Los príncipes de la mafia III : Irie

2.

Irie

El dolor de perder a la persona que amas no se compara con nada, mi hermana era dos años mayor que yo, si ella hubiera estado viva quien sabe sino hubiera terminado ella siendo la líder del clan y no yo.

-Joven amo- la voz de Reizo desde la parte de adelante del coche me vuelve a la realidad de mis pensamientos, abro los ojos- ya llegamos- me dice con voz calmada.

Froté mis ojos y cogí el ramo de flores junto al asiento, mi amigo me abre la puerta y camino rodeado de mi gente, rodeo el sendero rumbo a la tumba de mi hermana y me encuentro con la persona que es el objeto de mi  dolor más profundo y la persona responsable de su muerte, las pruebas pueden decir que él es inocente pero para mi no lo es.

-Naím Alfonso- pronuncio su nombre con poco tacto.

-Irie- me contesta con tono cauteloso.

Alza la mirada por encima de mi y nota que los hombres que me acompañan están en alerta pero a una distancia prudencial, Mateo es el único que esta a su lado con actitud prudente.

-Tienes muchas pelotas para aparecerte aquí- digo molesto.

Veo que él tuerce el gesto.

-Amaba a Naomi- me contesta.

Eso hace que me enfade, <<¿Cómo puede tener cara para decir eso después de lo que paso?>>, me acerco más a él, ahora si estamos frente a frente, aprieto los puños a los costados.

-Joven amo, por favor no es el momento ni el lugar- me susurra Reizo tratando de evitar de que le rompa la cara aquí mismo a Naím.

Odio admitirlo pero mi amigo tiene razón.

-Mi tío murió Alfonso, por lo tanto el trato que tu padre y él tenían de mantener la paz entre ambas familias se terminó, ahora no habrá nada que impida que te mate aquí mismo- lo desafié.

Automáticamente, Mateo se pone a la defensiva y se coloca delante de él apuntándome con el arma, Reizo reacciona de la misma manera, su trabajo es la proteger al líder del clan dragón a cualquier precio. Naím no parece sorprendido siquiera.

-Si mi padre tenía algún trato con tu tío, yo no tengo nada que ver, esto es entre tú y yo Irie, pero deberías escuchar lo que tu amigo dice, no es el momento ni el lugar, tú mejor que nadie sabes eso- contesta convencido.

Lo miro a los ojos en silencio, puedo notar la sinceridad en ellos, pero no puedo dar marcha atrás.

-Reizo, baja el arma- ordeno, y obedece de inmediato retrocediendo hacía atrás.

Naím le indica lo mismo a su amigo.

-Vete de aquí Alfonso, ya arreglaremos esto entre tú y yo- le digo.

-Cuando quieras y donde quieras Irie, tú solo dilo y ahí estaré.

-Te tomo la palabra Naím Alfonso- digo finalmente.

Lucy

Mi padre camina de un lado a otro con las manos cruzadas delante de él repitiendo las lecciones de movimientos a sus alumnos, alguna vez en su pasado fue la mano derecha de un clan yakuza, cuando el dolor y la tragedia que lo opacaron, decidió retirarse y poner una escuela de artes marciales, hoy en día se dedica a enseñar y entrenar a quienes formaran parte de las distintas familias que conforman la mafia japonesa.

Si yo hubiera elegido otra vida, hubiera preferido no nacer en este mundo de la mafia, aun así no puedo evitar que la gente que conozco dentro de este mundo sean personas queridas para mi.