Quemadura

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* Jeque: Jefe de un territorio en algunos países musulmanes, son los mandatarios o príncipes de su región por lo regular son multimillonarios y tradicionalistas.

Me pidieron una historia con algo relacionado a los jeques, y sinceramente yo no tenía idea qué o quiénes eran, leí algunas historias pero no es un tema que conozca mucho, por lo que espero no decepcionar a algunos o a la persona que me dio su idea ><


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Se sentía un frío... De ese que te helaba hasta los huesos, pero que era producido por un temor muy grande; ya que, el temblor y los espasmos que tenía por todo el cuerpo era por el miedo a lo que pasaría después, y no por el frío helado que se estrellaba en su cuerpo.

No sabía cuánto tiempo había pasado ya, su cuerpo estaba entumecido por la postura en la que se encontraba y por más que quería moverse o si quiera hablar, no podía. Pudieron haber pasado horas, días, y él ni cuenta; solo tenía claro una cosa.

Nadie iba a pagar su rescate.

Entendía a sus padres, sinceramente él tampoco hubiera pagado su rescate, nadie querría a un chico insignificante que no podía hacer nada por su cuenta. A lo mejor y ahora se habían librado de su hijo mayor, y no los culpaba.

Pero en serio que tenía miedo.

De los cinco sentidos que debería tener como cualquier ser humano, tres estaban nulos. Sus manos estaban atadas a su espalda, su boca estaba cubierta por una cinta y sus ojos, bueno, se habían dado cuenta de su situación, así que no hizo falta que los bloquearan.

Después de haber tenido ese accidente hacía dos años, la ceguera había sido parte de su vida. A simple vista, sus ojos inocentes estaban con un brillo singular y de un fuerte color azul único; sin embargo, no cumplían con su función.

Los doctores habían dicho que no podía recuperar su vista; ya que, no tenía nada en sí, su cerebro estaba bien, los coágulos estaban bien, todo su cuerpo había sanado correctamente, solo sus ojos habían sufrido un tipo trauma, dejándolo sin la posibilidad de ver.

Aunque ahora que se encontraba en esa posición, no sabía si quería recuperar su vista para saber en qué mala situación había sido metido, y aunque no veía mas que manchas oscuras, se daba una idea de que no era exactamente de día.

Alec había tenido un día normal como cualquier otro chico de diecisiete años, nada del otro mundo; solo despertó, desayunó, se fue con su hermana a la preparatoria y para cuando la estaba esperando para regresar a casa, su libertad fue arrebatada.

La ventaja de perder un sentido era que otro se agudizaba, su oído estaba altamente desarrollado, hasta el punto de poder escuchar cuando una gota caía en el lavabo de la cocina, aun estando él en el segundo piso de su muy grande casa.

Era por eso que ahora podía escuchar el sonido de los camiones cuando se echaban de reversa, podía figurarse estar dentro de una caja que tenía orificios en los lados, no muy amplia pero si lo suficientemente grande para no morir por falta de oxígeno.

Recuerda haber perdido el conocimiento en el momento que le pegaron un trapo en la nariz, recibiendo una fuerte inhalada de cloroformo, pero no más; las voces y pocas conversaciones que había alcanzado a oír no habían sido muy coherentes.

Al menos, antes de que le encerraran en la caja ya estando más cuerdo, le habían aclarado que si sus papás no pagaban cierta cantidad, que se diera por muerto. Tal vez ahora era transportado hacia su propia tumba, al menos eso hubiera querido.

ABC (Amor Brilloso Con MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora