Capítulo 3.
Tocan la puerta de mi habitación, cansada me levanto y quito el seguro.
Leah entra con una sonrisa de oreja a oreja y un bolso en cada mano.
- Que haces aquí? Creí que irías a la fiesta.
- Te equivocas, vamos a la fiesta. - Remarca el vamos.
- Vamos me suena a manada.
- Beth, tienes que venir.
- Ya he dicho que no.
- Mira, - Suspira. - De verdad me gusta Liam, y tal vez, solo tal vez esta noche podremos tener un momento a solas y que no fuese en el colegio, y si pasa algo que me haga sentir mal necesito que mi mejor amiga esté ahí.
Bueno, tiene su punto.
- No se como siempre logras convencerme.
La verdad es que no tengo una razón en específico de porqué no me gusta ir a fiestas, simplemente me parecen aburridas. Me gusta bailar y eso, pero la gran mayoría de personas va a fiestas a tomar, drogarse o estar con otras personas. Yo no hago ninguna de esas.
- Si! - Grita con emoción Leah. - Vamos a ver que te pondrás - Abre uno de sus bolsos y busca algo en él.
- Oh no, yo elijo que ponerme.
- No te dejaré ir con jeans.
- Porqué no?
- Porque tienes que arreglarte un poco más, vamos es solo una noche.
- Ugh está bien.
...
Estábamos en el taxi camino a la fiesta. Ambas tenemos moto, pero mi amiga no quería que su pelo se infle y llegar desarreglada.
Al final me había vestido Leah, obviamente con algo que yo quede conforme. Mi atuendo consistía en una pollera de jean negra tiro alto, un top gris que dejaba ligeramente al descubierto mi piercing del ombligo, una campera de jean y unas converse bajas negras. Estaba cómoda. También me maquilló con un fino delineado, rimel y corrector.
Al llegar nos bajamos del auto después de pagarle al taxista. La casa estaba a explotar de gente, hasta el patio delantero. Nos adentramos en la casa y el típico olor a fiestas inundó mi nariz, cigarrillos, alcohol, porro y hasta vómito.
Si, por más que no me guste mucho salir, no es a la primer fiesta que asisto.
- Hey allá está Liam, ya vuelvo - Y sin más se fue.
- Se que no volverás ya. - Ruedo los ojos y voy al patio. Gente metida en la piscina, algunos fumando y otros simplemente riendo mientras hablan con otras personas.
No soy muy social, nunca lo fui. Leah si es social, para ella no es problema interactuar con la gente y hacerse amigos enseguida. No es que sea tímida o me dé vergüenza hablar con la gente, simplemente no me interesa.
- Creí que no ibas a venir - Susurra alguien en mi oído, haciendo que salga de mis pensamientos.
- Si, no iba a venir.
- Entonces porqué estás aquí?.
- No estoy aquí porque quiera, acompañé a Leah, quien ahora está con tu amigo. - Digo señalando detrás de él la parejita riendo a carcajadas.
- Ah, quieres un trago?
- No tomo.
- Porqué?
- Porque no.
- Siempre eres así de cortante? - Dice acercándose a mi.
- A veces.
- Me gusta tu campera. - Dice acercándose aún más.
- A mi también. - A lo lejos logro divisar a un grupo de por lo menos 3 chicos expectantes a la situación y parece como si estuvieran alentando a que algo pase.
Frunzo el ceño confundida hasta que siento una presión en mis labios. Cuando me doy cuenta de que el imbécil que me estaba hablando segundos antes me besó me separo bruscamente.
- Que haces? Idiota. - Pregunto molesta.
- Un idiota que acaba de ganar una apuesta. - Le pego un cachetazo lo suficientemente fuerte como para que su cabeza gire debido al impacto de mi mano en su cara y le pego una patada en su masculinidad. Dejándolo arrodillado en el piso.
- Nadie hace una apuesta sobre mí y sale ileso. - Le susurro.
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Mysterious Murder ©
Teen FictionOtro asesinato había ocurrido en el pueblo de Beacon Fall. La policía lo intentaba, pero no encontraba nada. Ellos eran 4 adolescentes rebeldes jugando a averiguar quien era el asesino, pero esto no es un juego. "Pueblo chico, infierno grande".