Capítulo 28

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Un hombre que acaba de salvar su vida milagrosamente a costa de perderlo todo, ¿es algo bueno?

Claro que lo es, lo único que cambiará serán las dificultades.
Perderlo todo no es un impedimento para seguir viviendo. La respuesta yace en una sola palabra: esfuerzo

El esfuerzo origina el éxito, incluso es necesario para aquellos que poseen talento.

Sin embargo, una persona que se esfuerza por acabar con su propia felicidad es un caso aparte.

Es admirable ver a alguien buscar la felicidad para los demás, pero al hacerlo genera su propia desgracia.
Es necesario aceptarlo, no puede ayudar a todo el que se propone, en algún momento hará sufrir a las personas que se preocupan por él.

Es por ello que muchos se esfuerzan en ayudar únicamente a la gente que le importa, de alguna manera, eso también es admirable...solo hasta cierto punto, ya que causará daño a gente que no se lo merece.

Menuda paradoja, ¿cierto?

¿Cuál es la solución?

A ciencia cierta, no se puede saberlo, solo existe la manera de hacer sufrir a menos personas y la forma de conseguirlo es ser alguien que no tiene a nadie que le preocupe su bienestar.

¿Eso es posible?

¿Yo puedo conseguirlo?
Hace bastante tiempo que me esfuerzo por ello y cuando creí que lo había logrado, la única persona que me importaba era la que rompió esa esperanza.

No encuentro las palabras para expresar lo que siento.

Dentro de tanta frustración y tanta inseguridad llegué a preguntarme a mí mismo sobre las posibles soluciones.

Solo hay dos opciones para lograr mi cometido:
1. Construir una máquina del tiempo.
2. Que mi corazón deje de amar a esa persona.

Sin embargo, creo firmemente de que es más fácil la primera opción...

                               (...)

En medio del salón de la residencia de Serena, Ash se hallaba estupefacto.

Comenzó a temblar débilmente al terminar de procesar lo que la muchacha acababa de revelarle.

-¿Q-Qué estás diciendo?-

Tartamudeó el pelinegro esperando que todo fuera una broma.

-Nunca dejarías que me case con alguien que no amo, ¿cierto?
Quieres lo mejor para mí, ¿cierto?-

La pelimiel hablaba extrañamente mientras que su rostro era recorrido por unas finas y cristalinas líneas de lágrimas.

Serena había sido cegada por el hecho de querer tener a Ash cerca de ella que había llegado a recurrir a opciones impensables.

Aun así, ella comprendía que había cruzado el límite, no le podía importar menos en ese momento.

Es decir, Ash estaba allí exactamente junto a ella y ella se aferraba a él como no lo había hecho en mucho tiempo.

En el fondo, Serena podía sentir la culpa de intentar manipular al pelinegro de esa forma, pero la decisión que tomó es solo de ella y tenía que aceptarlo.

Por otro lado el pelinegro estaba en crisis, Serena lo abrazaba fuertemente evitando que se moviera adecuadamente y de esta forma solo podía observar el techo respirando agitadamente por la confusión que lo consumía.

Al cabo de unos segundos, del rostro del pelinegro comenzó a brotar lágrimas llegando a causar la sorpresa de la pelimiel.

-¿Ash...?-

Fue Cuando te ví (Amourshipping)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora