Capítulo 22

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Ya habían pasado tres días desde ese desastroso encuentro con Haruna en el centro comercial.

Sakuma no iba a la escuela desde entonces, ni siquiera quería verlo, cuando Genda lo visitaba Sakuma fingía dormir. Y Kidou se la pasaba evitándolo. A Genda aquello le daba mala espina.

Los entrenamientos se hicieron más duros y largos.

— Ya no aguantó más — dijo Domen en los vestidores cambiándose su uniforme — Genda ¿Sabes cuando regresara Sakuma a clases? —

— No lo sé, según su mamá está enfermo pero creo que ya fue mucho tiempo — comentó Genda distraídamente.

— Espero que regrese pronto que debemos ponernos al día con la técnica —

— Iré a verlo hoy, haber si ya puede regresar — «Espero que no finja dormir otra vez»

Por desgracia para Genda, quien llegó primero a casa de Sakuma fue Kidou. Decidió esperar un momento y no molestar, pues creía que Kidou había ido a reprender a Sakuma por no asistir a la escuela, eso creía hasta que escuchó a Kidou gritarle a Sakuma:

— ¡Regrésamela! ¡Tu la tienes!—

— No sé de que estás hablando. Yo no tengo nada tuyo — y se escuchó un golpe seco.

Como aquello parecía querer irse más lejos, Genda corrió a casa de Sakuma.

Y no se equivocaba, Kidou tomaba por el cuello a Sakuma, mientras este forcejeaba para soltarse. Aquello hizo que Genda se enojara. ¡No permitiría que nadie lastimara a Sakuma! La presencia de Genda se hizo similar a la de un león. Kidou lo notó cuando el golpe de Genda le dió de lleno en su mejilla, separándolo así de Sakuma, quién se apartó de Genda algunos pasos. Nunca había visto a Genda tan enojado como para golpear a alguien y menos a Kidou que también era amigo suyo.

— ¿Qué demonios te pasa, Kidou? ¿Porqué querías lastimar a Sakuma?— pregunta Genda con voz grave, poniéndose frente a Sakuma para protegerlo. Los músculos de Genda estaban tensos, y apretaba los puños.

— Eso no es asunto tuyo — dijo Kidou.

Genda lo tomó por el cuello de la camisa y lo alzó unos centímetros del suelo.

— G-Genda — dijo Sakuma asustado, pero este no le hizo caso.

— E-El me robó algo — dijo Kidou entre cortado por la presión de Genda. No pensó que para el honesto león aquel pingüinito que le ocultaba cosas fuera tan importante. Podía ver el enojo y el deseo de proteger a su amigo brillar en sus ojos.

— Sakuma no es ningún ladrón, si perdiste algo es muy tu problema —

— Tiene que tenerlo el, él es el único aparte de mí que tomó mi revista aquel día —

Sakuma agacha la cabeza un poco tratando entender lo que le decía Kidou.

— ¿Te refieres a la vieja revista de fútbol? Me la arrebataste y luego me fui de tu casa...—

— Había algo dentro de ella y ya no está —

— Nunca la abrí —

Kidou tenía ganas de decirle "Mentiroso" pero con Genda tomándolo del cuello no era recomendable hacerlo.

Al final Genda cerró los ojos y soltó el agarre de Kidou dejándolo caer al suelo.

— Vamos — dijo caminando a la puerta — Vamos a buscarlo, seguro que está en tu casa y tú no lo has buscado bien —

Kidou siguió a Genda y Sakuma también aunque iba unos pasos atrás. No podía ir con ellos, no quería quedarse solo en compañía de Genda ni de Kidou. Cuando llegaron a la puerta, Sakuma se estaba dando la vuelta para regresar a su casa pero Genda lo tomó de la muñeca impidiéndole marchar.

— Tu también vienes — Sakuma tembló un poco, cosa que a Genda le extraño — Por favor, sé que no robaste nada, solo quiero arreglar todo esto — para Sakuma era imposible resistirse a la mirada de Genda, a esa que ponía cuando estaba serio y decidido a hacer algo.

— Está bien — dice pero se suelta del agarre de Genda.

[***]

Buscaban por todas partes de la habitación de Kidou pero no encontraron nada... Aunque era difícil saber que buscar cuando Kidou se negaba a revelar lo que era. Mientras buscaban Sakuma procuraba estar lejos de Genda pues no quería que lo atrapara y le preguntara cosas sobre su orientación sexual. Nunca se ha sentido confiado para abrirse, para que todo el mundo lo sepa. Tenía miedo que reaccionaran igual que su padre y llegaran a agredirlo no solo físicamente sino también psicológicamente.

Mientras buscaba debajo de uno de los muebles, asomando su cabeza Genda hizo lo mismo pero del otro lado, sus miradas se encontraron un momento, Sakuma se apartó primero y fue a buscar a otro lado.

Kidou observó ese comportamiento en Sakuma. Podía ver el miedo en esas acciones. Y también veía cuánto le dolía a ambos (Genda y Sakuma) estar en esa situación.

— Yuto — dice el padre de Kidou entrando a la habitación con un maletín en la mano y un regalo en la otra.

— Padre — dijo Kidou.

— Me dijeron que estabas buscando algo — le extiende el presente que traía para el — Me lo lleve el otro día para que le hicieran unos arreglos, quería que fuera una sorpresa —

Al abrir el regalo Kidou encontró esa vieja foto que había estado buscando pero ahora en un hermoso marco de plata con pequeños toques de zafiro.

Kidou sonrió al ver la fotografía.

— Gracias — susurra a su padre.

— Tengo que ir a trabajar, así que no me esperes despierto hasta tarde — dice Hiromasa retirándose de la habitación.

— Creo que le debes una disculpa a Sakuma — dijo Genda cruzándose de brazos.

— Tienes razón.— Kidou mira a Sakuma un momento — Lo siento Sakuma. ¿Podría hablar contigo a solas?— Genda frunció el ceño ante eso — No le haré nada lo prometo — eso seguía sin gustarle a Genda.

— Está bien — dijo Sakuma, sorprendiendo a Genda — Estaré bien, solo vamos a hablar — le dice a Genda para calmarlo.

Kidou y Sakuma salieron a los jardines de la casa.

— Perdón por lo del otro día también. No debí amenazarte, se que eres gay pero no me molesta en lo absoluto. Eres un buen amigo y un miembro importante en mi equipo— Sakuma se sorprende de esas palabras — Guardaré tu secreto. No le he dicho a nadie en la escuela, así que regresa por favor, te extrañamos... Sobretodo cierto león que nos vigila desde la ventana — susurra lo ultimo divertido, mirando a la ventana.

— Gracias Kidou — le sonríe Sakuma quitándose un peso de encima.

— Sakuma, Genda te quiere mucho dudo que le moleste ya sabes —

— El es amable y siempre ve el lado positivo de las cosas... Se que no le molestaría pero, aún así tengo miedo —

— Es tu decisión— responde Kidou.

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