Capítulo 35: Una salida

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****Ada****

No sé qué ponerme, es muy estresante, ¿cómo se supone que deba vestirme? No debería importarme causarle una buena impresión...¡pero me importa!
Ash.

- Mi niña la veo complicada- habla mi Nani entrando a mi habitación.

- No sé que ponerme- hablo sentándome en la cama ya derrotada.

- Vístase como usted sea, es sencilla mi niña, no se moleste en parecer algo que no es- la miro y asiento.

- Gracias, te quiero- me dedica una sonrisa y se va para darme mi privacidad supongo.

Tomo mi vestimenta habitual, y con habitual me refiero a ...

Tomo mi vestimenta habitual, y con habitual me refiero a

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Sencillo pero bonito a mi parecer.
Me hecho perfume.

- Mi niña su...- la interrumpo.

- Claudia- Que no se confunda.

- Bueno... ella ya llegó- asiento.

- Iré a ver a Alexander primero- ella asiente y se retira junto conmigo, baja las escaleras y yo simplemente paso a la habitación de al frente.

Abro la puerta y lo veo durmiendo. Tengo una pequeña desilusión, me hubiera gustado poder besarlo antes.

Me acerco, lo acaricio y dejo un pequeño beso en su mejilla. Tiene que estar cansado y como no si le dieron una paliza feroz, no quise preguntar más allá por respeto a él.

Cierro la puerta, tomo aire y lo exhalo en modo de relajación junto con mi rezo para que todo con ella salga bien.

Bajo las escaleras y allí se encuentra ella en todo su expandor, bien vestida. No me había dado cuenta pero siempre estuvo bien vestida, no como mamá pero si bien vestida.

- Ada- susurra, ¿de qué se sorprende?

- Claudia- le dijo con un asentamiento de cabeza.

- ¿Nos vamos?- acelera el proceso.

- Claro, voy a despedirme de mamá y vengo- traga duro y vi dolor en sus ojos. Todo tiene consecuencias y esta es una.

Me dispongo a ir al despacho de mi madre pero una mano me detiene. Nani.

- Salió- susurro en mi oído. La mire extrañada- no quería ver cómo se iba con su madre biológica- cierro los ojos. No puede ser, ¿porque hizo eso? Ella siempre será mi madre, nada cambiará.

- Esta bien, entonces me voy- asiente con una sonrisa forzada- cuídalo por favor- vuelve a asentir.

- Lo hare como si fuera mi hijo- sonrío satisfecha por su repuesta.

- ¿Nos vamos?- le preguntó ahora yo.

- Vámonos de aquí- ¿porque lo dice como si no fuera a volver? Da igual.

Reglas para una vida " perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora