Capítulo 6: Seth, la primera vista a La Push

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Llengamos a la casa antes de lo esperado. Entramos y me percaté de un olor peculiar, era idéntico al del día anterior pero con ciertos matices diferentes. Miré de dónde provenía ese efluvio y me encontré a un chico joven aunque enorme. Era más alto que yo y me miraba con una mezcla de sorpresa y curiosidad.

Renesmee, que estaba en mis brazos, se revolvió al ver al muchacho para que la dejara en el suelo. Accediendo a su deseo, la deposité en tierra y, casi al instante, salió disparada a su velocidad de medio vampiro y se tiró a los brazos del chico. Como si estuvieran compenetrados, él respondió al instante cogiéndola de nuevo.

--- ¡Seth!--exclamó la pequeña riendo--. Que bien que hayas venido, tengo que contarte un montón de cosas.

Mientras Nessie le empezaba a relatar todo lo que habíamos hecho ese día, yo aún no había salido de mi aturdimiento.

Seth pareció darse cuenta porque enseguida se presentó.

--- Hola soy Seth -me dijo. Su sonrisa enorme iba acompañada de una mano que no dude en aceptar-. Ambre, ¿verdad? Ayer nos diste un buen susto. Como no reconocimos tu olor... Pero es un placer conocerte.

--- Igualmente -respondí. Me gustaba ese chico, me caía bien, parecía bueno y era muy alegre-. Vosotros también me asustastéis a mí. No es que sea muy agradable tener un encuentro con tres enormes lobos, que te miran como si te fueran a comer, justo cuando llegas a una ciudad que no conoces apenas.

Se me escapaba una risilla al ver como se rascaba la nuca algo avergonzado por la situación. Él, al ver mi reacción, se empezó a reír.

--- Vaya, nunca había visto a ninguna sirena. Me sorprende que seas tan... Quiero decir en los libros y leyendas siempre se dice que tenéis aleta de pez en vez de piernas y que soléis cantar para hipnotizar a los marineros y así que se estrellen contra las rocas. Por eso pensé que tendrías escamas en la piel.

No pude evitar reírme. Se le notaba un poco tenso, debía estar evaluando si era peligrosa o no.

--- Las escamas y la aleta, por suerte, desaparecen en cuanto salgo del agua. Si no, haber cómo explicas a la gente que en vez de piernas tienes una aleta de pez -dije riéndome. Él pareció entender mi intento de quitar hierro al asunto y también se río-. Y en cuanto a lo de cantar para hipnotizar, hace siglos que se prohibió hacer eso, por tanto, no tienes nada de que temer.

Sonrío, parecía aliviado. Creo que había superado la primera parte, al menos.

--- Dime, ¿has tenido tiempo de visitar Forks? -me preguntó.

--- La verdad es que no. De hecho, llegué ayer mismo a medio día y vine aquí directamente, así que, no.

--- Pues si quieres, luego puedo enseñarte el pueblo y ya de paso te llevo a La Push, los chicos tienen ganas de conocerte. No es usual que una sirena nos visite. Nessie, ¿tú te apuntas? -dijo esto mirando a la pequeña que se había sentado a su lado en el enorme sofá.

--- Sí -afirmó sonriendo. Al parecer le hacía ilusión ser hoy mi guía turística-. Además, esta noche hay fogata, ¿verdad?

Seth asintió confirmando los pensamientos de la pequeña. Decidido eso, me fui a mi habitación. Coloqué la ropa en el enorme armario, cogí una toalla y entre al baño. Me di una larga ducha y después salí. Me vestí con la ropa que ya había preparado con anterioridad. No me había esmerado mucho en el vestuario, tampoco es que quisiera impresionar a alguien. Una camiseta gris oscuro de manga larga, unos vaqueros blancos y unas deportivas grises; eso era todo. Me peiné, desenredé y sequé mi largo pelo y me lo recogí en una larga trenza, hacia el lado izquierdo, que me llegaba bastante más abajo del pecho. Ya lista empecé a bajar las escaleras.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora