XV

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Capítulo 15.


Ambos giramos nuestros rostros para encontrarnos con un grupo de 5 chicos, tres eran rubios y los otros dos morochos.

- Y ustedes quienes son? - Pregunté aún sin separarme de Sean.

Porque mierda no me separé hace diez minutos?

- Oh, permítenos presentarnos, nosotros somos WolfBand - Dijo como si quisiera que me cagase en mis pantalones, aunque generó todo lo contrario. Sin poder evitarlo me comencé a reír en sus caras.

- En serio? WolfBand? - Seguí riendo. Me limpie una lagrima provocada por la risa - Ya, lo siento, es que suena ridículo.

- Dile a tu noviecita que deje de reírse si no quiere que la hagamos llorar, pero no de la risa. - Amenazó uno de los rubios.

- No soy su noviecita, rubio.

- Que hacen aquí, o que quieren? - Preguntó Sean.

- Haré cómo que no dijiste nada morocha - Me señaló - Estábamos pasando, vimos a nuestro gran amigo Sean Palmer y quisimos venir a saludar, está mal?

- Nosotros no somos amigos. - Dijo Sean de una manera fría y dura. Casi no lo reconocía.

- Que mala onda hermano.

- Y mucho menos su hermano, ahora lárguense de aquí.

Hasta yo me iría por la forma en que lo dijo.

- No te conviene ponerte de ese modo, no olvides lo que le pasó a tu primito. - Y sin más, se fueron.

Que tenían estos chicos con los diminutivos?

- Sube al auto.

Sin responder hice lo que me ordenó, no quería preguntarle a qué se refería con lo último que dijo el rubio, pero parece que no es algo de lo que quiera hablar.

Seré cortante, fría, dura y algunos dirían que hasta maleducada, pero soy comprensiva.

El trayecto en el auto es silencioso e incómodo, por lo que decidí romper este ambiente:

- La próxima avísame antes de callarme de un beso.

Parece que logré romper la incomodidad, ya que Sean se rió.

- Creo que lo empezaré a implementar - Dijo y sonrió de lado.

- Mientras que no sea conmigo. - Avisé.

- Oh, claro que será contigo.

- Tú me vuelves a callar de un beso y te juro qu... - No pude terminar de hablar ya que Sean me había dado un pequeño beso en los labios - Demonios, Sean, estas manejando.

- Tienes razón, me detendré.

- Que? No - Tarde. Sean ya se había detenido a un lado de la carretera. - Que haces? Arranca el auto - No me hizo caso y se bajo del auto, dio la vuelta a este, llegó al lado de mi puerta abriéndola y haciéndome bajar.

Una vez fuera del auto, cerró la puerta y me acorraló contra ésta. Tomó mi cintura, me sonrió y comenzó a besar mi cuello.

Uy no. Justo mi debilidad no.

- Que te quede claro que no seré otra de las chicas con las que te acuestas al costado de la carretera o en tu auto.

- Nunca me acosté con ninguna chica en mi auto o en la carretera. - Dijo mientras seguía besando me cuello.

- Tampoco seré la primera.

- Siempre hay una primera vez para todo - Dejó de besar mi cuello.

- Bueno, pues esta no será la ocasión. - Dije ahora mirándolo a la cara.

Él comenzó a acercarse más a mi, presionó un poco su agarre en mi cintura y beso la comisura de mis labios, acercándose cada vez más a ellos.

¿Por qué no me estoy alejando?

Sean atrapó mis labios de una manera desesperada pero calmada al mismo tiempo, como si se hubiese estado aguantando las ganas de besarme.

Esta vez no me resistí y respondí el beso de inmediato. Enredé mis dedos en su cabello mientras que lo atraía un poco más a mi, para profundizar el beso.

Después de un rato no muy largo nos separamos por falta de aire, y como si de un temporizador se tratase, mi celular comenzó a sonar en mi bolsillo trasero. Lo agarre y vi quién me estaba llamando:

Richard.

- Hola? - Contesté.

- Se puede saber dónde estás? - Preguntó un poco exaltado.

- No. - Respondí tranquila.

- No me respondas y ven ahora mismo a la casa.

- Mjm, está bien, ahora voy.

- Mas te vale. - Y colgó.

- Quién era? - Preguntó Sean, quien ahora tenía los labios levemente hinchados.

- Mi padre, quiere que vaya a la casa. Así que sin más interrupciones de tu parte vámonos. - Me di la vuelta y me subí al auto.

Sean dio la vuelta y se subió en el asiento del conductor.

- Interrupciones de mi parte? No parecías muy molesta. - Rodeé los ojos con una media sonrisa en mi rostro.

- Sólo conduce. - Me miró de reojo y sonrió.














Mysterious Murder ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora