ABC (Amor Brilloso Con MALEC)

Fantasma

La ciudad era aburrida, ya no había mucho que hacer; Magnus, que trabajaba en un pequeño Café, se estaba desesperando cada vez más.

Se cansaba de ver a las mismas personas todos los días, trabajar sin cansancio, tener la misma rutina y ahorrar para nada; ya que, le costaba mucho mantener el pequeño lugar donde vivía y a él mismo.

La siguiente semana cumplía diecinueve años y no se sentía nada animado pero eso no era un problema para su mejor amiga, Catarina; esa mujer era las risas de Magnus, siempre le alegraba sus días malos y contaba con ella todo el tiempo.

La mamá de Magnus había fallecido cuando tenía doce años y su padre se había ido con otra mujer cuando no supo 'quedarse' solo.

"Debí haber nacido estrellado", se repetía una y otra vez desde el fallecimiento de su madre; hasta que conoció a Cat en el trabajo, con ella nunca se quedó sola de nuevo.

Estaban juntas en los días de borrachera intensa, corazones rotos, resacas inigualables; habían vivido muchas cosas juntas. Y el día de su cumpleaños no iba a ser un día como cualquier otro, de eso se iba a encargar Cat.

La chica llegó al Café cargando una maleta.

– ¿Qué se supone que llevas adentro? ¿Secuestraste a alguien y lo metiste ahí? – Preguntó Magnus riendo.

– Ja ja ja, no niño, traje linternas, sudaderas, unas mantas, compré comida por adelantado así como también bebidas y varios encendedores, porque dicen que allá dejan de funcionar las linternas 'casualmente'. – Contestó su amiga poniendo todo en la mesa.

– ¿Allá? ¿A dónde me quieres llevar? – Ya conocía perfectamente a su amiga y algo estaba tramando sin dudarlo.

– Iremos a la casa embrujada que está en las orillas de la ciudad, te encantará pasar tu cumpleaños rodeada de fantasmitas.

– ¿Es seguro? ¿Y si hay alguien adentro escondiéndose en los cuartos para hacerles algo a las personas o asaltarlas? O puede ser que nos secuestren... Olvídalo, ¡ese día trabajo!

– ¡Hey! Tranquilo Magnus, el lugar está abandonado, pero la policía entra cada día a las tres de la tarde, revisan toda la casa para ver si no hay alguien; y si hay, los sacan y les dan hasta un aventón a su casa... ¡Y que mentiroso!, ya pediste ese día para mí, así que prepárate.

Cat le guiñó un ojo y dio por terminada la conversación, Magnus se rio y accedió a su regalo que le estaba otorgando.

Esperaba con ansias que ya fuera jueves para irse con Cat a la famosa casa abandonada y recibir al menos un susto para sentir esa adrenalina de emoción que hacía mucho no tenía.

Faltaban tres días para su cumpleaños y los clientes que más iban al Café ya lo sabían. Venían a veces con pequeños detalles, sacándole una que otra sonrisa.

Ya casi era la hora de que llegara Imasu al Café y pedir lo mismo de siempre, por lo que Magnus ya tenía preparada su bebida, y supo de la llegada del chico por el tintineo de la campanita.

Imasu Morales, el gran hombre guapo y joven, conocido por su trabajo de sub-jefe de policía, también llamado Imasu sexy Morales, porque vaya que el muchacho estaba trabajado, tenía un gran amor por Magnus.

Le visitaba todos los días al Café y le llevaba regalitos de adelanto, y como siempre, le preguntaba cuándo saldrían juntos, aunque ya era una costumbre que le rechazara.

No era por el físico porque de ser así, ya lo hubiera aceptado, era un buen hombre, trabajaba, estudiaba y era educado, pero aun así, no le atraía de esa manera, le quería como amigo y solo se preocupaba por él de esa manera.