Capítulo 12: Conociéndonos

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Cuando acabé de relatar se hizo un profundo silenció. Por suerte, fue interrumpido por la llegada de los demás miembros de la familia.

--- Vaya por dios -dijo Rosalie.

Al ver a Jacob puso mala cara. No se llevaban bien.

--- Yo también te he echado de menos Barbie -dijo él dedicándole una sonrisa, a la cual ella respondió con cara de asco.

Decidí salir a tomar un poco el aire. Me senté en el escalón del porche, no podía quitarme de la cabeza aquel pobre hombre que había tenido la mala suerte de estar en un lugar inapropiado en el momento más inoportuno. Así que no oí ni vi como alguien se ponía a mi lado.

--- Hay una cosa que no entiendo -dijo Jacob de golpe, me sobresalté al no esperarle y eso pareció hacerle gracia porque me dedico una sonrisa torcida- ¿Por qué la sirena mató a aquel hombre?

--- La Luna - dije mirando el cielo.

Hoy estaba nublado, como casi siempre en Forks. Estábamos en noviembre, pronto empezaría a hacer mucho más frío y nevar. Solo faltaban cuatro meses. Muy poco tiempo me quedaba y no creía estar preparada para lo que se me venía encima.

--- ¿La Luna? -preguntó él sin comprender.

Logró sacarme de mis pensamientos. Suspiré resignada, tendría que explicárselo o no me dejaría en paz.

--- Anoche era Luna Llena. A nosotras nos afecta mucho la Luna ya que en cierta manera estamos vinculadas al Mar. Durante las noches como la de ayer solemos encerrarnos para no verla. Si una sirena mira la Luna, es como si ésta la hipnotizara, pierde completamente el control. Durante estas noches las sirenas que están influenciadas cantan para atraer a los hombres a la costa, si son apropiados los utilizan y luego los ahogan y, sino, los ahogan directamente. Pocas son las que después de mucho esfuerzo logran romper ese hechizo. Yo por suerte para vosotros soy una de esas pocas. Por eso cuando fui ayer a La Push no pasó nada. Me controlé. Una sirena solo actúa así por dos razones: o está en celo o está influenciada por la Luna llena.

--- ¿En celo? -preguntó arqueando una ceja hacia arriba y dibujando una media sonrisa.

Al verle no pude evitar ruborizarme y y mirar hacia otro lado.

--- -tartamudeé, su mirada fija me incomodaba-. Eso solo les pasa a las sirenas adultas, yo aún no lo he vivido pues me quedan unos meses para llegar a la marudez. Pero me lo han explicado miles de veces. El celo o temporada de apareamiento dura aproximadamente una semana y suele ser en primavera, durante ese tiempo la sirena en cuestión pasa el día con un hombre diferente y al llegar la noche lo mata, es horrible, por suerte solo lo hacen las que no están vinculadas. Las vinculadas se pasan la semana entera con sus parejas y prácticamente no salen de casa hasta que se pasa.

--- ¿Qué es eso de la vinculación? -pregunto con curiosidad.

--- Es algo que nos pasa cuando conocemos a la persona a la que estamos destinados, es parecido a lo que os pasa a vosotros con la imprimación pero es un proceso más lento. Primero, conoces a la persona. Sientes como una especie de atracción por ella que te incita a estar a su lado. Luego puede pasar dos cosas: o que te enamores, que entonces pasarías a la tercera fase, o por el contrario quedáis como amigos. La tercera fase es el beso, en ella se jura amor eterno a la persona en cuestión. Y por último, la cuarta fase, el momento en que te entregas a la persona en cuerpo y alma. Es en ese momento cuando quedáis ligadas para siempre a través de una marca que aparece y que deja ver a todo el mundo que ya tienes dueño y señor. Ese es el final del proceso, el resultado final. A la otra persona también le aparece la misma marca y la protege de ciertas cosas, como los cantos de sirenas... Está prohibido matar al vinculado de una sirena, de hecho no hay mayor crimen y se castiga con la muerte.

Jacob se quedó pensativo durante un buen rato enfrascado en sus pensamientos. Entonces alzó la mirada hacía mí, clavándome sus ojos negros. No me había fijado en ellos en ningún momento, pero ahora que lo tenía tan cerca los podía ver a la perfección y la verdad me encantaron.

--- ¿Tú... tú te has vinculado? -me soltó de sopetón, no me esperaba esa pregunta pero era obvia la respuesta. Él parecía un poco tenso.

--- No -dije segura, en su mirada había varias emociones pero las únicas que pude identificar fueron decepción en parte y por otro lado alegría. Decidí explicárselo bien para que lo entendiera mejor-. Veras, no puedo estar vinculada porque aún no he alcanzado la madurez. De la misma manera que vosotros no os podéis imprimar antes de vuestra primera transformación, por muy cerca que estéis de vuestra media naranja, nosotras no lo podemos hacer hasta cumplir con la edad, solo es ahí cuando nuestros instintos de reproducción se despiertan.

Parecía que mi explicación le dejó más tranquilo y aliviado aunque no entendí bien el por qué. Me miró y sonrió. Yo agaché la cabeza ruborizada, no sabía que me pasaba, nunca había actuado de esa manera.

--- Y, ¿a qué edad alcanzáis la madurez las sirenas? -me preguntó intrigado.

--- A los dieciocho -me puse seria-. A mí me quedan cuatro meses para cumplirlos, los hago el 20 de febrero.

Jamás había deseado nada más que... que el tiempo se detuviera para no tener que llegar a esa edad y enfrentar lo que ello conllevaba.

Se quedó otra vez en silencio así que pensé que era mi turno de preguntar. Estuvimos hablando de muchas cosas. Su primera transformación, los síntomas que tenían, como el aumento de la temperatura corporal. Y de cosas más vanales como de que grupos nos gustaban, nuestro color favorito... Se sorprendió que el mío fuera el rojo y no el azul. No sé por qué.

Me sentía a gusto con él. Estaba cómoda hablando de mis cosas, como si hubiera sido así toda mi vida. Ya se me había olvidado el motivo por el cual estaba allí hasta que se puso serio y me miro un tanto arrepentido.

--- Siento mucho haber querido matarte -me dijo de sopetón, mientras se rascaba la nuca-. Te juzgé mal, pensé que como a ese hombre lo había matado una sirena por fuerza tenías que ser tú. No varagé otras posibilidades.

--- No te preocupes -le dije con una sonrisa-. ¿Cómo ibais a saber mi situación si yo no os había explicado nada? Tranquilo es agua pasada. Si hubiese estado en vuestro lugar habría actuado así o peor. Al menos me diste la oportunidad de explicarte lo que pasaba. Yo no habría hecho eso.

Se quedó pensativo, tenía el ceño fruncido, y después de un rato me miró.

--- Deberías venir conmigo a La Push. Para explicarles a todos lo que me has contado a mí, si no, no tardarán en venir a por ti. Me sorprende que no hayan venido ya.

Le miré pensativa. Me molestaba que todos tuvieran que saber mis cosas, pero sabía que era la única manera de que al menos no intentaran matarme. Asentí. Él pareció relajarse.

--- Pues decidido, esta noche te vienes conmigo a casa de Emily. -dijo ya completamente relajado.

--- ¿Emily? --pregunté confundida.

--- La prometida de Sam -me aclaró.

Me quedé sorprendida, no sabía que Sam estuviera comprometido. Pero era evidente que cabía esa posibilidad.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora