VII

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Mi madre trabajó mucho para mantener la casa. Tenía varios trabajos y apenas la veía durante la semana. Ahora tampoco la veo mucho, pero se siente diferente.

Un día ella enfermó, su cara se volvió más pálida, le salieron grandes ojeras, incluso empezó a toser sangre.

Ella siempre era muy positiva, y siempre me brindaba su apoyo, como si se pudiera marchar en cualquier momento.

Aquel día, cuando volví de las clases de secundaría, la encontré tirada en las escaleras. Me dijo que le habían fallado las piernas. Con el poco dinero que teníamos y sin seguro contratado, fuimos al hospital. Los médicos sabían que no podíamos pagar, así que simplemente le mandaron reposo y unas pastillas. Sin apenas observarla, nos volvimos a casa. Las pastillas ni siquiera tenían prospecto, simplemente se las dieron allí mismo, era como si nuestra existencia fuera nula en este mundo.

Al día siguiente, volví rápidamente de la escuela, preocupado por mi madre. Ella estaba en el baño, tumbada en la bañera, apunto de dejar caer con sus frágiles manos el bote de pastillas vacío. Rápidamente llamé a una ambulancia. Llegó en pocos minutos.

Se la llevaron rápidamente, tumbada en una camilla con ruedas, la metieron en la ambulancia, yo me senté a sus pies. Estaba sentado en frente de uno de los médicos. La hicieron respirar, parecía que cada vez su respiración iba más lenta, y escuché la frase:

- Se detiene el pulso.

La cual provenía del médico que controlaba los monitores.

En ese entonces tenía 16 años. Empecé a marearme al ver a mi madre en ese estado, finalmente, me desmayé en la ambulancia.

Cuando me desperté, estaba tumbado en una cama del hospital, ya había estado en una antes, pero cuando abrí los ojos, mi madre no estaba a mi lado. Estaba solo en la habitación. Me incorporé en la cama de un sobresalto y entró un enfermero.

- ¿Te encuentras mejor?

Aquel chico trajo una bandeja con comida.

- ¿Cuánto tiempo llevo aquí? – Estaba asustado y confuso.

- Te desmayaste en la ambulancia y dormiste durante dos días.

Ambulancia. Esa palabra me hizo recordar todo lo que había pasado.

- ¿Dónde está mi madre? – Empecé a ponerme nervioso. Se sentó a mi lado en la cama.

- Tu madre duerme. Estaba a punto de irse. Ahora se encuentra estable. ¿Lo entiendes? No está ni aquí, ni allí. – Hubo un silencio en la habitación, no podía responder. – Jisung, tu madre está en coma.

Lo escuché perfectamente. Con la primera explicación, ya me di cuenta de a lo que se refería. Pero cuando lo dijo con las palabras exactas, empecé a creérmelo.



Sorry por un capítulo tan corto, but solo por eso, no tardaré en subir el siguiente. Gracias por apoyar la historia <3

Fighting Against Yourself | HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora