XVII

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Volvía a estar en el hospital. Nunca había ido tantas veces seguidas. Estaba en la UVI, ahora era un suicida frustrado. Hyunjin se quedaba a dormir todas las noches a mi lado. Empezó durmiendo en el sillón de los acompañantes. Pero le pedí expresamente que durmiera a mi lado. Él, sin dudarlo, cumplió mi petición.

Ya llevaba un mes hospitalizado, y los médicos consideraban que debía estar allí, bajo vigilancia, por lo menos un mes más.

- Jisung... - Estábamos tumbados mirando el techo. Volteé mi cabeza hacía Hyunjin cuando me llamó, en cambio él seguía mirando el techo. - ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué intentaste... eso? – Pensativo, volví a observar el techo.

- ¿Por qué estabas allí cuando lo hice? – La habitación se quedó en silencio durante unos largos segundos.

- Porque sabía que lo harías. – Hyunjin ladeó su cabeza y me miró. – Debía detenerte.

- No debías detenerme. ¿Por qué lo hiciste? – Volví a girar la cabeza mirando fijamente los ojos de Hyunjin, los cuales ya podía mirar. Nuestros hombros estaban juntos, así que nuestras caras no estaban muy lejos una de la otra.

- Porque si no lo hubiera hecho, ahora mismo no estaríamos juntos. – Estiró su cuello y me regalo un tierno pico. – Y no hubiera podido hacer esto. – Sonreí rodando los ojos para después volver a mirarle.

- Tonto. – Hyunjin dejó ir una leve risa.

- Te protegeré para siempre. Nunca dejaré que vuelva a pasar lo mismo, ¿vale? – Revisó mi cara de arriba abajo. - ¿Confías en mí? – Hyunjin estaba serio, solo mostraba inseguridad en los ojos. Me senté en la cama y miré a Hyunjin, quien observaba todos mis movimientos mientras estaba tumbado. Levanté una de mis piernas y la puse al otro lado de Hyunjin, quedando encima de él. Apoyé los codos en la almohada, uno a cada lado de la cabeza de Hyunjin.

- ¿Cómo no voy a confiar en ti, si eres así conmigo? – Bajé mi cabeza y le ofrecí un largo y energético beso. Estaba delante de mí y ya lo echaba de menos, entonces me di cuenta de que necesitaba le necesitaba.

- Vaya... Parece que no soy bienvenido. – La puerta de la habitación se abrió y rápidamente salí de encima de Hyunjin y me senté en la cama. Hyunjin se levantó y se quedó de pie al lado de ésta. – Con que este niño no te gustaba. – Era él. ¿Quién le habría avisado de esto?

- ¿Qué haces aquí? – Hyunjin me miró desconcertado debido a la agresividad de mis palabras.

- Tengo contactos. – Se acercó a la cama. Estaba muy serio, seguramente no le gustaba tener a Hyunjin presente. – Tenemos que hablar. – Giró la cabeza y le miró por encima del hombro, con mucho desprecio. – A solas. – Estaba intimidado por esa odiosa mirada que le dedicó. Paralizado por aquello, no respondió ni se movió.

- Él no se moverá de aquí. – Hyunjin no paraba de mover la cabeza de un lado a otro, según quien hablara.

- Jisung, no deberías hablarme así. – Negaba moviendo la cabeza con una mueca en su rostro.

- Aún recuerdo tu puñetazo. Por tener que trabajar para ti, me rompieron la nariz, la cual aún se está curando. – Señalé la venda que tenía en el centro de mi cara. – Me rompieron el labio inferior, el cual se quedará, para siempre, en una cicatriz. – Cogí aire. – Además de eso, ¡Estoy hospitalizado por todas las paranoias que me creaste tú! ¡Si crees que no tengo derecho a hablarte así, estás muy equivocado! ¡Y si es porque trabajo para ti, que sepas que ya no lo hago! – Me reí exageradamente, mostrándome superior a él.

- Tenemos un contrato. – Trataba de defenderse de alguna forma, pero sabía que yo tenía razón y eso le dejaba sin defensas.

- ¿Sabes que es lo que tienes? Tienes una gran mierda de mi parte. Eso es lo único que tienes. – Seguía muy enfadado con él. Solo quería librarme, de una vez por todas, de ese hombre.

- Puedo denunciarte por incumplimiento de... - No le deje terminar la frase.

- ¿Incumplimiento de contrato? Si lo haces, sabes que me darán la razón a mí. ¿Qué pasaría si se enterarán de que uno de los hombres más ricos de Corea tiene contratado a un hombre de compañía, que además solo tiene 19 años? ¿Qué pasaría entonces?

- Veo que ya no te importa tu madre. – Trataba de mantenerme bajo su yugo de esclavitud, y lo único que se le ocurrió con su limitada inteligencia, era meter el dedo en la llaga. Dejé ir un suspiró y continué mi discurso.

- Por mi madre no te preocupes. Podré mantenerla. Ahora, por favor... - Me levanté de la cama y fui a su encuentro. Alcé la cabeza para mirarle a los ojos y terminé la frase. – ...vete a la mierda.

Fighting Against Yourself | HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora