Capítulo 17.
Corría sin un rumbo fijo.
Mis piernas ya no daban para mucho más, pero solo tenía una cosa en mi mente:
No morir.
Los pasos se escuchaban cada vez más cerca, y mi velocidad iba disminuyendo.
- Beth... - El maldito sociópata que me estaba persiguiendo comenzó a decir mi nombre con un tono escalofriante.
Por más que me moría de ganas de mandarlo a la mierda, si hablaba sabría con mayor certeza por donde estaba.
Pude distinguir una comisaría a dos cuadras de donde me encontraba, apresure mi paso intentando llegar antes de que me atrapen.
No porque crea que los oficiales fuesen a hacer algo, se pasan la mayoría de denuncias sobre robos, abusos e intento de secuestros por lo que viene siendo su culo. Sino, para poder estar medianamente segura y llamar a alguien que me pudiese venir a buscar.
Al llegar, un oficial me preguntó si necesitaba ayuda, le dije que me estaban persiguiendo, pero como dije antes, poco le importó. Simplemente tomó la denuncia y dijo que iban a salir a patrullar.
Busqué en mi celular entre los contactos a quien podía llamar, pero tampoco tenía ganas de molestar a nadie, así que escribí en el grupo que hace unos días había creado Leah.
"FBI un poroto ✊😎"
- Alguien despierto?
Tras unos minutos mi celular vibró.
"FBI un poroto ✊😎"
Sean: Querés socializar a las casi dos de la mañana? Esto es raro.
- Que gracioso, necesito ayuda.
Sean: Beth Holmes necesita AYUDA? Estas borracha?
- Idiota, me vas a ayudar o no?
Sean: Bien, bien, que hay que hacer?
- Ven a la comisaria N° 23.
Sean: Cómo terminaste ahí?
- Tú solo ven, luego te explico.
Pasada aproximadamente media hora, el sonido de la campanita indicando que acaba de entrar alguien me despejó.
- Qué pasó? - Sean vino hacia mí.
- Ahora te explico, primero vámonos de aquí.
Salimos y nos dirigimos a su auto, antes de subir miré para ambos lados verificando que el sociópata no siga por aquí.
- Ahora si, que fue lo que pasó? - Preguntó arrancando el coche.
- Salí a tomar un poco de aire y...
- A las dos de la mañana?
- Déjame terminar. No, salí a la una de la mañana, pero eso no es lo importante, lo importante es lo que vi. Iba caminando tranquila escuchando música y de la nada escucho un grito cerca de donde estaba, cuando me acerco veo a alguien arriba de otra persona, al principio pensé que podrían estar teniendo sexo, la gente y sus fetiches, pero cuando quien estaba arriba sintió mi presencia, no se dio vuelta, como si le diese miedo que viera su rostro, como si pensase que lo fuese a reconocer. Luego se puso un pasamontañas y me empezó a seguir, yo salí corriendo y pude llegar a la comisaría.
- Pero por lo menos lo viste de espaldas?
- Si, pero estaba todo muy oscuro no pude distinguir bien, lo que sí sé es que era un chico, cabello castaño creo, y flaco.
- Crees que podría ser el asesino que todos están buscando?
- No lo sé, puede. - Dije suspirando.
Sean aparcó frente a mi casa.
- Gracias. - Dije mientras me bajaba del auto.
- De nada, pero, no hay un beso de despedida?
- No.
- Ni siquiera uno en el cachete? - Rodee los ojos y me acerqué para darle un beso en la mejilla, pero Sean corrió la cara haciendo que le dé un pico.
- Vuelves a hacer eso y te meto mi dedo entero por la nariz.
- No seas tan cruel. - Me bajé completamente del auto y cuando estaba a punto de entrar a mi casa Sean gritó - Mi lengua ya ha estado en tu boca, no te quejes por un pico. - Por lo que estallé en carcajadas.
Cuando tiene razón, tiene razón.
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Mysterious Murder ©
Novela JuvenilOtro asesinato había ocurrido en el pueblo de Beacon Fall. La policía lo intentaba, pero no encontraba nada. Ellos eran 4 adolescentes rebeldes jugando a averiguar quien era el asesino, pero esto no es un juego. "Pueblo chico, infierno grande".