Epílogo

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--- Que nervios, no puedo creer que estemos aquí. Y que este apunto de pasar. -dijo Alice toda emocionada- Si fuera humana creo que me desmallaría de la emoción.

Nos encontrábamos en la isla de Tesalia, una isla habitada completamente por hermosas sirenas y sus vínculos. Y la capital del reino de las sirenas. Ese lugar estaba situado en el Ártico, pero a pesar de ser un lugar muy frío, Tesalia era algo así como un oasis. De hecho era más común entre las sirenas llamarlo el Oasis de Tesalia, pues toda la isla estaba oculta por un mar de icebergs. Su clima era tropical, si tropical. A pesar de que estaba en una de las zonas más frías del planeta, ese lugar estaba protegido. Era como un invernadero natural que siempre mantenía su cálida temperatura.

Antes de la guerra les prometí que les llevaría cuando todo acabara y así fue. Nos encontrábamos en el Castillo de Hielo, preparándome para la coronación.

Aunque no lo creáis el Castillo está construido de tal manera que por mucha calor que haga no se deshace. La primera Reina del Mar lo creó para ella y para las futuras generaciones, y para hacerlo puso todo su poder. Por eso es imposible que se deshaga. Se mantiene en pie durante siglos a través del poder de las Reinas.

Habían pasado seis meses desde la batalla. Las sirenas que se rindieron, me juraron lealtad eterna y todo había quedado olvidado. Una nueva era de paz se abría paso ante nosotros y eso me hacía muy feliz.

--- Alice estás más nerviosa que yo -me burle- Relájate, no es para tanto.

--- ¡¿Qué no es para tanto?! -chilló ella- ¿Cuantas veces en la vida puedes asistir a la coronación de una sirena? -reí.

--- Bueno, bueno. Ya basta chicas. -dijo Layla. Ella se había encargado de confeccionar el vestido. Al parecer ella diseñó la ropa de la realeza durante siglos, así que le pedí que se encargara del vestido de mi coronación.- Ambr... quiero decir, princesa Iliana. Ya estáis lista. -dijo riendo.

Me miré al espejo, estaba preciosa. Llevaba un vestido blanco estilo griego con una larga cola. Mi pelo estaba trenzado en un semi recogido haciendo que mi melena cayera por mi hombro derecho. Sobre mi pecho colgaba el collar de plata que perteneció a mi madre. La capa blanca se sujetaba a mis hombros y caía uniéndose a la cola en un dibujo perfecto. En mis muñecas tenía dos brazaletes idénticos de oro blanco puro que resaltaban mi piel pálida.

--- Estás perfecta -me susurró Alice. Yo sonreí ante su alago.

--- Bueno venga vamos. Que la Coronación no puede empezar sin la coronada. -dijo Layla.

Alice y yo reímos y salimos de la que durante esa semana había sido mi habitación.

Nos dirigimos a los jardines y me quedé al comenzó de las escaleras que bajaban allí. Según la tradición nadie debía verme salvo, por supuesto, las personas que me habían ayudado a preparme, en este caso Layla y Alice. En los jardines estaba todo el mundo. Las dos manadas de metamorfos junto a sus parejas, Billy, la familia Cullen, mi hermano, mi padre y el aquelarre de Denali. Todos a los que consideraba mi familia. También estaba un sin fin de sirenas, algunas con su pareja y otras solas o con familia.

Respiré hondo para amainar los nervios que empezaban a crecerme en el estómago.

--- Con todos ustedes la Princesa Iliana, futura Reina de Tesalia. -anunció Cassandra.

Cassandra era algo así como una sacerdotisa o una profetisa de la Luna. Poseía un don muy poco común, el de ver los espíritus y el futuro. No pertenecía a ninguno de los cuatro grupos principales, sino a uno secundario. Era secundario porque había muy pocas sirenas que desarrollaban esa habilidad. Las Mensajeras.

Mareas Misteriosas {#Libro 1} [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora