14.

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Lucy

¿Debería detenerme?, no, ¿Cuántas veces en la vida tienes una oportunidad como esta?, Irie no deja lugar de mi boca sin explorar, sus dedos dibujan la línea de mi columna vertebral

me quedo de espaldas a él, su boca me mordisquea y succiona de forma sensual la base de mi cuello mientras que su mano acaricia mi hombro, mi cuerpo se arquea contra su cuerpo de espaldas a él, siento como desabrocha mi corpiño y lo deja caer al suelo, dejo escapar un gemido ahogado al sentir sus manos en mis pechos.

-Lucy- sus labios susurran mi nombre de forma tan seductora, que provocar cosquillas en mi vientre.

Me giro y ahora estamos frente a frente, nos miramos un minuto como si nos pudiéramos comunicar con la mente, estoy de pie y desnuda delante del hombre al que eligieron como mi esposo, delante de un príncipe de la mafia. Su mano acaricia la piel de en medio entre mis pechos hasta bajar por mis muslos, jadeo al sentir las caricias de su mano entre mis piernas, estaba siendo delicado, mis piernas se estaban aflojando con su contacto, busqué instintivamente apoyo en sus hombros.

-Eso es nena, disfrútalo bebé- me dice al oído casi en un tono ronco.

-¡Dios!, Irie- digo tratando de no derretirme ahí mismo.

-Lo sé cariño.

No recuerdo como llegue a la cama, pero en un abrir y cerrar de ojos Irie estaba dentro de mi, lo sentía tan suave y delicioso, empecé a sentir esa extraña sensación entre mis piernas esa electricidad previa al momento culmine, deje que mi cuerpo se deje llevar por esa marea de sensaciones y me perdí en la cueva del demonio echo dragón.


***

Los pasos de Iván siguen el estrecho pasillo cubierto de sombras, los dos hombres coreanos de brazos anchos lo ven llegar, este les hace un gesto con la cabeza, los ojos del hombre de la derecha no parecen inmutarse ante su llegada, el semblante de ambos desprendía peligro por todos sus poros, su compañero se hace a un lado y le abre la puerta para dejarlo ingresar.

Él hombre recién llegado sabe que no puede jugar con la mafia coreana, en la habitación de aquel hotel Jong Hyung lo esperaba, estaba de espaldas a él con un vaso de soju* en la mano.

-Bienvenido Iván- dice con tono frío en la voz.

-Vine en cuanto me lo pediste- Iván no se sienta, simplemente se queda de pie en medio de lo que parece la sala de la habitación, se siente seguro de esa manera.

-Cuando viniste a mi con el trato, me dije ¿por qué no? es una oportunidad, tú tenías tu propio asunto personal y yo mi propio negocio- hace una pausa y bebe de un solo trago su bebida- Quiero recuperar lo que me pertenece por derecho, lo que esos malditos ancianos le quitaron al imbécil de mi padre.

Iván lo escucha atento con las manos en los bolsillos.

-Jong...

El líder de Busan no lo deja terminar, le arroja el vaso con furia a la cara, pero da de lleno contra su frente, un pequeño hilo de sangre aparece a un costado de su cabeza, Iván toma el pañuelo de su bolsillo y lo pasa para limpiar la sangre, tuerce la boca pero no dice nada, sabe que no puede enfrentarse sin salir perdiendo, así que prefiere aguardar el momento.

-¡¡QUE MI PRIMO SALIERA MAL HERIDO NO ERA PARTE DEL TRATO!!- le grita el furioso líder coreano.

-No esperaba que Irie tuviera esa reacción- contesta y acto seguido guarda en su bolsillo el pañuelo.

Los príncipes de la mafia III : IrieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora