Capítulo 28: Mi puerto seguro

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Es para que se hagan una idea de el lugar ⬆️ después entenderán a qué me refiero.




Mire para todos lados de la casa que Alexander comparte con Kevin para ver si había alguien.

- Kevin no llegará- lo mire- solo tu y yo ¿si?- me tire a sus brazos otra vez a llorar.

- Vol...vió- me separó para que lo mirara- ella... Vol...vió- me atrajo a su pecho. Mi puerto seguro.

- Pequeña, tranquila- me abrazo con sus fuertes brazos- Todo pasara.

Nos acostamos en el sillón y entre la pena y sus caricias me fui quedando dormida...

****Alexander****

Cada vez que la miro, me queda más claro que estoy enamorado hasta las patas de esta chica, pesada, fría, no muy carismática, sola, y todo eso piensas cuando no la conoces pero cuando lo haces, vez a la hermosa chica, amorosa, preocupada, dedicada, paciente, comprensiva y sobre todo frágil

La tomo entre mis brazos para llevarla a mi pieza, la deposito en mi cama, ella se acomoda.

- Te vez incomoda con esa ropa- me susurro y es obvio, está mojada al igual que yo- tal vez deba sacarte la ropa y ponerte una ramera mía pero posiblemente sea tortuga muerta en la mañana- lo pensé un momento más- correré el riesgo, por lo menos moriré feliz- me auto convenzo...

La desvisto poco a poco, tratando de no mirarla tanto, porque quiero verla y aprenderme su cuerpo cuando sea el momento. Le puse la ramera y la acosté bien en mi cama. Me fui a cambiar ropa y me acosté a su lado

Le mire cada facción de su rostro acariciando sus mejillas y como mi cabezota me fui quedando dormido.

***************************

- Dormilón... despierta- escuché en mi oído que me hizo sonreír- me alegra que estés despertando- definitivamente podría acostumbrarme a despertar siempre con mi cabezota al lado.

- Bueno días cabezota- abrí mis ojos, para verla ¿vestida? Pero qué demonios- Ada ¿Porque...

- ¿Porque soy vestida? Sencillo, desperté y me encontré solo con una remera tuya y me puse mi ropa- hablo sarcásticamente.

- Supongo que no te enojaste- asumí sabiendo la verdad. Me esta odiando.

- Como se te ocurre. Me largo- y sentí sus pasos furiosos.

No puedo creer que me haga de nuevo hacer fuerza ¡y en la mañana!

Me pare y la tome.

- ¡Alexander Ignacio Brown Steele ! - rodé los ojos y la tire a la cama, y me puse arriba suyo.

- Ada, no vi nada- y le di un beso en el cuello, haciéndola estremecer- solo quiero verte desnuda con tu consentimiento- y seguí repartiendo besos.

- Ale...Ale...- mi nombre quedó el aire y que bien suena.

- Shh pequeña- le besé los labios intensamente. Pero como si fuera un instinto pare- perdón yo no...- pero mis palabras se quedaron en Stop cuando sus labios impactaron contra los míos.

- Te amo, vamos a comer- salió como pudo de debajo de mi y la seguí con una risa de tarado en mi cara

Cuando llegamos a la cocina...

- ¿Me preparaste comida?- pregunte asombrado.

- Emm... si, ¿te molesta?- esto es increíble ¿cómo podría molestarme algo así?

- Claro que no, podría acostumbrarme- sonreí.

- No lo hagas por que no siempre dormiremos juntos- comentó, un poco triste. Tiene que ser por lo que se puso tan mal ayer.

Reglas para una vida " perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora