Capítulo 53: Océano de sangre

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Me encontraba en la cima del acantilado junto a un grupo de diez sirenas. Todas Creadoras de Tormentas. Las sirenas que nos apoyaban se encontraban en tierra firme, ocupando toda la playa a la espera de la señal.

En ese momento desde las aguas se vieron un monton de sirenas. Cientos y cientos, sin contar con los vampiros que estaban de su lado. Bueno en realidad no tenian más remedio pues seguro que estaban imnotizados.

Escuche varios aullidos desgarradores, no eran como los de la manada. Estos se veian feroces y carecentes de emociones. Un aullido más cercano retumbo en mis oidos. Mire hacia donde venia el sonido y vi a William. Este saco un colgante y se lo puso al rededor del cuello.

Su cuerpo empezo a compulsionarse. Sus manos se convirtieron en grandes zarpas capaces de descuartizar a alguien sin esfuerzo alguno. Sus ojos se volvieron rojos como los de los vampiros. Le empezo a salir pelo negro por todos lados. En cuestion de segundos se había transformado. Se apollaba en las dos patas traseras pero era capaz de correr a cuatro patas. Era una bestia impresionante y inspiraba gran temor. Auyo de nuevo y muchos aullidos que ahora estaban muy cerca le respondieron.

Aunque era de noche las figuras que salian del bosque se veian perfectamente, la luna se reflejaba en sus ojos carmesi. Eran muchisimos, practicamente ocupaban todo el bosque.

Los vampiros y las sirenas miraban a todos lados impresionados con la cantidad de licantropos que habían.

Un escalofrio recorrio mi columna. Suerte que estabam de nuestro lado y no eran enemigos. William me miro con sus ojos que inspiraban temos y hizo una mueca, algo asi como una sonrisa lobuna. Esa simple accion hizo que me relajara. Le correspondi la sonrisa y mire al frente.

El cuerno que anunciaba que todo iba a comenzar sono.

Todo fue muy rapido, en cuestion de segundos los vampiros y las sirenas se lanzaron al agua. Nuestros contrincantes por su parte empezaron a salir de esta. Algunos lograban llegar a tierra firme,ientras que otros morian en el intento. Escuche como un grupo de unas ocho sirenas empezo a cantar pero Mariam evito que influlleran en nuestroa aliados.

Desde mi posicion podia ver perfectamente como se estaba llevando la batalla. Las aguas y la arena se tiñeron de rojo por la sangre. La lucba era encarnizada.

Me percate de que había un grupito en la zona de las rocas que no interferia en el combate. Supe al instante que eran las creadoras de tormentas.

--- Ahi estan -avise. Todas las sirebas que me acopañaban posaron la vista donde yo la tenia- preparaos, ya van a empezar. -asi fue. En cuestion de segundos empece a notar sus poderes uniendose.

El mar se embramecio y el cielo se cubrio por nueves negras como el carbon. Su poder era aplastante. Alzaron las manos y el mar empezo a retirarse de la costa. Oh oh.

--- Hay vienen, quieren provocar un tsunami. -dijo Caroline- Rápido concentraos -ordeno.

Todas se concentraron para suavizar las mareas para que la ola gigante no llegara a tierra. De nada sirvio. Eran muy picas y su poder era menor al grupo que estaba en las rocas.

Cerre los ojos y me uni a ellas. "Calmaos y obedeced a vuestra nueva señora" ordene a las mareas. Estas empezaron a suavizarse, pero entonces las sirenas aumentaron su influencia haciendo que se pusiera mucho peor.

Empezo a llover como nunca había visto. Era tan fuerte que apenas te dejaba ver algo el agua. En cuestion de minutos ya estaba totalmente empapada. Si seguia asi esto acabaria muy mal, era dificil luchar con esta horrible lluvia.

Me volvi a concentrar y las que me acompañaban lo hicieron tambien. Esta vez mi orden fue más severa. "Silencio, calla" le ordene al mar. "Basta, ovedece" me costaba mucho dominarlo y creia que podria volver a perder el control en cualquier momento.

Empece a sentir una fuerza surgir de mi. ¿Desde cuando el mar no obedecia una orden directa de su señora? ¿A caso el poder de esas sirenas era superior al mio? No. Abri los ojos y extendi las manos en direccion al mar. No pensaba permitir que hicieran lo que querian con mis océanos. Ellos me pertenecian y solo a mi me obedecian. Al instante dejo de llover tan fuertemente y se quedo un leve chispeo. Las mareas se tranquilizaron y volvieron a su posicion.

Las sirenas intentaron tomar de nuevo el control pero de nada sirvio. Un temblor sacudio toda la superficie terrestre. Una enorme grieta se abrio en medio de la playa, tragandose todos los cuerpos muertos y a algunos enemigos vivos. Benjamin estaba desplegando todo su arsenal al completo.

Sabia que no volveria a perder el control de los mares, las sirenas no tendrian nada que hacer.

--- Iros a ayudar a los demás, no os preocupeis yo me encargo de que no hagan nada. -dije a las que me acompañaban. Ellas dudaron unos segundos pero luego se unieron a la lucha.

--- Ten cuidado -me rogo Caroline. Le sonrei y deje que se marchara tambien.

Ahora debia encontrar a Atlanta para acabar con esto. Una vez que acabe con ella, la guerra terminara.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora