CAPÍTULO 37: MUJERES

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– Hagamos esto rápido porque tenemos un compromiso y no podemos fallarle a Ramón y Lilah

– Bien, entonces comienza que tenemos poco tiempo

– Oye no lo digas así que me haces sentir usado

– Mi semental apresúrate

– ¿Me has llamado semental?

Mi pequeña asintió por lo que ambos comenzamos a reír, baje mis labios hasta su cuello y deposite besos pero Valentina no dejaba de reír y eso hería un poco mi hombría; acerque mi miembro hacia su entrada y di un leve empujón haciéndola gemir

– Eso está mejor – bese sus labios – si duele...

– Hazlo de una vez que no aguanto

Me introduje en ella de manera lenta, mire su rostro el cual estaba contraído, sus ojos los mantenía cerrados y su boca abierta tratando de tomar aire; me adentre totalmente y me quede quieto esperando algún indicio de dolor, los ojos de mi pequeña se abrieron mirándome fijamente

– Te amo – bese sus labios – ¿Puedo comenzar?

– Te estas tardando

Me regalo un nuevo beso, comencé a salir para entrar nuevamente de golpe, el gemido que me regalo mi hermosa Valentina me hizo volver a repetir esa acción con más entusiasmo; mis movimientos se aceleraron a cada embestida, las piernas de mi pequeña rodearon mi cintura

Esto era estupendo lo mejor que pude sentir, sus tobillos se enterraban en mi trasero ayudándome a penetrarla; sus dulces y sonoros gemidos me prendían más quería que disfrutara por lo que baje mis labios a sus pechos, quería hacer esto de por vida, hacerla mía

Perdí la noción del tiempo, esto era algo solo de ella y mío; la contracción que su vagina ejercía sobre mi erección era tan placentero que me hacía difícil resistirme a no llegar a mi orgasmo, quería disfrutarla más pero también teníamos poco tiempo

No pude resistir mucho y termine pero no deje de moverme pues quería que llegara a la cima; baje mi mano y acaricie su punto más sensible, la sentí temblar y posteriormente sus fluidos recorrer mi miembro, me deje caer sobre ella tratando de recuperar mi respiración y apaciguar mi ritmo cardiaco

– Vamos a ducharnos o se nos hará más tarde

Sin perder mucho tiempo entramos a la regadera lavando el cuerpo contrario; al salir elegí otro traje y mi pequeña un nuevo vestido, llegaríamos cerca de una hora más tarde de la cita; espere a que Valentina arreglara su cabello y su maquillaje pero solo tomo una bolsa algo grande

– Anda me terminare de arreglar en el auto

– ¿Segura? Podemos esperarnos y...

– Lilah me mata si llegamos más tarde

Los 30 minutos de camino le bastaron para arreglarse como una princesa joder pensar que ella era mía y me amaba tanto como yo a ella; no me resistí a besarla antes de entrar al jardín de la casa de mi amigo, saludamos a todos los presentes sin embargo no veía a mi amigo o a Lilah

– ¿Saben dónde está la parejita? – Le pregunte a Elie – no los veo por ningún lado

– Entraron a la casa hace un rato y ninguno ha salido, lo que me preocupa porque ambos estaban serios

Tanto mi pequeña como yo fuimos en su búsqueda; sin embargo no podíamos encontrarlos por lo que temíamos que algo malo sucediera, nuestra última esperanza era la habitación de mi amigo, tras los primeros golpes nos recibió Ramón con los ojos rojos

Los sollozos de Lilah hicieron que Valentina entrara inmediatamente, mi mirada viajo a mi amigo quien dejaba escapar lágrimas silenciosas las cuales limpiaba inmediatamente

– ¿Qué sucedió?

– Está embarazada y no lo quiere tener – mi mirada viajo hasta Lilah quien lloro con más intensidad – dice que no está lista para ser mamá

– Lilah ¿Estás loca? – Valentina dejo de abrazarla – es tu bebé, ¿Cómo pretendes matarlo? Él es tu hijo

– Tengo miedo – confeso Lilah – demasiado

– ¿A que le temes? – Ramón nuevamente se acercó a ella con cautela – te dije que me hare responsable de ambos – acaricio su cabeza – les daré lo mejor a ti y a mi hijo

– Tengo tres meses no sé si es tuyo o de Oswaldo

Susurro finalmente, su mirada cayo y la dejo en el piso; mi amigo dejo caer su mano con la cual acariciaba su cabello, un silencio muy incómodo nos rodeó, mi mirada viajo hasta Valentina quien los miraba alternadamente, con cautela me acerque a ella tomándola de la mano

– Es mi hijo – Ramón hablo fuerte – nuestro hijo – tomo la cara de Lilah – no me importa nada más que tú, este bebé – acaricio su estómago – es nuestro hijo así que vamos a tenerlo y amarlo

– Ramón – Lilah dejo salir muchas más lagrimas – ¿Lo aceptarías sabiendo que no es tu hijo?

– Es mi hijo y siempre lo será – Ramón tomo el rostro de Lilah – te amo y amo a este bebé

– ¿De verdad quieres formar una familia conmigo?

Mi amigo se arrodillo frente a Lilah tomando una de sus manos y sacando el estuche aterciopelado que hace unos días me había mostrado; los rostros de Lilah y de Valentina fueron épicos

– Lilah eres la mujer que me ha cautivado y me ha hecho descubrir lo que es el amor, quiero pasar mi vida a tu lado, formar una familia y amarte por siempre – abrió el estuche – Lilah Baltas ¿Quieres casarte conmigo?

– Si, si, si, si, si quiero casarme contigo

Mi pequeña miraba con admiración la escena y sonreía tan hermosamente que no me resistí a besarla; los cuatro bajamos a la fiesta donde todos se quedaron callados al mirar los ojos rojos de Ramón y Lilah, ambos subieron al pequeño escenario para hacer el anuncio oficial

Todos aplaudieron cuando anunciaron su matrimonio y los gritos no se hicieron esperar cuando dieron a conocer su futura paternidad, mi amigo tenía una sonrisa que no la cabía en el rostro; mi pequeña acaricio su vientre mientras miraba a Lilah y Elie abrazarse

– Pronto será nuestro turno – susurre en su oído – le daremos un primito al bebé de Lilah y Ramón

– Eso sería estupendo 

Misión: Recuperarla. [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora