Capítulo 20

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Otra vez Genda estaba en la misma situación de celos que sintió en la playa, sólo que ahora quería tomar a Kidou por el cuello de su capa y sacarlo lejos de la habitación de Sakuma.

Tal vez sea un poco apresurado y necesite una explicación.

Al llevar a Sakuma a su casa su madre regresaba de su trabajo. Se preocupó mucho al verlo en brazos de Genda bajando de una limusina. Le tomó la temperatura, solo era un resfriado, pero cuando Sakuma se enfermaba siempre era grave, llegaba a faltar cinco días a clases.

Lo dejaron a manos de Sora aunque claro ambos amigos llamaron más tarde para saber cómo estaba.

Al día siguiente Sora se quedó a cuidar de su hijo y por la tarde Genda fue a darle las tareas a Sakuma y a cuidar de él hasta en la noche.

Un día después corrió a su casa después del entrenamiento y se puso a cocinarle una receta especial que siempre hacía Sakuma cuando Genda se enfermaba: Arroz con leche y nueces.

No quedó satisfecho con el resultado pues no era igual al de Sakuma.

El arroz de Sakuma siempre era muy blanco y esponjoso con la cantidad perfecta de leche y arroz. En cambio el de Genda estaba pegado además de que no era tan esponjoso como el de Sakuma.

Como ya no pudo hacer más por haberse acabado los materiales, puso lo que hizo en una taza y fue a casa de Sakuma.

Al llegar a la habitación se encontró con Kidou dándole de comer a Sakuma un caldo de pollo que se veía muy elegante, ¡incluso el molde estaba decorado! Cosa de niños ricos, pensó Genda de mal humor.

Cuando Sakuma lo vio rápido noto el enojo en su mirar, era como un león el cual estaba listo para saltar hacia su presa, que en este caso era Kidou.

Genda carraspeó para hacerse notar ante Kidou que estaba de espaldas a la puerta.

Para Kidou fue evidente que Genda estaba de mal humor pero no se iría por un simple berrinche.

— G-Gracias por la sopa, Kidou — dijo Sakuma sonriéndole — Estaba buena — aquello hizo sentir mal a Genda, su esfuerzo había sido en vano. Frunció el ceño e hizo que su cabello cubriera sus ojos.

— De nada, espero que te mejores pronto para poder hacer la técnica juntos — le sonríe. En ese momento sonó el celular de Genda cosa que sorprendió incluso al mismo Genda que estaba muy ensimismado en sus celos y posibles maneras de sacar a Kidou de la habitación de Sakuma.

Genda tomó la llamada fuera de la habitación de Sakuma, era de Haruna Otonashi.

— Haruna, este no es un buen momento— dijo Genda muy enojado.

— L-Lo siento es que... Quería decirte que bueno... Conseguí que el orfanato me enviara una fotografía de mi hermano —

— Que bien — dice Genda secamente.

— Nos vemos otro día para ver la fotografía — dijo antes de colgar pues noto lo molesto que estaba por alguna razón.

Cuando regresó a la habitación Kidou se estaba despidiendo de Sakuma quien estaba sonrojado por la fiebre.

Kidou y Genda no hicieron gesto de despedirse ni nada parecido.

Genda se quedó mucho tiempo parado en la puerta pensando, pero no se dio cuenta de ello hasta que Sakuma le aventó una de sus almohadas para llamar su atención.

— ¿Viniste solo a estar parado o a qué?— le dice Sakuma un poco irritado pues había tratado de llamar su atención varías veces.

— Lo siento — se acercó a la cama de Sakuma y se sentó junto a él en la cama — ¿Te sientes mejor ahora?—

— Si, un poco — sonrió — Sigo pareciendo un tomate eso no lo negaré pero al menos mi cabeza dejó de zumbar — mira que traía algo en sus manos — ¿Que es eso? — preguntó señalando el arroz — ¿Es para mi?—

— Ah... mmm... No es nada — susurra apenado y lo deja en la mesita de noche — Una tontería — era un tonto, su pequeño y dulce gesto no era nada comparado con lo que le trajo Kidou todo lindo y elegante.

— Mira lo que me encontré entre mis cosas viejas — dijo Sakuma mostrando un viejo y algo gastado libro de Peter Pan. Genda sonrió cosa que alegró a Sakuma que ya lo había notado alicaído por la presencia de Kidou — Léemelo, por favor — le pidió sonriendo.

— Está bien — acepta Genda y como cuando eran niños Genda se pone detrás de Sakuma y este se apoya en su pecho mientras Genda sostiene el libro y se pone a leer. Un capítulo, luego dos y así hasta que leyeron Los cinco capítulos. Mientras que leía Genda pensaba que puede que Kidou tenga más cosas lujosas que él pero Kidou no tenía ese lazo de tiernos recuerdo que tenían Genda y Sakuma.

— Gen — dijo Sakuma interrumpiendo al castaño — ¿Puedo preguntarte algo?—

— Si, claro — dijo cerrando el libro y centrándose en el rostro de Sakuma lo cual hizo que los dos se sonrojaran, como si fuera la primera vez que se veían tan cerca.

— B-Bueno... C-Creo que ya olvide lo que te iba a preguntar jejeje — ríe Sakuma.

— No te preocupes —

Ambos empiezan a reír sin razón. Sin pensarlo mucho el castaño abrazó al peli azul riéndose ambos.

— Cuando te recuperes, iremos a donde tú quieras el fin de semana — aseguró Koujirou mientras reía.

— Ah, ya me acorde Kidou me invitó al cine por mi recuperación ¿quieres venir también?—

— ¿Al cine? ¿Fue idea tuya?— pregunto Genda extrañado pues sabía que a Sakuma le gustaban los espacios al aire libre y el cine era lo opuesto.

— No, se le ocurrió a Kidou dijo que quería que viéramos una película — a Genda eso le dio mala espina, no dejaría que Sakuma y Kidou estuvieran solos en un espacio así como lo era el cine donde las parejas o citas terminaban en besos.

— Claro me gustaría ir— aquellas palabras iluminaron el rostro de Sakuma.

— Chicos es hora de cenar — dijo Sora entrando a la habitación de su hijo con dos bandejas de comida caliente para ambos — Veamos cómo está mi paciente especial —

— ¡Mamá! — dijo Sakuma avergonzado — ¡Ya no soy un crío!—

— Tu siempre serás mi pequeño — dijo Sora y se puso a medirle la temperatura y a revisar su ojo — Bien creo que en un par de días estarás como nuevo —

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