Capítulo 27: el árbol de la vida

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****desconocido****

¿Olvidándome dictador? Eso no puede pasar. Aunque haya pasado una semana jamás estarás tranquilo y menos si es con alguien que no deberías estar. Mi hija no sabe nada y eso es lo que más me mata, ella debería saber de mi existencia y que tiene que estar de mi parte, no de la tuya.
Lo admito me canse de esto.
Si no fuera por mi hija que estuvo ahí no tendría idea de quien fue el que entró silenciosamente a una de mis sedes, lo que aún no logro comprender es para que, ya qué hay que admitirlo tienes buen personal, supiste evadir mi seguridad, astuto, lo reconozco pero ya es suficientes, el siguiente paso lo doy yo...bueno Cristian ¿no? Eso es lo que crees...que soy mi hijo.
La sangre tira Alexander y tarde o temprano Ada me apoyará.

****Ada****

- ¡Hola familia!- entran los chicos a mi casa y se van directamente a saludar a mamá- usted cada día más joven- la alaga Carlos. Pues si...los chicos se han ganado en corazón de mamá y en ¿una semana? Si que son avilés.

- ¡Mis niños!- chilló mamá, abrazándolos.

- Hola chicos. Si sabían que me querían pero no es necesario que lo demuestren- comento cerrando la puerta.

- No te pongas sensible donas- me envuelve en un abrazo Kevin.

- ¿Y Alexander?- pregunto al no ver a mi chico de ojos verdes.

- Dijo que te amaba y venía luego- me me dijo Amelia.

- Pero me faltan personas. ¿Donde están Cristofer, Máximo, Mauricio y Cristina?- supuestamente tendríamos un finde semana de asado, junto con mamá, pues como ya lo habrán notado la quieren más a ella.

- Ya vienen- comentó Roció.

- ¡Mi Nani!- chilló Carlos- Te extrañe- repartió besos por toda su cara. Genial.

- Pero si nos vimos ayer preciosura- hablo riendo MI NANI, que se note por favor.

- Si, si, lo que digas, pero es MI NANI- lo amenace con la mirada.

Rodó los ojos como siempre.

- Voy a preparar el fuego aunque lo están viendo, bellezas- y aquí volvió otro más de los egocéntricos.

- Ve mejor- le hago un ademán con la mano para que se vaya.

Tocaron la puerta. Me dispuse a abrir.

- ¡Máximo!- me abalancé contra él, pues qué puedo decir le tome arto aprecio a este condenado.

- Cuidado que me pongo celoso- comentó mi hombre atrás de él. Juro que no lo vi. Me separé y en vez de abrazarlo lo besé- tal vez ya no esté tan celoso- murmuro.

- No Tienes de que bobo- Esta semana con Alexander nos hemos acercado más como pareja y eso me encanta, me encanta que esto vaya así de bien.

- ¡Llegamos perras!- y ahí están los que me faltaban, ya llegaron estos nenes y nena.

- Bien, vayan a dentro, y por favor- les hice una súplica- No rompan na...- un ruido en la cocina me hizo callarme.

- ¡Lo siento!- gritó Amelia. Esa Chica va sacarme canas verdes.

- Bueno, como decía no rompan nada...más- estoy segura que no me tornaron ni atención porque terminé mirándoles las espaldas. Bufé. Pero la elimine inmediatamente al sentir una manos en mi cintura.

Reglas para una vida " perfecta"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora