– James tienes que comer algo
– Mamá no quiero crema de calabaza me da asco solo de olerlo
– Sí que te dieron duro los malestares – Lilah me miro compadeciéndome – te entiendo a la perfección, los primeros meses de Pato fueron de náuseas y odie el tocino, solo olerlo me hacía vomitar
Mi madre fue a la cocina a preparar algo más para que comiera mientras mi pequeña devoraba alegremente su comida, ahora que sabíamos de su embarazo se permitía comer lo que quisiera cuidando no ingerir demasiados azucares, mirarla tan sonriente me hacía feliz
– Cuando les dirán que se hornea ahí – Lilah señalo el pequeño vientre de mi pequeña – Pato necesitara un amigo con quien jugar
– La próxima cita es en dos días para ver cómo va nuestro bebé – conteste mientras sobaba la ya abultada panza de mi esposa – espero que podamos saber el sexo el mes pasado no se dejo
– La doctora nos dijo que intentaríamos averiguarlo
– Nosotros estamos a tres semanas de tener a Pato con nosotros – Ramón sonrió más que emocionado
– ¿Cuándo piensan mudarse? – Renata atrajo nuestras miradas – o me harán muy feliz y ya se olvidaran de irse y abandonarnos
Todos en la mesa reímos por las palabras de Renata; Ramón y Lilah habían decidido mudarse pues decían que ahora serían tres en vez de dos y no querían abusar del espacio de la casa, hace una semana que lo decidieron y cunado nos lo informaron mi pequeña comenzó a llorar
– Nadie los corre de aquí – bebí de mi jugo – tenemos habitaciones de sobra podemos adecuar una para Pato y otra para nuestro hijo
– Sentimos que invadimos su casa
– Es nuestra casa – Valentina entro a la conversación – tenemos seis habitaciones de sobra y una de esas puede ser la de Pato pero ustedes se han puesto de payasos
– No incomodan a ninguno, creo que todos hemos formado una familia
– Si ustedes se van – Zuley llego hasta nosotros – me tendrán del diario en su casa
– Ninguno quiere que se vayan – mamá llego hasta nosotros dejando un plato con tocino mi favorito en las últimas semanas – además ¿Quién te ayudara a cuidar a Pato?
– Eso es verdad – Lilah miro a mi amigo – somos inexpertos con bebés
– Pues entonces quédense – Renata tomo la mano de Ramón – nosotras podemos ayudarlos a cuidar al bebé
Ambos parecían estar meditando la opción de quedarse, se miraban fijamente; a mí lado Valentina se estiro para darme un beso en la mejilla, le sonreí cuando se separó, ahora que sabíamos de su embarazo se había puesto muy hormonal sus cambios iban del llanto a la felicidad en cuestión de segundos
– Tenemos que preparar el cuarto del bebé – acaricie su vientre – como aún no sabemos que será comencemos a comprar lo básico ¿Te parece?
– Eso sería estupendo – beso mis labios – mamá nos acompañas a ver muebles para el cuarto del bebé
– Claro que si cariño
– ¿Podemos ocupar una habitación para Pato? – Ramón pregunto con voz serena – creo que si es buena idea quedarnos
– Que les parece si ocupamos las dos habitaciones centrales – mi pequeña de nuevo derramaba lágrimas – así los niños estarán cerca de nosotros
Tras terminar el desayuno y arreglarnos salimos hacia el centro comercial, creo que estaba más emocionado yo que mi esposa, quería comprar todo lo que veía, tanto Valentina como Renata me impedían hacerlo diciéndome que aún no sabíamos que era
– Esa me parece hermosa – Valentina camino más a prisa – es la cuna perfecta para él o la bebé
– Si mi esposa la quiere, la obtiene
Mientras llenábamos los papeles para que la mandaran a casa escuchamos gritos en la entrada de la tienda, mi esposa tomo fuerte mi brazo, con la mirada comencé a buscar a mi suegra la cual estaba agachada a unos pasillos de nosotros, agachado y tomando la mano de Valentina comencé a caminar hacia Renata
– A pasado mucho tiempo ¿No lo creen? – La voz de Kelly sonó a nuestras espaldas – que mal momento eligieron para salir de compras
Me puse de pie y coloque detrás de mí a mi pequeña, no podía permitir que ella o mi hijo salieran lastimados; busque con la mirada a Renata pero no la visualice, detrás de Kelly apareció Ernesto con una pistola en mano la cual me apuntaba pero mi ex novia se interpuso
– Recuerda el trato – Ernesto bajo el arma – no lo dañas yo no daño a tu hija
– Valentina vamos no me hagas utilizar la fuerza
– Ella no ira contigo – cubrí con mi cuerpo lo más que pude a mi pequeña – antes tendrás que matarme
– Si lo pides te puedo conceder la muerte – se acercó a nosotros apuntándome de nuevo con su arma – una bala y todo acaba
– Que no – Kelly nuevamente se interpuso en el camino de Ernesto – él es mío y no le vas a hacer daño
– Una herida en la pierna o brazo no lo matara
– Dije que no Ernesto y te lo advierto si lo lastimas matare a la zorrita
Valentina apretó mi mano al mirar como su padre se acercaba a ella, ambos retrocedimos hasta que mi pequeña toco la pared; estábamos acorralados, la tienda se había vaciado al ver a los hombres armados, una alarma sonaba a lo lejos por lo que tenía que resistir hasta que la policía llegara; mi pequeña me abrazo
– Tengo miedo – susurro mi esposa – James nuestro bebé
– Estarán bien – apreté su mano – pequeña estaremos bien
– ¿Qué tanto se secretean? – Ernesto hablo fuerte – ¿Se están despidiendo?
– Le estoy diciendo a mi esposa que estaremos bien
– ¿Qué? ¿Esposa? – Kelly se puso alerta y nerviosa – ¿Cómo que esposa? ¿De qué hablas?
– ¿Acaso no leyeron las revistas de sociales? – Tenía que hacer tiempo – Valentina y yo nos casamos hace dos meses – les mostré mi anillo
– No, ustedes no pudieron
Ernesto se tomó el cabello y lo jalo en un momento de desesperación, Kelly era otra que no podía creer mis palabras ambos caminaban de un lado a otro susurrando y balbuceando cosas; uno de los sujetos que venían con ellos se acercó a pasos acelerados
– Señor la policía llego y nos tienen rodeados, las salidas están obstruidas
– Llévatela, toma a mi hija y llévatela
– No la tocaras – me coloque enfrente de mi pequeña – ella es mi esposa y se queda conmigo
Ernesto se acercó más a nosotros y quito a su hombre de un empujón, su rostro era el de un loco intento agarrar a mi pequeña pero lo evite, ni uno de sus dedos podía tomar a Valentina
– Estoy embarazada
Tras la confesión de mi esposa Ernesto se quedó inmóvil al igual que Kelly, los segundos se hicieron eternos hasta que la loca de mi ex novia nos apuntó con su arma, sus ojos demostraban su frustración y enojo, Ernesto fue otro que nos apuntó, ambos estaban decididos a hacernos daño
– Te prefiero muerta que con un hijo de él
– No mataras a mi hija – Renata llego hasta nosotros cubriéndonos con su cuerpo –antes me matas a mi Ernesto
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Misión: Recuperarla. [COMPLETA✔ ]
Novela JuvenilEscrito para mayores de edad (+18 años), contiene descripciones violentas, inapropiadas e ilegales; leer bajo su responsabilidad. - Nana ¿Dónde está Valentina? Necesito hablar con ella - La niña no está, Valentina se fue a estudiar al extranjero ...