Es tan imperfecta que termina siendo perfecta.
La rueda de la bicicleta que ha dejado caer sigue dando vueltas en el aire mientras una incontrolable sonrisa se extiende en su rostro. Alegría y sorpresa brillan en esos rutilantes ojos que tanto ansié volver a ver.
La última vez que nos vimos en ellos había un dolor demoledor y latente, pero ahora hay una esperanza alentadora. Hay viveza y calidez, hay mucho de eso que vi aquella vez que desperté en el sillón de las Lee y la contemplé escudriñando mi mural en la pared.
Me acerco al borde de la casa rodante y con agilidad y rapidez bajo por la escalera. De un salto estoy sobre mis pies otra vez, enfrentando a la muchacha que parece no haberse movido ni un centímetro. Simplemente está ahí, de pie, sonriendo ampliamente en silencio y observándome como si fuera una especie de sueño o un cachorro tras la vidriera de un PetShop que terminó por enternecerla.
Le sonrío y ella no se mueve. Está inmovilizada y comienzo a preocuparme. Mi ceño se frunce de a poco y vacilo al avanzar.
—¿Zoe? —indago, incitándola a hablar.
No responde.
—¿Bobby te dio algo? —insisto, dando un paso más hacia ella—. Porque si te ofreció un cigarrillo a modo de tranquilizan... —Ella corre, alcanzándome.
Me tambaleo por el repentino impacto y la rodea con mis brazos. Siento los suyos enroscarse alrededor de mi cuello y me río al notar la fuerza con la que se aferra a mí. La levanto sobre sus pies y dejo que su aroma y calidez me envuelvan. Cierro los ojos y saboreo la sensación, su esencia y presencia.
Exhalo con brusquedad y me doy cuenta de lo nervioso y preocupado que estaba de no poder volver a estar así con ella, de no volver a experimentar lo que se siente el estremecimiento que se adueña del cuerpo y hace temblar el corazón al abrazar a alguien que te hace sentir tanto.
—Mucho, te extrañe mucho. —Su respiración es acelerada y sus palabras salen atropelladas—. Gracias por los cuadros y por hacer esto por mí, gracias por esperar y muchísimas gracias por... —la interrumpo separándome de ella lo suficiente para poder mirarla a los ojos.
—Zoe, respira.
Ella asiente conteniendo la respiración y noto que no procesó mis palabras. Deslizo mis manos en sus mejillas, ahuecándolas y riendo ante esa mirada exaltada que la hace abrir los ojos por completo.
—¿Recuerdas cómo respirar? —Sonrío arqueando una ceja y sintiendo sus dedos enroscarse alrededor de mis muñecas mientras me sostiene la mirada.
—Inhalo oxígeno por las vías aéreas superiores y expulso dióxido de carbono, sé como funciona. —Asiente con rapidez—. Lo siento, es que tengo una sobrecarga de cosas por agradecer y no sé cómo decirlas todas jun...
La callo con un beso.
Su agarre en mis muñecas se debilita en el segundo en que atrapo sus labios y sus hombros tensos se relajan al instante, y parece que mi acción desvía o hace desaparecer por completo su enardecimiento. Sonrío contra sus labios y me alejo solo lo suficiente como para volver a mirarnos a los ojos. Ella suspira y traga en silencio.
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Extra point
Teen FictionSegundo libro de la serie #GoodBoys. En físico gracias a Nova Casa Editorial (este es un borrador). Enigmático, mínimamente insolente, juicioso, perspicaz, incorregiblemente malhumorado e increíblemente apuesto. Una pesadilla en el campo y una estre...