Capítulo 31.

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Editado: 25/ 03/ 2021

Cumpleaños.

[Aguas termales xxxx, Gaara]

Al despertar inhalo profundamente el olor de su cuerpo que permanece a mi lado, y entre mi sonrisa abro mis ojos admirándolo dormir con la boca abierta entre algunos ronquidos, pero eso no me molesta... me hace feliz el seguir a su lado.

Sumamente feliz me aferro a su cuerpo mirando de reojo como duerme profundamente; simplemente... quisiera que este momento durara para siempre, pero, aunque realmente desee quedarme a su lado todo el día... el reloj de la pared me informa que ya ha llegado la hora de levantarme; pronto llegará el pastel de Metal así que debemos estar listos para despertarlos y cantarles, además de recibir el pastel. Incorporándome en el futón observo su rostro removerse ante mi movimiento y las ganas de besarlo se apoderan de mí, sin restricciones me acerco besando sus labios y logrando que despierte de esa forma, él sonríe y comienza a removerse en el sofá espabilando.

—Es el cumpleaños de Meta, cariño —informo con completa calma.

De pronto la sorpresa se hace de su rostro y sus ojos se abren de par en par entre parpadeos incrédulos... una sonrisa comienza a pintarse, y mi cerebro cae en cuenta de mis palabras sumamente vergonzosas; rápidamente cubro mis labios con completa vergüenza, y aunque sigue pareciendo incrédulo de mis palabras mantiene una inmensa sonrisa hacia el techo.

— ¿Co...? —incorporándose me mira animado — ¿Cómo me has llamado Gaara?

El calor se hace de mi rostro —Di... dije... —me levanto a prisa tratando de soportar el dolor de mis caderas —solo he dicho, Lee.

Detiene mi muñeca — ¡No, no! —pone mirada de cachorro pegando su rostro a mi palma — ¡Venga! ¿Podrías repetirlo de nuevo? Solo un poco... ¿Por mí?

Mi corazón se estruja débil ante su tierna mirada de cachorro, y aún entre mi duda, termino tragando saliva mientras el calor aumenta centrándose en mi nuca y orejas; desvió la mirada rindiéndome a su pedimento.

—Ca... cariño... es el... El cumpleaños de Metal.

Su rostro parece complacido y poniendo presión en mi muñeca me hace caer sentado en su regazo, mi suspiro escapa al sentir como sus brazos estrujan mi cuerpo con emoción; su mirada viene sobre la mía... y suavemente deslizo mi mano por su pecho hasta poder rozar sus labios con los míos causando su deseo, un suspiro termina sobre mis labios cuando me alejo sin besarlo, pero... bajo mi cuerpo puedo sentirlo, como algo duro se roza contra mi cuerpo; mas que halagado sonrío ante su reacción avergonzada y me acerco a sus labios uniéndonos en un beso lento y profundo, su mano se desliza por mi cuello dejando a mis cabellos entrelazarse con sus dedos, y de pronto puedo sentir como desciende hasta rozar mi pezón con la yema de sus dedos; pero antes de iniciar algo más me alejo entre respiros algo agitados evitando que nuestra unión continué con mas intensidad. Conteniéndome tomo la bata que no utilice la noche anterior y la coloco sobre mi cuerpo para después aclarar mi voz desviando mi mirada de sus ojos.

—Tenemos que desearle un feliz cumpleaños a Metal.

Él sonríe atontado y dando un asentimiento se pone de pie percatándose del problema entre sus piernas, el sonrojo se esparce por su rostro mientras sujeta su nuca.

— ¡Esto... —avergonzado apunta su entrepierna —voy a hacerme cargo en el baño! Te alcanzo en un rato...

Con un asentimiento termino cubriendo mi sonrisa mientras él corre apresurado con dirección al baño; arreglando mi Yukata comienzo mi camino hacia las aguas termales peinando con mis propias manos mis desastrosos cabellos, antes de entrar a la sala principal dirijo mi mirada a las ahora relucientes aguas mientras recuerdo con algo de vergüenza lo que hicimos ahí la noche anterior, luego de suspirar me adentro a la sala principal tomando camino a la puerta apenas escucho el tocar de esta... delante de mí se muestra la mujer encargada del lugar que me tiende el pastel de mi pequeño, sonriente doy una leve reverencia en agradecimiento.

—Muchas gracias —sonrío.

—No es nada... —hace señas para que me acerque —por cierto, —sonriente rodea mi oído con sus manos —nos ocupamos de limpiar las aguas termales por la noche, —sonríe pícara alejándose —espero lo hayan disfrutado.

Ante su sonrisa tan animada solo puedo avergonzarme y asentir tratando de parecer calmado mientras me despido cerrando la puerta. Suspiro sumamente avergonzado, y sin nada que poder hacer solo avanzo a la mesa de centro colocando el pastel para luego ir a buscar las velas; apenas estoy por colocarlas escucho el correr de la puerta y al levantar la mirada puedo ver a Shinki que sale algo adormilado analizando el pastel con algo de duda, apenas espabila dirige su mirada a mí y se acerca un poco hasta ponerse de rodillas al igual que yo.

—Padre... —sonríe levemente —Metal disfruto mucho el día de ayer.

Sonriendo alboroto su cabello —Que bueno... ¿Y qué tal fue para ti?

—Es... —un sonrojo invade sus mejillas —divertido el entrenar con Lee san, es... —me mira con sinceridad —bueno vivir con ellos.

Enternecido me acerco hasta poder abrazarlo con cariño, él suspira contra mi pecho dudando sobre regresar el gesto que le doy o no hacerlo, evitando ponerlo nervioso me aparto depositando un beso en su frente que lo hace sonrojar.

— ¿Todos están profundamente dormidos?

—Um... —asiente avergonzado —sí, el masaje fue muy relajante, y con todo el entrenamiento que tuvimos antes terminamos cayendo totalmente rendidos, —sonríe calmado —Metal esta como una roca, —sonríe más ampliamente por lo bajo —así que no creo que despierte en un buen rato.

Con un asentimiento tomo el pastel —Entonces será mejor mantenerlo refrigerado por un rato, —me levanto con dirección al refrigerador —una vez todo este listo podemos festejar.

El da un asentimiento tranquilo, pero las miradas de ambos vuelven hacia la puerta de las aguas termales mirando entrar a un animado y enérgico Lee, Shinki apenas lo observa de reojo un segundo y al instante baja la mirada causando que Lee se acerque animadamente a su lado tomando asiento.

—Ey Shinki, —lo despeina levemente —quería saber que te había parecido el entrenamiento de ayer, —sonríe orgulloso —tus golpes son realmente fuertes, creo que te convertirás en un ninja poderoso en el futuro, estoy seguro de eso.

Enternecido puedo observar como la sorpresa ilumina su pequeña cara, pero pronto aquella sorpresa se vuelve en una pequeña sonrisa que se esconde bajo su siempre seria mirada; Lee permanece sonriente en espera de sus palabras.

—Gracias, —lo mira de frente —espero poder entrenar aún más con usted.

Lee sonríe animado — ¡Claro! Cuando te apetezca solo debes pedírmelo, no solo te harás más fuerte, el entrenamiento también te mantiene en forma —sonríe animado sujetando su hombro.

Apenas termina con su risa, Lee se pone de pie. Mi pareja no es un As en la cocina, pero siempre intentará ayudar, por otra parte... Shinki es muy bueno en ello y no dudara en ayudarme con el desayuno, en especial si es para el cumpleaños de Metal.

—Por cierto... ¿Cómo creen que se encuentre Shukaku?

Cuestiona nuestro pequeño mientras alista las algas para la sopa, Lee me mira obteniendo la misma duda que me dirige su mirada, sin saber con exactitud que decir ambos bajamos la mirada. Decidimos dejarlo en casa con Kankuro, pero... Shukaku suele ser muy ruidoso e imprudente, normalmente siempre termina haciendo lo que quiere y eso causa que las personalidades de ambos choquen en todo momento, quizá... para este momento la casa ya esté hecha un desastre.

—Bueno... —Dice divertido —Kankuro debe estar intentándolo con él.

—Si... —Pronuncio dudoso —deben estar... tratando de llevarse bien, —sigo cortando los ajos —de algún modo...

El hijo de LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora