Capítulo 15.

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Violeta.

- ¡Oli! Estate quieta.- Olivia estaba intranquila en mis brazos viendo a mis padres y Tana de lejos, pero no quería soltarla, había mucha gente.

Empezó a llorar desesperada por bajar en cuando lo vio un poco más cerca de nosotras, así que la solté y fue corriendo torpemente hacia ellos. La cogio Tana en brazos soltando su maleta y empezó a darle vueltas. A ella le encantaba eso.

- Hola mi niña.- Me dijo mi padre una vez que llegó a mí mientras me abrazaba.

- Hola papi.- le correspondí el abrazo.- vamos rápido que he dejado el coche mal aparcado.- Dije tras saludar a mi madre y hermana.

- Ay Violeta, qué raro, eres un desastre con el coche.

- Llegaba tarde a recibiros y no quería, de todos modos ya soy menos desastre papá.- Siempre fui bastante desastre a la hora de aparcar. Cualquier sitio me valía, aunque desde que una vez me pusieron una multa de algo más de trescientos euros, empecé a preocuparme de dónde dejaba el coche.

- ¿En qué hotel nos has reservado?.- Preguntó mi padre.

- ¿Hotel? ¿cómo que hotel?

- Violeta, te dijimos el otro día por teléfono que nos reservaras un hotel para estos días.

- No lo he hecho.- Admití.- No os vais a quedar en un hotel, te quedas en mi casa. En mi habitación, y Tana en el sofá que también es cama.- Dije segura.

- Violeta, ahora tienes compañera de piso, igual le molesta.- Dijo mi madre.

- Mamá, Kiki está encantada. Ya hablé con ella y no hay ningún problema.

- ¿Y tú dónde duermes? - pensó.- No creo que duermas en la cuna que vale que sea grande y tú pequeñita, pero no es plan.- Comentó Tana.

- Pues es muy cómoda.- Admití. - Puedo dormir con Kiki, seguro que no le importa.- Añadí algo nerviosa. Mi padre me miró y rió.- ¿De qué te ríes?.- Pregunté mientras centraba mi vista en la carretera.

- Nada.- Dijo.

- Va suéltalo, te conozco.- Dije mirándole un momento.

- Pues a ver, que ya sabes que los padres de Almudena se encuentran con tu madre todos los Jueves en el mercado. Seguimos teniendo contacto. Hablamos casi todos los días.

- Sí, ¿y?- Le interrumpí.

- Exacto. Pues que Denna les contó algo sobre esa chica y tú, y ellos me lo han contado a mí.

- Yo la mato.- Dije apretando el volante.- Yo...- Me interrumpió.

- Violeta, a mí nosotros no nos importa, solo queremos que seas feliz, me da igual con quién, no le veo el problema a eso, solo quiero que la persona con la que hagas tu vida de nuevo te quiera y te haga feliz. Que os haga felices.- Dijo mirando mi madre al asiento trasero donde se encontraba Olivia haciendo alguna pedorreta.

- Kiki y yo no somos nada.- Aclaré mientras aparcaba. A ver, nada nada tampoco, pero no era plan de decirles a mis padres y a mi hermana "nos damos mimitos de vez en cuando".

- Lo sé, pero te gustaría.- Dijo y me puse roja.- Intervino Tana.

Cuando llegamos a casa, hice algo de cenar y nos sentamos a ver un poco la tele. Chiara había ido por la tarde a casa de Martin porque tenía una merienda cena de esas porque había venido la hermana de Martin de Bilbao y quería verla. Olivia se encontraba aún despierta a pesar de ser las once de la noche. Estaba sentada en el regazo de mi padre jugando con su peluche, y cuando oyó la cerradura y vio que era Kiki bajó con cuidado y fue a donde ella corriendo, como siempre que la veía aparecer.

Me quedo contigo // KiviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora