IX

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- Cuando empecé a quedarme sin dinero para pagar los estudios, la casa, la comida... no se me ocurrió otra solución. Y sé que lo que hago es horrible, y lo odio. Pero pensé que era la única forma de conseguir dinero, la única forma de poder seguir mis estudios y cumplir aquella promesa con mi madre. – Mi voz empezaba a entrecortarse, no podía contener mis lágrimas. – Por eso, si quieres irte, entiendo que pueda darte asco. Nadie te obliga a quedarte. Siento no habértelo contado desde el principio. – Estábamos sentados sobre la alfombra, en el suelo del salón. Yo estaba encogido, con las rodillas prácticamente en la cara para ocultar mis lágrimas. Hyunjin me cogió la mano entre las suyas, como lo hacía mi madre, con cariño, seguridad y dulzura.

- Te equivocas por completo. – Levanté la vista para ver a Hyunjin a través del flequillo, sin que el me viera. Sentía una increíble vergüenza como para mostrar mi cara en esos momentos. – En cuanto a tu trabajo, sé que debe ser horrible. Pero también sé que saldrás de esta. – Sonrió levemente mostrándome su empatía. – Y, sobre todo, no debes sentirlo por no habérmelo dicho desde el principio. Porque este es el principio. – Me dijo eso sin perder su sonrisa.

- ¿En serio no te importa? – Estaba atónito. Se me cortaron las lágrimas, así que miré directamente a Hyunjin mientras me secaba con las mangas.

- Me importa que lo estés pasando mal. Lo que me acabas de decir y haber tenido la valentía para decírmelo, es suficiente motivo para quererte aún más. – Hyunjin se dio cuenta de sus palabras al escucharlas en voz alta. – Quiero decir... Querer quedarme.

Rápidamente le sonreí y me abalancé sobre él tumbándolo en el suelo. Solo pretendía abrazarlo, pero la posición quedó algo extraña. Estábamos recostados sobre la alfombra. Sobre Hyunjin, y con nuestras caras enrojecidas por la vergüenza de la proximidad, sentí la presión de su mano en mi nuca acercándome hacia él.

- Sé que te dijeron que no deberías ser infiel... Pero ahora no puedo evitar querer besarte. – Hyunjin cambiaba de niño tímido a romántico sin vergüenza cuando la situación lo requería. Las palabras de Hyunjin me relajaron, y le besé. De nuevo un beso apasionado sin pasar a nada más. Me dejé caer a su lado, tumbándome en la alfombra.

Disfrutando del silencio juntos y escuchando nuestra propia respiración, me di cuenta de que Hyunjin tenía razón: esta casa ya tenía color y ya no estaba tan vacía, solo porque habíamos entrado nosotros. Realmente aquel chico era mágico. Sin que se diera cuenta me pellizqué el brazo. Era real, no estaba soñando.

Un teléfono rompió el silencio.

- Ji Sung, debe ser el tuyo. – Frunció el ceño preocupado. Él sabía que nadie importante podía llamarme, así que, si mi teléfono sonaba, seguro que era la persona que más odiaba en este mundo. Descolgué el teléfono, y así fue, su horrible voz era inconfundible.

- Jisung, ¿Cuándo piensas venir? Hace días que no te veo. – Realmente me irritaba.

- Tengo muchos exámenes la semana que viene, así que debo estudiar. – Hyunjin sonrió a duras penas. Iba a mi clase, y sabía perfectamente que aún no era época de exámenes.

- No puedo pagarte 4.000 al mes si no te veo. Lo siento, pero volveré a bajar a los 2.000 por mes.

-Vale. – Respondí indiferente.

- ¿No te importa? ¿Y tu madre?

- 2.000 al mes, equivale a que recibirás mis servicios tres veces por semana. No puedo permitirme que mis servicios sean a seis por semana. Así que veo justo que me pagues 2.000. Buscaré un trabajo adicional.

- Como quieras. ¿Lo de la boda sigue en pie? – Me quedé unos segundos en silencio – Jisung, ¿estás ahí?

- No quiero irme tan lejos. Así que no, la boda no sigue en pie. – Hyunjin levantó las cejas sorprendido.

- ¿Te mudarás conmigo? Si no haces, sería incumplimiento de contrato. Sabes que te lo estoy perdonado, pero desde el primer día deberías haber vivido conmigo.

- Solo me dejas responderte que si a eso, ¿verdad?

- Debes hacerlo, es tu trabajo.

- Claro. – Estaba enfadado, y no quería hablar mucho con él, siempre que lo hacía, no podía evitar frustrarme.

- Mañana te espero sin falta.

- Allí estaré. – Sonreí, aunque no me estuviera viendo para que mi voz sonara alegre, pero falsa. Colgó. No me apetecía volver a verle. Hyunjin parecía estar esperando a que le explicara la conversación con detalle, sin decir nada, su cara describía perfectamente lo que quería. Se lo expliqué todo.

- ¿Su mansión está muy lejos? – Preguntó preocupado.

- A las afueras de la ciudad. Tardaré 20 minutos en llegar al campus. Viviré más lejos, pero seguiré viniendo.

- Intentaré encontrarte otro trabajo en el que te paguen bien, sin tener que... ya sabes...

- Gracias, Hyunjin. Una de las cosas por la que no me caso con él, es porque este es el último curso en el campus. Entonces ya podremos trabajar con carrera, y nos pagarán mejor. Así que su dinero ya no me hará falta.

- ¿Y las otras cosas por las que no quieres casarte con él?

- Yo siempre he querido casarme por amor... y ahora... lo veo posible.

Fighting Against Yourself | HYUNSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora