Reglas para una vida " perfecta"

Capítulo 45: El momento llegó/ fin

****Ada****

- Estoy por llegar. Me encuentro bien- hablo por celular- Perfecto, nos vemos- corto comunicación.

Estoy lista para hacer lo que deba, después de todo, sólo imagino que interrumpirán cuando los pillen con las manos en la masa, se irán detrás de las rejas y nada más.
Yo no pinto mucho ahí, pero tengo un presentimiento que esto no va a acabar bien.

A los minutos me encuentro caminando hacia la oficina de mi padre. La noche ya cayó, el momento esta cerca.

Tocó. Un "pase" anuncia mi entrada.

- Hija- me habla mirándome preocupado.

- Ya estoy bien. Fue solo que me bajo la presión- trato de convencerlo.

- Ada...no creo que sea lo más conveniente para tu salud- trata de persuadirme.

- Me dijiste qué haces tratos con este caballero una vez al año, yo no quiero esperar tanto tiempo. Puedo hacerlo ahora además solo estaré ahí, a tu lado- me mira difuso mientras se pone su chaleco antibalas.

- Esta bien. Como siempre tú ganas- sonrío con pena. Sigue poniéndose sus demás instrumentos (armas).

- Padre- lo llamo.

- Dime- contesta sin mirarme.

- ¿Por qué Alexander quiere matarte?- este sorprendido por mi pregunta levanta su cabeza.

- No es algo que te concierna- habla con sus facciones duras.

Tal vez pueda convencerlo.

- Yo creo...

- No me interesas lo que creas, está vez no ganarás. Se acabó el tema ve a prepararte- sin más salgo. No me dirá nada, eso lo tengo claro.

Me dirijo a la oficina de mi hermano donde tengo mi arma, mi Magnum Research.

La tomo y la enfundo.

La verdad no sé por qué mi padre se protege tanto, encuentro que no ha da lugar, no me interesa ponerme un chaleco antibalas, pierdo mi tiempo.

- Así que al final ¿vienes?- se hace presente la voz de mi hermano. Cristian.

- Si, me siento mucho mejor- respondo quitándole importancia.

- Si, algo me contó papá- pasa por mi lado para alistarse.

- ¿Cómo está Antony?- pregunto.

- Bien, en casa con su madre- vamos Ada, es momento de que se lo digas, ya ni importa nada después de esta noche, él se ira tras las rejas y no permitiré que siga engañado.

- Ella te engaña- se da vuelta y me mira con el ceño fruncido.

- No hables estupideces- se da la vuelta nuevamente.

- Si no me crees, por lo menos créele a una foto- le tiendo mi celular, se da la vuelta y no muy convenido toma mi celular.

- Es... ¡ese maldito!- habla enojado- ¿Por qué no me dijiste antes?- brama.

- No me pareció el momento- trato de no verme intimidada.

- ¡¿Y ahora es el puto momento?!- para mi si, pero para ti no, lo siento.

- No lo pude aguantar más, lo estaba haciendo por Antony pero me di cuenta que ni quiere a su hijo- este se toma el pelo, claramente frustrado.

- Maldita perra- susurra dolido.

- No vale la pena hermano, no lo vale. Olvídala- este vuelve a su compostura asintiendo a mi proposición.

- Tenemos trabajo, después me encargaré de ella. Le quitaré a mi hijo- necesito que me dé algo con lo que pueda incriminarla para obligarla a que me de a Antony, aunque con encubrir a un asesino también paga con carcel. Después veré cómo se lo quito, no pondré más basura en el hombro de Cristian, mi hermano. Espero algún día me perdone.