CAPÍTULO 33: HERIDAS.

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– Hay disparos

Me altere al escuchar eso, sin esperar salí de la camioneta y me encamine hacia la calle donde estaba la casa ahí donde tenían a mi pequeña; Marco y Ramón me detuvieron de los brazos impidiéndome seguir

– Ten la mente fría si vas haya pueden herirte

– Ramón ¿Crees que me importa?, lo único que quiero es recuperara Valentina

– No lo podrás hacer si sigues de imprudente, esos hombres son peligrosos pero ten por seguro que no van a dañarla

– ¿Cómo puedes estar tan seguro?

– Es la hija de su jefe, sabes cuán importante es mantenerla a salvo

De mala gana regrese a la camioneta, Remón trataba de tranquilizarme pero era imposible hacerlo sabiendo que habían disparado en contra de alguien, Valentina debe de estar más que asustada; la conozco demasiado bien para decir que está a punto del colapso

– Oigan miren

Ramón señalo hacia enfrente de inmediato mire en esa dirección y la vi, mi pequeña venia al centro de las tres, salí de inmediato y corrí hacia ellas, Ramón y Marco siguieron de cerca mis apresurados pasos; me asuste al ver el costado de mi pequeña lleno de sangre y el rostro golpeado de mi madre

Mi amigo tomo a mi madre mientras Marco lo hacía con Zuleyma, mi pequeña se lanzó a mis brazos llorando; por fin mi corazón volvió a latir con solo un poco más de tranquilidad, la revise antes de pasar con mi madre

– Al auto ahora

Marco cargo a Zuley y corrió hasta la camioneta, Ramón se hizo cargo de mi madre mientras yo ayudaba a mi pequeña; de inmediato el oficial comenzó a manejar, Zuley se quejaba del brazo izquierdo y la espalda, en el brazo lastimado llevaba un trapo amarrado el cual estaba empapado de sangre

– Presionen su herida

– No, por favor duele

Zuley se quejó cuando Ramón apretó su herida, estaba demasiado mal y su palidez se notaba cada vez más, me sentía muy mal la pobre chica estaba así por mi imprudencia, la camioneta comenzó a emitir una luz y sonido de patrulla pues el trafico nos impedía avanzar más rápido

Los autos poco a poco nos hicieron espacio para que avanzáramos más rápido, necesitábamos llegar con urgencia al hospital pues mi madre también se dolía de su costado a cada respiración que daba; los minutos pasan y tras un camino que se me hace eterno llegamos al hospital

– Necesitamos dos camillas con urgencia – los gritos de Marcos llamaron la atención de todo el mundo – de prisa

A los segundos llegaron unos enfermeros con las dos camillas e inmediatamente atendieron a mi madre y a Zuley, continuamos siguiendo a los enfermeros pero al llegar a la sala de urgencias un guardia nos frena impidiéndonos el paso, tome a valentina en mis brazos llevándola a la sala de revisión

– Estoy bien

– No estaré tranquilo hasta que algún profesional me lo diga

Al llegar a la sala una enfermera nos guio hasta una cama donde inmediatamente una doctora comenzó a revisar a mi pequeña, lo que me preocupaba es que tuviera más golpes en su cuerpo pero solo tenía el del rostro y la marca de unos dedos en su muñeca derecha

– Todo en orden, la señorita solo tiene pequeños hematomas que se quitaran con el pasar de los días, le recetare un des inflamatorio y algo para el dolor

Esperamos un par de minutos para que nos entreguen la receta y posteriormente los medicamentos; trataba de mantenerme en calma pero no lo podía hacer, sentía el impulso de salir y buscar a Ernesto para hacerlo pagar por los golpes que le dio a mi pequeña y a mi madre

– Estoy bien – Valentina me rodea con sus brazos – Elena estará bien

– No lo está y no descansare hasta que Ernesto pague esto – siento su cuerpo temblar y es audible su llanto – perdón, perdón pequeña, sé que él es tu padre pero...

– Ernesto mato al abuelo

– ¿Qué? – La abrace lo más fuerte que pude

– Él me dijo que mi verdadera madre era una tal Renata y que ella era empleada doméstica por lo que los abuelos se opusieron a su relación y los separaron, a ella la obligaron a entregarme para que Ernesto y Gina fingieran un matrimonio perfecto

– Hablemos de esto en casa, cuando estemos más calmados y hayas descansado

– No me pienso mover de aquí hasta saber de Elena y de esa chica

– Zuleyma

– ¿Qué?

– El nombre de la chica es Zuleyma y es muy inteligente, ella descubrió todo de lo que hablaremos más tarde – deje salir un suspiro – me siento culpable

– ¿Por qué?

– Deje que esa chica fuera sola a ese lugar aun sabiendo lo riesgoso que era pero de verdad estaba desesperado por encontrarte, me volví loco cuando dijeron que la camioneta tuvo un accidente y que los ocupantes murieron

– ¿López y Garrido murieron?

El llanto de mi pequeña vuelve a intensificarse, joder me quiero golpear por ser tan imprudente; la tomo del rostro limpiando sus lágrimas y reparto besos por sus mejillas, frente y nariz; sus manos sostienen mi cara manteniéndola quieta, sus labios buscan los míos

El beso que empezó dulce y lindo se vuelve desesperado, necesitábamos sentirnos, dos días lejos de ella se sintieron tan malos y pesados como los seis años que pasamos separados en el pasado; no puedo estar ni un segundo sin ella, es tan necesaria como el aire que respiro

– Te amo mi pequeña, te amo más que a mi vida

– Yo también te amo mucho James, siempre lo he hecho

– Mi pequeña hermosa – acaricie su nariz con la mia

– Valentina – La voz de Elie suena cerca, en cuanto nos ve corre hasta mi pequeña – ¿Cómo estás? ¿Te duele algo? ¿Estas herida?

– Tía déjala respirar – Lilah llego hasta nosotros y pasa la mirada varias veces por mi pequeña – creo que mi prima está bien

– Así es estoy bien, muy bien ahora que estoy con ustedes – mi pequeña abrazo a las recién llegadas – pero hora quiero ver a Elena y a Zuleyma

– ¿Elena está aquí?

Afirme con la cabeza, nuevamente sentí subir la bilis por mi pecho y llenar todo mi cuerpo, recordar el rostro golpeado de mi madre me enfurece demasiado ¿Cómo pudo hacerle eso si decía amarla?, creí que la cuidaría a pesar de todo

– ¿Qué le paso? – Lilah pregunto

– Ernesto la golpeo cuando intento ayudarme a escapar – mi pequeña me miro – lo siento trate de defenderla pero – señalo su mejilla morada e inflamada

– Lo siento pequeña, sabes que te amo demasiado pero no descansare hasta que Ernesto se refunda en la cárcel

– Yo quiero hacer lo mismo – la voz determinada de mi pequeña me impresiona – Ernesto no es una buena persona, él ha dejado de ser mi padre 

Misión: Recuperarla. [COMPLETA✔ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora