prólogo;

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Alfhild no recordaba más allá del accidente del que había salido sumamente herida, había estado en coma durante un año y su memoria estaba totalmente eliminada, se sentía tan fracasada y perdida en ese entonces, pero ahora estaba enamorada, tenía una hija adoptiva y una pareja que la había hecho feliz durante un año; o al menos eso era lo que recordaba. En ese momento no importa lo que había pasado antes, había pasado página y se sentía bien consigo misma, sé sentía cómoda a pesar de que a veces sintiera un vacío inexplicable, sobre todo durante las noches.

Se había mudado de Londres a Nueva York, con la esperanza de que ese "vacío" desapareciera del mapa. Claro, estaba comprometida con alguien, pero Alfhild sentía que algo le faltaba, tal vez eran sus recuerdos anteriores, tal vez había familia que estaría buscando por ella, pero si no habían buscado antes, cabía la posibilidad de que no hubiera o no le importará realmente. No le causaba preocupación pero tampoco le hacía apaciguar su necesidad de saber de dónde venía. Su pareja solía decirle que el pasado estaba hecho para enterrarse, pero muchas veces hasta él trataba de traerlo de vuelta. No.

Constantemente tenía sueños inexplicables, con ella pérdida en grandes bosques repletos de nieve y animales como lobos blancos, pero eran solo sueños; una vez estando en Nueva York la mayoría habían desaparecido, se habían vuelto un triste recuerdo que hasta lo trataba de recordar. Su vida se basaba en continuar y envidiar a la gente que tenía recuerdos de su infancia, de cuando jugaban sin parar, cuando su mente era tan inocente que no se veían de la misma manera que ahora. ¿Qué pasaba si los suyos eran igual de traumáticos de lo que sospechaba? Pues cuando trataba de buscar su vida no había nada, ni un alma que pudiera asemejarse a la suya.

3. LegacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora