Kelcy y Knox volvieron a su piso, ella con dolores por todo el cuerpo, recientemente había recibido varios golpes que aún no habían sanado y volver a ser ella no habían sido lo mismo. Había bajado de peso, algunas tallas, incluso creyó que Knox la había tenido encerrada en algún calabozo, pues sus brazos y piernas eran más delgados ahora.
Estaba frente a su reflejo en el cuarto de baño, completamente desnuda, admirando como sus huesos sobresalían de su piel blanca, tan blanca como la leche, ese había sido un toque de Knox, pues recordaba haberse bronceado algunas veces y haberse tornado algo más luminosa. Su cabello había sido cortado, ya no era tan largo, y habían hecho rizos con él, incluso parecía que había sido teñido pues las puntas aún eran un tono diferente. Todas sus cicatrices habían desaparecido, todos esos cortes, incluso aquellas de la operación que había tenido pues se había roto dos costillas; sin embargo, había una que seguía latente y más llamativa que nunca, aquella que habían hecho con un arma, el pequeño círculo que adornaba su omóplato como estrella. Está estaba decidida a no desaparecer.
-¿Alfhild, está todo bien? -preguntó Knox tocando la puerta del baño.
-Sí, todo bien.
Pero no lo estaba, se había dado cuenta que era como una muñeca de Knox, pues la había moldeado a su gusto, pues cada parte de su cuerpo había cambiado, seguía siendo ella, pero había detalles que no terminaban de convencerla. Habían cosas que ella no reconocía, tal vez por todo ese tiempo que no había estado, o tal vez porque la vejez la estaba alcanzando.
Tomó su vestido verde, ese que tanto le gustaba y que tanto le recordaba a quién era antes. No estaba lista para salir de casa, quería quedarse y asimilar todo su entorno, Knox se lo impedía en cualquier oportunidad, esta vez saldrían a una cena de parte de su empresa, eran aquellas reuniones donde solamente asistía gente presumida y egoísta vestidos en sus mejores galas, gastando la mayor parte de las herencias de sus hijos solamente para quedar como bien vistos esa noche.
Kelcy limpio sus lágrimas y coloco maquillaje en los moretones que aún tenía en la barbilla y el labio, estaban sanando con rapidez, pero cada vez que tocaba la zona sentía un dolor insoportable.
Maddie no iría con ellos, pues había salido de viaje con el colegio, había esto tan entusiasmada que ninguno se lo había negado, mucho menos ella que deseaba mantenerla lejos lo mayor posible, pues no quería las manos de Knox sobre ella, ni mucho menos que le dirigiera la palabra. El viaje duraría meses, en su lugar recibirían a un extranjero en su hogar, Kelcy estaba más que alegre de saber semejante noticia. Había incluiso ambientado una habitación para la nueva inquilina.
Kelcy salió del baño sintiéndose incómoda, como normalmente sucedía cuando usaba vestidos frente a Knox, pues le lanzaba mirada lascivas y decía comentarios muchas veces inapropiados, que molestaban en casi todas las ocasiones a Kelcy. Pero esta vez solamente hubo silencio, estaba únicamente la mirada impresionada de Knox que no podía esconder. Fue ahí cuando Kelcy entendió que posiblemente si estuviera enamorado de ella, pero esa nunca fue la manera, no es correcto hacer lo que él hizo.
Su incomodidad e impotencia eran latentes, pues sus habilidades habían desaparecido, ni siquiera podía duplicar su imagen y no sabía por qué, de cierta manera sabía que había sido culpa de Knox, pero ¿si ella había vuelto, por qué su magia no?
Knox la miraba fijamente, no podía creer lo hermosa que se veía con ese vestido, ni lo frágil que parecía con todos esos moretones y heridas sin sanar, era como si su cuerpo le pidiera a gritos protegerla de todo mal que se acercaba. La había notado distinta, no tan distante pero si distraída, podía ser posible que se sintiera mal por sus acciones o incluso estuviera desilusionada de no haber logrado su cometido. A Knox no le interesaba, para él lo único importante era tenerla lo las cerca posible.
-Te ves... -hizo una pausa para señalarla-, hermosa ¡de pies a cabeza!
Kelcy estaba irritada, pues no había hecho casi nada con su apariencia, sin embargo, le molestaba mucho más que no hubiera ningún rastro de culpa en su rostro.
-Gracias, también luces... -hizo una pausa dolorosa-, bien.
Knox sonrió con orgullo.
-Jamas creí que te volvería a ver con ese vestido, el tono oliva te favorece.
Kelcy sonrió forzadamente y asintió.
Se libero de su atención, moviéndose entre las habitaciones hasta llegar a la cocina, buscando desesperadamente un vaso. Sentía como su garganta se cerraba y se secaba con tan solo pensar en las palabras de Knox. Él le seguía sin quitarle la mirada de encima.
-¿Está todo en orden?
Por un momento Kelcy temió, con todo su cuerpo. Busco con la mirada algo que la hiciera sentir a salvo, solamente había un saca corchos sobre la mesa junto con una botella de vino, podría tomar ambas y defenderse para salir corriendo, o podría calmarse y aparentar que estaba todo en orden.
-Sí, es solo que después de estar en el hospital me han dañado la garganta -dijo señalando su pecho-, deberíamos pensar en cambiar de hospital.
Knox gruñó.
-Pensé en tomar algo de vino contigo -señaló la botella- pero claramente no es la ocasión.
Knox se acercó a ella por detrás, ¿cuánto iba a poder soportar semejante tortura?
-Creí que te perdería.
Knox besó su cuello con delicadeza mientras pasaba sus manos por la cintura de Kelcy; todo su abdomen se tensó. El cuerpo de Knox estaba pegado al suyo y sus labios pasaban sobre toda su espalda descubierta. Estaba nauseabunda, quería gritar y llorar, estaba siendo violada, había sido la víctima por tantos años y ahora venía ese sentimiento de culpa.
-Es tarde -le interrumpió Kelcy con voz entrecortada-, deberíamos irnos o llegaremos tarde.
Kelcy se alejó pero Knox fue más rápido y la tomo por la muñeca, acercando nuevamente su cuerpo al suyo, podía sentir su aliento en su rostro y su corazón latiendo con vehemencia.
-Knox -dijo entre risas nerviosas.
-Solo un momento.
La besó, como si no lo hubiese hecho jamás, pasando sus labios vorazmente sobre los de ella, tirando de su cintura para tenerla más cerca. Pronto comenzó a sentir como su mano desataba el pequeño cordón que colgaba de su nunca, sintió como iba poco a poco arrebatándole el vestido y ella no podía hacer nada ¿qué pasaría si de pronto se revelaba? Se percataria de las mentiras y volvería a borrar cada recuerdo de Kelcy. No estaba lista.
Knox se deshizo totalmente de su vestido, mientras él se deshacía de toda su ropa.
Perdóname por haberte traicionado, perdóname por sé una cobarde, pero es que no quiero perder de nuevo lo único que me une a ti. No quiero perder el recuerdo de tenerte cerca de mí, no quiero olvidar que te amo. Perdóname, Loki.
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3. Legacy
FanfictionDespués de un año de plenitud en la vida de Loki, algo inesperado sucede, algo que cambia la perspectiva de todo lo que hay a su alrededor.