betrayed;

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-—¿Qué haces con eso? -—señaló Loki la fotografía en su pecho. Ella suspiró.

-—¿Es ella? ¿La ves a ella en mí? -—preguntó con la mirada baja y las manos pasando por el rostro inmóvil de Kelcy.

Él la observó unos segundos. No la veía en ella, era ella, en carne y hueso, ahí de pie tan indefensa y demacrada.

-—No -—susurró con cierta verdad en sus palabras.

-—¿Entonces por qué estoy aquí?

-—Por qué quería saber quien eras -—le explicó lentamente-—, porque mis acciones están basadas en lo que ella hubiera hecho, porque si estuviera viva no me perdonaría que no te hubiera ayudado.

El cuerpo de Alfhild se congeló.

-—Dijiste que eras una persona egoísta.

-—¡Eso ya lo sé! -—gritó frotando sus sienes-—. Pero cuando la veo a ella dejó de pensar que soy esa persona. Mi moral se vio retorcida cuando llegaste a mi puerta.

Ambos se quedaron callados, observándose en la mortecina luz de la habitación, ambos sentados en la misma cama pero en esquinas diferentes, tratando de tomar su distancia. La ciudad seguía en movimiento pero ellos se sentía perdidos en el tiempo, ¿hace cuánto había estado observándose? Ya era noche, la oscuridad los cubría como un manto y le resultaba acogedor a Loki, que se quedó perplejo ante la mirada relajada de Alfhild que aún tomaba con fuerza la fotografía de Kelcy.

-—No era la respuesta que esperaba -—balbuceó Alfhild.

-—¿Cuál era entonces? -—preguntó Loki dejándose llevar por la desesperación.

-—Que la veías a ella en mí.

-—¿Qué?

Alfhild estaba desesperada por qué alguien la protegiera como él lo hacía, estaba dispuesta a tomar el papel de alguien más con la única condición de ser adorada, colocada en lo alto ante la mirada de los demás. Quería ser como ella. Loki no podía entender lo que ella deseaba, o tal vez sí, pero no quería aceptarlo, no iba a tomar a una mujer que no lo conocía, no estaba dispuesto a creer que esa Kelcy, pues había cambiado con el tiempo y el corazón se le encogía de tan solo verla. No, no era ella. Esta mujer era egoísta y dependiente, no era el tipo de mujer que necesitaba ahora.

-—¿Qué es lo que quieres? -—resopló Loki.

-—Ser amada como ella -—señaló a Kelcy en la fotografía-—, ser como tú la describes.
-—Eso es imposible.

-—¡¿Qué!?

-—Es mujer, esa preciosa mujer no está a tu altura -—le respondió con dolor. Tenía que alejarse de ella, no la deseaba así-—, la mujer de la que me enamoré es todo menos tú.

-—¿Qué soy yo? -—las lágrimas le brotaron con violencia.

-—Una mujer ególatra y posesiva. No mereces que nadie te ame.

El mundo de Alfhild se derrumbó, él tenía total y completa razón sobre su actitud ante la vida, llena de lujos innecesarios, con una visión negativa de todo lo que la rodeaba y con un ego más grande que el de Loki multiplicado, era una mala mujer aunque ella tratará de cambiarlo. Pasó por su mente cada vez que humilló a alguien solo para verse a ella en alto, solo para que los demás tuvieran tanto miedo que no quisieran dirigirle una sola palabra. Esa mujer venenosa había sido lo que recordaba de vida.

-—Tienes razón.

Le entrego la fotografía a Loki y este la recibió complacido, avanzando con cansancio hasta la cómoda para buscar de nuevo la caja con las otras fotografías.

3. LegacyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora