madre no dijo nada mas, y cuando el chico pudo escuchar el pitido que marcaba que la llamada había terminado, su vista estaba borrosa, su mandíbula temblaba, sus manos estaban hechas puño, sintió algo deslizarse por su mejilla, algo húmedo y caliente.

Y entonces en ese pequeño momento...

Su burbuja se rompió

Jaló su gorro favorito con violencia arrancándole un pompón azul que colgaba del extremo, tapo su rostro con sus manos, sintió náuseas, su respiración faltaba, y comenzó a llorar, se escuchó a sí mismo teniéndose lástima, sus lágrimas no paraban de bajar, una tras otra, no había forma de detenerlas, su pecho dolía con intensidad, se sentía vacío, pero al mismo tiempo consumido, cansado, harto, ese día Craig Tucker perdió la cuenta de la cantidad de veces que deseo morir.

Staig / One shots.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora