- Túnel -

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– ¡Magnus! ¡Es para hoy maldita sea! – El brujo sentía su magia irse de su cuerpo, había peleado mucho y más aún cuando el plan no había salido como querían.

– No encuentro a Cat por ningún lado, no podemos irnos aún Ragnor.

– Ya nos descubrieron, seguramente ella ya se fue en un portal, ahora... ¡Apúrate!

– Uy que humor. – Volteó los ojos mientras contenía una sonrisa.

Con un movimiento elegante de brazos, un portal se abrió y antes de que las otras personas entraran, el par de amigos cruzó y de inmediato se cerró a sus espaldas.

– No pensé que se tomaran en serio eso de la prohibición. – Comentó Magnus con un puchero y el ceño fruncido.

– Tarado... La gente de Perú te ha dejado más que claro que ya no tienes entrada, a menos que quieras que te maten. – Se sacudió su ropa y le dio un golpe en el hombro a su amigo.

– Sigo sin entender el por qué tanto empeño en dejarme afuera. – Puso su dedo índice en la barbilla y miró el azulado cielo como si estuviera pensando.

– ¿En serio Magnus? – Ragnor rodó los ojos y respiró hondo para no ahorcar a su amigo. – ¿Ya no recuerdas todas tus "aventuras" que has hecho allá?

– No es como que haya hecho cosas tan malas, hasta Cat y tú se divirtieron. – Dijo con orgullo cuando se acordó de los buenos recuerdos en Perú.

– ¿Tengo que recordarte quién se divirtió mucho la última vez con la mundana Kitty?

– Que sentido. – Resopló.

Fueron buenos momentos los que vivió allá, pero su amigo con cuernos tenía razón, le habían dejado muy claro que si volvía lo matarían; tendría que buscar otro lugar para divertirse.

Mientras que caminaban relajadamente por Central Park, donde habían aparecido por el portal, se dieron cuenta que el lugar estaba muy silencioso. Por lo general en la noche no había muchas personas; sin embargo, el ambiente se sentía muy raro.

Ambos amigos sabían que algo malo estaba a punto de pasar; por lo que activaron su magia y sus sentidos. Observaron todo a su alrededor buscando alguna señal de algún demonio o enemigo que estuviera a punto de atacarlos.

No esperaron mucho.

De un momento a otro, ambos brujos se encontraron entre tres demonios mayores, comenzando así una batalla sin motivos ni razones; unos atacaban y otros se defendían, al parecer la noche se iba haciendo más oscura mientras que los amigos se preguntaban qué pasaría después.

***

A Robert Lightwood no le importaba que sus hijos de trece, doce y once años, salieran a una misión, de entrenamiento básico, pero al fin misión peligrosa para unos niños.

Alec, como buen hermano mayor, iba enfrente de sus hermanos, tratando de escuchar todo lo que estaba dentro del oscuro y maloliente lugar. Todavía no tenía las runas suficientes para sentirse fuerte y más hábil, aunque le aliviaba contar con el apoyo de sus hermanos.

– ¡Alec ahí! – Jace gritó en cuanto vio a la lejanía una sombra entre las paredes.

Ya tenía mucha más práctica con su arco, y lo demostró cuando su flecha se clavó justo en el pecho del demonio haciendo que éste se desintegrara en el aire con un fuerte chillido de dolor.

– Se acercan más chicos... Es hora de divertirnos. – Izzy parecía divertida como siempre, pero capaz de pelear tan fuerte como sus hermanos mayores.

ABC (Amor Brilloso Con MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora