Amor = Contrato

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Pasaron varios días para que finalmente Kaiba pudiera ser dado de alta, las comidas insípidas, la constante hidratación, el descanso y los medicamente habían logrado mejorar su salud en un tiempo aceptable, ya no tenía un aspecto demacrado, en cambió su rostro se veía mucho más sano y descansado, aunque su hombro seguiría por otras semanas atado a vendas para evitar movilidad, aquella decisión no fue precisamente de su agrado, fortaleciendo el mal humor que había estado experimentando durante toda su estancia, lo cual pagaba con las enfermeras, los doctores y cualquiera que se le atravesara por el camino, el hospital estaba en completa caos desde su ingreso, la única persona que los podía salvar era Joey.

El rubio se había vuelto como un ángel para todos ellos, siempre lograba calmar a Seto, era al único al que le aceptaba las medicinas, además que cada vez que comenzaba a gritar lo lograba tranquilizar con pocas palabras, acaricias o con alguna pequeña broma, nadie se atrevía a interferir en su relación o por lo menos las mujeres quienes lo habían intentado se habían arrepentido, Kaiba solo tenía ojos para Joey.

-Por fin puedo largarme de este lugar – se quejó irritado mientras intentaba colocarse la camisa, era demasiado difícil con su brazo así, de por si el colocarse los pantalones había sido una odisea, pero estaba negado a pedir ayuda, se había sentido como un completo inútil postrado en la cama mientras Joey le atendía o se iba a la empresa a continuar con el trabajo.

-Vamos amigo, te han tratado como un rey – respondió Yami con cierta burla, debido a que Joey se encontraba organizando la empresa, el tricolor había quedado encargado de llevar a Kaiba a casa - ¿quieres que te ayuda a poner tu camisa cariño? – preguntó divertido, sabía el porque de la frustración de su amigo, así que estaba aprovechando para burlarse y jugar a su alrededor.

-¿Por qué demonios tenías que venir tú? ¿Dónde está Joey? – respondió mucho más molesto, y como si fuera un niño le dio la espalda, ignorando la estúpida pregunta que acababa de hacer, sabía que no podría quitarse a Atem de encima, así que estaba buscando dentro de su interior la paciencia que no existía, se iba a vengar, de aquello no tenía dudas.

-Está en la empresa, hoy había una reunión con Pegasus – le informó relajado – dijo que intentaría venir, pero sabes cómo es ese bastardo, demasiado exótico y siempre ha tenido la vista en Joey, creo que intentará convencerlo para que sea la imagen del nuevo producto que va a sacar – le comentó casualmente, estaba tan acostumbrado a contarle todo a su amigo que no previó el error que cometió, casi podía ver al dragón explotar, por lo cual intentó ver el rostro del castaño para encontrarlo mucho más calmado de lo usual, causándole confusión.

-Wheeler puede controlarlo, se lo sacudirá de inmediato – la confianza que había sobre su pareja era tan grande que ya se podía mantener más relajado, quizás esa posesión que había estado hasta el límite había sido debido al peligro en el cual estaban, pero ahora que eso había acabado podían seguir – vamos a la empresa, quiero ir a casa con mi cachorro – menciono cansado de estar en un hospital, de estar lejos de su familia, sabía que sus hijos llegarían ese día y era por lo que ya quería estar en la comodidad de su mansión

- Hermano ni siquiera lograste colocarte la camisa – Yami intentaba ayudarlo, Kaiba rodó los ojos, suspiró pesadamente no quería que le ayudara, pero sabía que no sería bueno para su imagen tener malas fachas saliendo del hospital en especial teniendo en cuenta que la prensa había estado bastante calmada, no quería darle razones para que su mirada se volviera a colocar en ellos, así que solo afirmó con la cabeza y finalmente Yami lo ayudó con mucha tranquilidad – sabes... me alegro que ya seas feliz, tienes una persona que amas y en quien confías – comenzó a decirle con naturalidad.

Rompiendo la rutinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora