Había una mesa con cinco lugares vacíos, en espera de que los invitados llegarán puntualmente como habían prometido; en la cabeza de la mesa estaba sentado Knox, con la mano meneando su copa de vino y con la otra buscando insistentemente en sus bolsillos por sus cigarrillos. El lugar le había parecido propio de una reunión como está, pues no necesitaba formalidades con sus invitados, a él se le veía desalineado con el cabello revuelto y la corbata casi deshecha sobre su cuello.
Los cuatro hombre llegaron escoltando a una bella mujer de cabellos castaños y ojos azules, todos vestían sus mejores prendas y colonias, todos usaban el mismo color a juego con la mujer que caminaba cómo la mujer más deseada del lugar. Sus ojos eran grandes, además de sus curvas que se movían debajo de su ceñido vestido rojo. Knox se levantó en señal de respeto, besándole los nudillos con delicadeza.
-— Demasiadas formalidades, Knox -—, le regaló una mirada dura y se sentó al otro lado de la mesa, frente a él.
-— ¿Era necesario tanto espectáculo? -— le reprimió Knox.
-— No, pero cariño, nunca nada es suficiente.
Ambos sonrieron con malicia en los ojos y un ligero toque de lujuria. No era secreto que ambos se deseaban y se habían poseído más de una vez.
-— ¿Por qué me has llamado, Knox? —-le preguntó mientras ordenaba a su personal sentarse.
-— Necesito que... -— trago con dureza, no podía hacerlo.
-— Querido, puedo ser muchas cosas -—dijo arañando el filo de la copa-—, pero no tengo reputación de adivinar el futuro.
-— Quiero que la hagas volver a mí.
-— ¿Tú muñeca de trapo? -—le preguntó asqueada.
Él asintió. Era de los últimos recursos que le quedaban.
-— Sabes que no puedo interferir en su memoria -— le explicó la mujer sin quitarle los ojos de fiera que tenía -—, si lo hago la perderás para siempre.
Él negó con la cabeza abruptamente, se pasó la mano por el cabello.
-— Solo quiero que se sienta en peligro...
-— Ya veo -—señaló con entusiasmo-—, quieres que vuelva a ser la dama en peligro.
-— Quiero irme de este horrible lugar. Quiero que ella tenga que aceptar la propuesta que ya le he dado.La mujer metió el dedo índice a la copa de vino y lo movió en forma de círculos, tratando de alcanzar el fondo de ésta. Estaba pensando mientras sentía el frío del vino sobre la yema de su dedo; lo sacó de golpe y lo metió a sus labios haciendo un gesto obsceno a Knox, él trago con fuerza y se aclaró la garganta.
-— Bien -—dijo ella por fin-—, pero esta vez será a mi manera, no te preocupes.
-— Kate -—susurró Knox tratando de parecer frágil-—, no le hagas daño, no demasiado.
Ella sonrió ampliamente mostrando sus dientes perfectamente alineados y blancos.
-— He dicho que será a mi manera.Ambos se miraban con dureza, entendía que por sus métodos estaba hablando de daños altos y consecuencias desastrosas. Le causaba tanto miedo y ella lo sabía y le causaba cierta excitación.
Kate era una asgardiana al igual que él, pero ella había partido huyendo del mismo Odín debido a su uso indebido de la magia negra, al igual que la rebeldía que representaba para su pueblo, en realidad había sido enviada lejos al igual que había hecho con su hija Hela; ambas habían sido poderosas y el pueblo entero de Asgard las respetaba, pero ahora ¿quién las recordaba?

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3. Legacy
FanficDespués de un año de plenitud en la vida de Loki, algo inesperado sucede, algo que cambia la perspectiva de todo lo que hay a su alrededor.