Capítulo 21

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Caminaba errante, sin ningún pensamiento más que el rostro de aquella joven.

Era continuo su dolor, la podía ver en todas partes. En los edificios, en los carteles, en las personas.
Cerró los ojos y apretó los dientes con fuerza; no recordaba que su amigo estaba en sus brazos y sin querer lo estaba lastimando.

No podía comprender el dolor de su entrenador; pero ante la presión que los brazos de Ash ejercían en su pequeño cuerpo, lanzó una pequeña descarga que calmó un poco al pelinegro.

¿Qué estaba haciendo?

Soltó a su amigo ante esta interrogante y se disculpó. No podía seguir caminando entre los ruidos de los vehículos y luces de la ciudad lo estaban sofocando mentalmente.
Tomó un pequeño impulso y salió corriendo de allí seguido por su compañero.

Quería tranquilidad, quería estar solo otra vez. Como lo fue antes de que Serena llegara y lo haya hecho vivir un sueño del cual se había despertado cayéndose de la cama.

Serena, todo era ella. Y todo se derrumbó por ella.
Tantas cosas quiso decirle a la joven y no pudo por la frustración que lo invadió.

Su agitada respiración en conjunción con el cansancio de sus piernas lo hizo detenerse.
Había tenido suerte, pues había logrado llegar a un bosque.
Donde sus expectativas encajaban a la perfección.

Entonces cayó de rodillas y los sollozos se hicieron presentes. Una pequeña lágrima apareció que solo significaba el comienzo del diluvio que se originaba en los marrones ojos de Ash.

-¿Por qué Serena?-musitó con su voz entrecortada por el llanto que se le avecinaba con más fuerza.-Tantas cosas que quería hacer contigo...y todo se arruinó.-esta vez golpeó el suelo con fuerza ante la presencia preocupada de su amigo.

Ash se dejó caer en los verdes pastos boca abajo, usando sus brazos como almohadas.

Qué día más horrible, hace apenas unos momentos parecía que los problemas habían finiquitado. Solo era el fin de un péndulo en oscilación. Pues había regresado a como estubo antes que la llegada de la joven, él y su amigo, solos en la dura y triste calle...

Pero se negó...se negó a vivir otra vez la vida que lo atormentó por años, ella quizá lo hirió pero le dió las fuerzas para seguir en un mundo que le arrebata tantas cosas preciadas.

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Serena se había dejado caer de la misma forma que el pelinegro, a pesar de todo sonreía amargamente.

De alguna u otra forma sabría que Ash estaría bien a partir de ahora. Pues la llegada de él a su vida fue casi perfecto, sin embargo él sufrió múltiples veces de gran manera por su debilidad. Y estaba dispuesta a sufrir las consecuencias.

-Ay Ash...me duele saber que te alejas de mí, pero todo es mi culpa. Tantas veces pasaste malos momentos por mi culpa y lograste que esos malos momentos fueran buenos a tu lado. Quizá me arrepienta de esta decisión que tomé, pero...-tomaba aire débilmente mientras sus sollozos se hacían más y más débiles- Pero te amo tanto que no me importa que suceda con tal de que tú estés bien...-

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Ambos jóvenes levantaron su rostro y observaron cualquier lugar visualizando en ella la imagen del otro. Una gran sonrisa les adornó el rostro.

Sus párpados se cerraban y sus cuerpos pedían descanso de todo lo ajetreado que había sido el día.
Así buscaron refugio de sus penas, cayendo rendidos en el suelo y creer que cuando hayan despertado, el otro esté a su lado y puedan verse una vez más...

Fue Cuando te ví (Amourshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora