Capítulo 7

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Editado: 04/ 03/ 2021

Adiós Temari.

Tres meses han transcurrido desde aquella llegada de Konoha, y ella ha puesto todo de sí para ayudarnos con los problemas actuales de la villa; trabajos innecesarios se han detenido y nuevos proyectos comienzan a llevarse a cabo, también hemos hecho algunos cambios, y aunque ahora los proyectos comienzan a estar en proceso y sabemos que tomara su tiempo finalizarlos, ella se encuentra mucho mas tranquila y segura sobre la idea de ir a Konoha.

— ¿Estas seguro de que abrirá la puerta de su habitación? —cuestiona entre un susurro.

Le dedico una sonrisa divertida a mi hermano, y simplemente avanzo para tocar la puerta de nuestra hermana, una contestación algo ronca se escucha desde adentro. Hemos estado esperando a Temari desde temprano en la puerta de la torre, hoy por fin ha llegado el día en que ella debe marcharse y... parece no quererlo, aunque la puedo entender, debe ser difícil dejar a tus hermanos que son tan importantes para ti, y sobre todo... dejar la tierra en la que te criaste y creciste. Por fin la puerta se abre dejándonos mirar sus ojos sumamente rojos he hinchados junto a esa sonrisa que apenas y logra mantenerse; golpeando el costado de mi hermano lo hago notar la sonrisa falsa que nuestra hermana nos dirige, y apenas lo nota me pide que sea yo quien avance a abrazarla, Temari se sorprende un poco, pero no duda en aceptar mi acercamiento.

—Estaremos bien, —me separo sujetando sus brazos —No sé cuanto más quieres que te lo repita.

—Es que... —limpia sus mejillas —dejarlos... —inclina la cabeza —dejar la villa... yo... —sujeta su brazo desanimada.

—Oye, —la sostiene por el hombro mostrando la tableta en su mano —creo poder con esto, y... —la mira con una leve sonrisa —ahora no serás una desertora si te vas, así que toma la oportunidad y lárgate de este lugar desértico... —me abraza por el hombro —serás bienvenida cuando quieras, tu esposo e hijo también pueden venir, sabes que los estaremos esperando, y sobre todo... —me despeina pegando su mejilla a mi cabello —Gaara y yo estaremos bien.

Al mirarlo puedo ver su sonrisa tonta y siempre bromista, pero... ahora mismo Kankuro esta diciendo las palabras mas maduras y de la forma mas sería que ha podido hacia Temari, y sobre todo son palabras ciertas. Con mi sonrisa le doy la razón a mi hermano mientras ella deja fluir sus lágrimas y se abalanza sobre él brindándole un abrazo. Luego de algunas bromas hacia Kankuro y su repentina madurez, nos encontramos ya en la entrada de Suna mirándola marcharse, tal y como lo esperábamos ella lloro un rato y luego se despidió como la chica "Ruda" que acostumbra a ser, aunque se que mas adelante posiblemente derramará unas lágrimas por nosotros, pero ella sabrá que ha valido la pena cuando vea a su esposo e hijo frente a ella, en la misma casa.

—Entonces, —agacha la mirada arreglando su voz — ¿Hacemos lo del día?

—SI, —damos media vuelta y me dirijo a él — ¿Qué toca hoy?

—Bueno... —mira entre los papeles —hoy llevaremos algunos juguetes y alimentos a los refugios, —me mira —quisiera saber porque llegaste con la idea de llevarlos personalmente.

—A esos niños les gusta jugar, y en los refugios los mayores no siempre están disponibles para todos, son poco... —tomo un leve respiro —necesitan de una persona que este ahí para ellos... en quien confiar, alguien que los escuché, que los atienda... aunque sea solo un momento —dirijo mi mirada al frente —quiero guiarlos para que no terminen como el yo de aquel entonces.

Su brazo me rodea mientras en su rostro se enmarca una sonrisa, él asiente con orgullo.

—Es muy respetable que quieras hacer eso, pero lo de "guiarlos" de "estar ahí para ellos" suena algo difícil... a menos que quieras adoptar... —me mira —no puedes estar ahí para todos —ríe —no eres Naruto.

El hijo de LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora