CAPÍTULO 17: NOSTALGIA

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– Lo lamento mucho pero el señor Baltas esta en terapia intensiva y no pueden pasar a verlo

– ¿Qué es lo que sucedió?, Anker había mejorado en los últimos meses

– El tumor retomo su crecimiento – el médico Juhász comenzó a explicarnos – pero lo que ahora tiene el señor Baltas así es una bronconeumonía, por su enfermedad el sistema inmunológico no funciona bien y cualquier resfriado puede ponerlo en un estado critico

– Pero ¿Él va a estar bien? – Valentina comenzaba a alterarse por lo que me acerque a abrazarla – por favor dígame que él estará bien

– Tenemos que esperar un lapso de 72 horas para saber si lo lograra, lamento darles estas noticias

En cuanto el médico se retiró sentí los brazos de mi pequeña rodearme y mi pecho humedecerse; todos sabíamos que el final para Anker se acercaba y con ese pensamiento me uní a Valentina dejando salir lágrimas que había retenido desde hace siete meses

– Creo que es mejor hacernos a la idea – Elie hablo con la vos inestable – que mi hijo ya no tardara en dejarnos

Mi madre y Ernesto la abrazaron, mientras yo trataba de apaciguar el llanto de mi pequeña, ¿Cómo podía quitarle ese dolor?, necesitaba protegerla de todo y de todos, cumpliría la promesa que le hice a Anker, cuidaría de Valentina hasta el final de mis días

– Nos dejara... – su voz salió en un susurro – me dejara sola...

– No estás sola ni lo estarás – la aprisione más a mi cuerpo – yo estaré a tu lado lo juro, le prometí cuidarte

Valentina apretó más su abrazo, Ramón se acercó a nosotros y también nos abrazó, podía ver sus ojos cristalinos mi querido amigo siempre ha sido muy sentimental; agradecía tenerlo a nuestro lado en estos momentos tan tristes y que más lo necesitaba

Las horas comenzaron a pasar muy lentamente, el primer día fue de sumo cansancio, tratar de dormir en las bancas de acero no es nada cómodo, lo importante fue que Valentina acepto ir a casa con el resto para que descansara, tan solo me había quedado con Ramón

– Iré a la empresa y me encargare de todo

– Gracias, de verdad que no sé cómo pagarte todo esto – abrace a Ramón

– Hey no digas eso, eres mi hermano ¿Cómo no ayudarte? – Dio palmaditas en mi espalda antes de separarse – tomate todo el tiempo necesario para estar con tu familia

– De verdad hermano gracias

– Si ocurre algo no dudes en llamarme y cuando lleguen ve a casa a descansar

– Claro

Ramón se fue dejándome solo, el reloj marcaba las 4:30 de la mañana apenas habían pasado 36 horas desde que lo internamos, estábamos a la mitad del tiempo; estas horas solo he pensado todo lo que él ha sufrido y creo que lo mejor será dejarlo partir

Estar en un hospital solo es muy deprimente pues te hacía pensar muchas cosas, lo único que podía hacer era mirar como pasaban enfermeras cas 15 minutos y cada hora venia el médico Juhász para darle revisión al estado de Anker y siempre decía lo mismo "Sigue igual"

– Buenos días – Escuche la voz de Valentina

– Hola – mire mi reloj y apenas iban a dar las siete – aún es muy temprano, debiste descansar más

Mi pequeña me regalo una sonrisa melancólica, se acercó a mí y se sentó a mi lado; ambos guardamos silencio por un par de minutos, me sentía nervioso al tenerla cerca y estar solos

– ¿Qué ha dicho el médico?

– Sigue igual y según Juhász es bueno mientras no empeore

Creí que volvería a llorar pero mi pequeña se encontraba más que calmada, como si hubiese entendido que Anker ya quería descansar y para hacerlo tendría que morir; Valentina tomo una bolsa que ni siquiera vi que traía y comenzó a sacar algunos recipientes

– Tienes que desayunar – me paso un termo – te prepare algo de café y unos sándwiches

– ¿Tú ya desayunaste?

– Lo hare contigo

Ambos comenzamos a desayunar en completo silencio, de vez en cuando la observaba de reojo y tenía la vista fija en la pared de enfrente mientras masticaba de manera pausada; su tranquilidad me daba escalofríos, de vez en cuando soltaba diminutos suspiros, parecía que estaba recordando sus momentos con Anker

Terminamos de desayunar en total silencio, no se me ocurría algún tema con el cual comenzar una conversación, tenía la necesidad de escuchar su voz y poder darle consuelo si es que lo necesitaba, en realidad la amaba demasiado que no deseaba verla pasar por tan grande dolor

– ¿Recuerdas cuando nos conocimos? – Pregunto de la nada – de verdad que odie la idea de que Elena y tú llegaran a casa, creí que me robarían el cariño de mi papá

– Yo también odie la idea de que mamá se uniera a otro hombre – mire la pared de enfrente – no quería que sufriera lo que paso con mi papá

– Lamento lo de tu padre, aunque no me agradaba creo que no merecía terminar así

– Ya paso, ahora descansa

– Elena me dijo que cuidabas la habitación donde solía dormir y no dejabas que nadie entrara

– Se convirtió en un santuario para mí – deje salir un suspiro – entrar ahí y percibir tu aroma me daba un poco de consuelo, dormir en tu cama era lo único que paraba las pesadillas

– Así que también tenías pesadillas ¿Sobre qué eran?

– Sobre ti – me gire a observarla pero mi pequeña solo miraba la pared – las tuve desde que me dijeron que intentaste matarte tres veces, siempre era lo mismo, tu muriendo frente a mí y yo no podía hacer absolutamente nada por salvarte después llegaban mamá y Ernesto diciendo que me odiaban y que tenía la culpa de todo

– Yo te mataba de diferentes formas pero después de verte sin vida lloraba como desesperada, Elie me dijo que era por la confusión que tenía, te quería tanto como te odiaba pero poco a poco el odio disminuyo hasta desaparecer pero no quise tocar el tema de lo que paso o sentía que de nuevo recaería por eso te evite tantos años

– Te busque todo el tiempo pero no pude dar contigo ni el investigador privado que contrate

– El departamento donde vivíamos estaba bajo el nombre de Anker y mi matricula la oculte era como un fantasma porque sospeche que podrías buscarme

– Lamento la forma en la que te hable, estaba asustado y actué de la peor manera – agache la vista – por mi culpa sufriste demasiado

– No solo fue tu culpa – Valentina tomo mi rostro levantándolo para que la mirara – yo lamento no haber aceptar tus disculpas, no contestar tus llamadas, no abrir tus correos y no escucharte

De mis ojos escaparon unas lágrimas sin poder evitarlo y comencé a repetir "Lo siento" una y otra vez, necesitaba escucharla decir que me perdonaba o no podría estar tranquilo, quería que me lo dijera para poder dar el siguiente paso dejando ir todo lo malo que nos sucedió 

Misión: Recuperarla. [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora