Seto Kaiba + Joey Wheeler

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"Que me muestre tu adorable rostro no me va a detener"

Sabía que su jefe era un sádico, pero jamás se imaginó disfrutar de ello.

No podía defenderse, estaba desnudo, completamente a su merced, sus manos se encontraban en su espalda inmovilizadas por una correa de cuero gruesa, que le proporcionaba una sensación tan extraña y fogosa, lo llenaba de expectativa, lo hacía temblar y Kaiba parecía estar disfrutando de eso, ver a Joey en ese estado lo llenaba de un placer ardiente, uno que no había conocido, sentía que ahora estaba experimentado el verdadero sexo, pero contrario a importunarlo pensaba recuperar el tiempo perdido y lo estaba demostrando con sus movimientos.

Lo colocó sobre sus piernas de medio lado sujetándolo por su delgada cintura y con la otra mano de forma traviesa iba recorriendo su cuerpo, y es que el castaño decidió tomarse su tiempo de conocer esa piel tan lujuriosa que parecía soltar un vapor tan erótico, la cual lo tenía completamente drogado, y estaba más encantado de ver como rebotaba ese cuerpo cada vez que daba en un punto sensible.

-Parece ya no poder soportarlo, no sabía que te gustaba este tipo de juego – susurró a su oído con diversión, con su dedo índice tocó la punta de su miembro, mostrando la gran cantidad de pre-semen que estaba saliendo, y comenzó a desplazarse por toda la longitud con mucha sensualidad, haciéndolo sufrir.

-Ah.... No parece que hgmm... soy el único en disfrutarlo – atacó sin pudor, no podía contener sus jadeos, su cuerpo estaba tan caliente, pero no le quitaba lo osado y tentador que podía ser – maldito sádico – le insultó apretando su mano y echando su cabeza hacia atrás cuando sin previo aviso sus pezones fueron mordidos con fuerza para luego ser lamidos de forma delicada, apenas terminó Seto sonrió satisfecho, parecía encantarle el color rojizo que se pintaron.

Joey no comprendía, nunca se había prendido tanto con esa clase de situación, el BDSM fue algo que descartó cuando lo probó, ese deseo de ser sometido no nacía en él, por eso no comprendía como el estar atado frente al castaño lo estaba excitando tanto, posiblemente porque Kaiba no buscaba someterlo, en cambio parecía desear que Joey perdiera el control, que buscara la forma de liberarse y morderlo, quería volverlo loco de placer.

-Yo solo aplicó disciplina– respondió con gozó mientras le mordía la oreja con diversión, mientras su mano volvía a colocarse sobre el pene duro comenzando con unas ligeras acaricias que estremecían todo ese delicado cuerpo, con diversión comenzó a masturbarlo sintiendo como su mano se calentaba por la fricción y que cada momento se volvía más fácil el sacudir de arriba abajo.

-Ahhhh... Joder... más mm...– Joey pedía entre gemidos mientras mordía sus labios, Kaiba bajaba y subía la velocidad de su mano, castigándolo, haciéndolo gruñir de placer y molestia deseaba venirse, lo necesitaba, cada punto que estaba tocando su jefe era el correcto, solo quería más profundo y rápido, pero le llevaba la contraria haciendo sus movimientos más lentos.

Le observaba irritado y con lágrimas en los ojos no podía desahogarse y era frustrante, se lamia la resequedad de sus labios cuando sin esperárselo, recibió un beso fogoso, que parecía buscar dejarlo sin respiración, mordía y degustaba sus labios como si fuera un delicioso chocolate, provocándolo y llevándolo más lejos -ahmm... hgmm... am... - no podía articular palabras, apenas intentó decir algo, el contrario aprovechó para meter su lengua y así danzar sensualmente dentro de su boca, dándole un beso digno de recordar, mientras seguía acariciando su pene a punto de explotar, con movimientos más rápidos.

-Mmmhhmm... ¡¡no!! – Exclamó desesperado al sentir como el castaño lo soltó, deteniendo de golpe su climax – ah... no mm... te detengas – sus caderas se movían solas buscando alguna fricción, sus ojos estaban completamente aguados, no podía creerlo... todo su cuerpo estaba temblando de frustración – por favor... - rogaba irritado.

Rompiendo la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora